El actor y director, Ángel David Maya, estrena hoy en la sala Cajamarca su nueva obra “Abro Los Ojos”. Se trata de un monólogo asistido que combina distintas disciplinas como el teatro, la técnica audiovisual y el diseño.
Hoy a las 21, con la actuación de Neftalí Villalba, llega a las tablas mendocinas una obra que promete mucho más que entretenimiento. Se trata de un trabajo que combina diferentes disciplinas para alcanzar una experiencia lo más completa posible para el espectador.
“El espectáculo tiene un nivel interdisciplinario. Se entrecruzan lo teatral, lo audiovisual en el lenguaje cinematográfico, y la música en vivo. Entre sí, llevan al espectador por dinámicas que pretenden una narrativa surrealista y expresionista. Un collage de escenas manejadas por distintos lenguajes que hacen de la obra una fuente inagotable de sensaciones”, adelanta Ángel David Maya, el director de la obra.
Con el objetivo de mantener la esencia teatral, Maya propone junto a un elenco concertado, esta propuesta que combina diferentes elementos logrando trazar un viaje onírico de un hombre atrapado en sus propios sueños.
“El tema era hablar de la mirada. Lo que uno mira. Y hay tantas cosas en el mundo para mirar, buenas y malas. El cuento de Borges ‘El Aleph’ es un claro ejemplo de eso. El teatro es un Aleph - cuenta el director - Surgió entonces la idea de un hombre que puede verlo todo y nunca su propia vida. Es como estar siempre dentro de un sueño. Creo que pasa con la virtualidad, las redes sociales, internet. Estar inmersos en la nube y no poder ver lo real. Muchas personas hacen un esfuerzo por salir al mundo real, que es tan malo y tan bello como cualquier hecho humano.”
El personaje principal se ve atravesado por un viaje onírico, en las profundidades de un sueño, donde cada vez que intenta despertar, abre los ojos en otro momento del tiempo y habita otra forma de estar en el mundo.
Este espectáculo teatral nace luego de la experiencia del elenco en el ciclo “Yendo de la escena al living”, producido por Rubén González Mayo y Claudia Racconto. De allí, la idea de presentar un espectáculo que plantea una poética liminal basada en un doble concepto: lo virtual y lo presencial, el teatro y el cine, el sueño y la realidad.
- ¿Cuál es la esencia de esta obra?
La esencia de la obra es el sueño. Un viaje onírico. Este hombre se debate entre todo lo que piensa, siente y desea. Entre ideas y sucesos que en ese momento lo abarcan. Gracias a un Morfeo autóctono, y también a la suerte del teatro, este ser tiene frente a sí una nueva escena a vivir. Inevitable. Determinista. Tal vez Morfeo gane la partida.
- ¿Ahonda por aspectos psicológicos o más bien, existencialistas? ¿O ambos?
Ambos. Y por momentos sociales y políticos. El espectador podrá quedarse con una amalgama de momentos profundos, que tal vez parezcan inconexos. Como en un sueño. Lo existencialista está dado por la parte real del relato. La idea del aquí y ahora como esencia de la vida. El vacío existencial llenado con imágenes y pensamientos.
- ¿Cómo fue el trabajo con Neftalí?
Neftalí es un gran actor. Su entrenamiento y su sensibilidad permiten un disfrute completo de cada una de las escenas. Ha hecho un trabajo muy delicado y preciso, un trabajo milimétrico, de mucho control.
Para ello, también contamos con dos actores operadores/seres oníricos: Ulises Reinol, y Maximiliano Correa quien ha trabajado en muchas obras conmigo, plena confianza en el trabajo de los dos. Estos dioses del sueño son la esencia de la acción, sin ellos las escenas no se darían. Entre los tres han construido un gran equipo escénico.
- El elenco viene de la experiencia de hacer “Yendo de la escena al living”, ¿Que pueden rescatar de este formato?
Nos encontramos con Neftalí en esa hermosa instancia de trabajo, y pensamos en este estreno presencial, el cual ha mutado tanto como pudo para hacer un gran evento. Yendo de la escena al Living fue un gran aliciente para todos los teatreros que estábamos varados en la incertidumbre. Es un formato muy interesante que requiere mucha creatividad y una labor muy cuidada para trabajar bien en él. Y que por cierto, es un acontecimiento que transita lo liminal. Va seguir creciendo. Es un paso hacia una intervención más profunda en la virtualidad que puede ser positivo. Al ser liminal tiene un nivel de experimentación alto. El teatro presencial es su base. Y es esa base presencial lo que nunca se perderá. Estar con el otro, el encuentro, la conexión vital, eso es el arte.
- ¿Cómo se vive la vuelta a la presencialidad?
La reunión teatral es un segmento de tiempo donde todxs los presentes ponen todo para que sea un gran convivio. Regresar a las salas de teatro a hacer nuestra labor, es un alivio para el teatrero. Encontrar plenitud en lo que haces es lo importante de la vida. Nosotros hacemos teatro. Somos lo que nuestra sociedad es, somos parte de la ciudad como espacio, somos parte laboral que mueve actividad. La presencialidad se vive bien. Es bello recibir al teatro cuando vienen visitas a la sala.
- ¿Qué herramientas te dejó el aislamiento y el streaming?
Si es por el aislamiento, le agradezco haberme acercado un poco más al estudio, a pensar el teatro, a recorrerlo, analizarlo mucho más profundamente, de la mano de maestros en los libros, y de otrxs que me hicieron reflexionar la tarea.
La ficha
“Abro los ojos”
Dónde: sala Cajamarca Espacio Marabunta
Cuando: esta noche a las 21
Entradas: Tienen un valor de $400 y se pueden adquirir en entrada web.com.ar.