Una historia para toda la familia, con los títeres como protagonistas y un nuevo desafío para el actor y director Guillermo Troncoso, que ya tomó por costumbre trabajar con la técnica y dotar de vida a esos muñecos adorables, que en esta ocasión serán parte de una historia tierna y tradicional.
Luego del “Elixir de amor” y “Macbeth”, dos obras de títeres con la técnica de manipulación directa, en las que versionó dos clásicos de la literatura, esta vez el actor mendocino buscaba representar un relato folclórico y cuyano. De ese deseo y búsqueda surge “La Niña del Cerro”, el texto escrito por Gabriela Morel, que llegó a sus manos a través del histórico actor jujeño Rubén Chuña Iriarte y adaptó a la geografía mendocina.
“Esta obra es bien nuestra, para chicos y grandes. Después de la experiencia de “El Elixir de amor” que es una obra que la siguen pidiendo quería incursionar en el títere de guante, que es una técnica bastante difícil porque hay que manipular los títeres, cambiar las voces y mantener el ritmo de la obra”, cuenta el actor que después un año de trabajo de laboratorio y ensayos estrena la versión, esta tarde en la Nave Cultural.
Campo adentro
Desde el cerro la Brunita regresa junto a su familia al ranchito, después de haber trabajado en la cosecha de la uva. El viento hizo de las suyas en su rancho y deben reparar el techo de paja, sus corrales, en esa tierra en donde vivieron sus abuelos y tatarabuelos. La Brunita juega con el Manchita, su mascota, y pasa sus días entre la aridez y la hostilidad de la montaña.
La historia de Brunita podría representar a los habitantes del campo, que por años y generaciones trabajan su tierra hasta que algún empresario inescrupuloso los quiere despojar de lo único que tienen. Un conflicto que traza “La Niña del Cerro” y que representa en la actualidad la experiencia de cientos de lugareños que deben luchar por su tierra.
“La obra tiene como protagonista a una niña que viene de la cosecha y vuelve al rancho. Como sucede en Mendoza el viento zonda rompió el ranchito, siembran hasta que aparece una persona que dice que esas tierras son de él. Y ese conflicto me recordó a una situación que vivieron los puesteros de Lavalle hace muchos años. Entonces la trama habla indirectamente de eso, de la puja por la tierra, un conflicto que se da a menudo y toda esa problemática social de la gente de campo me atraía para hacer la obra. Es una obra de títeres, que cautiva al niño y a los adultos. Y cómo a través de ellos ir contando la situación y una realidad que como bichos de ciudad a veces la desconocemos”, detalla Troncoso sobre esta nueva producción que cuenta con apoyo del Instituto Nacional del Teatro.
Al mantenerse alejado de los escenarios durante la pandemia, ese tiempo le permitió al actor comenzar a crear esta puesta, que tiene dos condimentos especiales. Por un lado, la música original de Sebastián Garay y Lisandro Bertín, y por el otro el humor bien regional y guiños al público adulto, algo inevitable en el teatro de Troncoso.
Entre cuecas, tonadas y gatos, el relato entrelaza una historia tierna y de lucha que nos acerca a nuestra geografía e idiosincrasia.
“Algo lindo de la Vendimia es que nos une a los artistas, donde trabajamos todos a la vez; músicos, actores y bailarines. Y uno va creando lazos de cariño, entonces el Seba Garay y Lisandro se sumaron desde el cariño a este proyecto, donde compusieron dos canciones especiales para la obra, sumando a la historia desde la música”.
En escena, Guillermo Troncoso es el narrador del relato y a su vez manipula los títeres confeccionados por Rosana López. La escenografía en miniatura de Guillermo Carmona, con los recursos sonoros logran los diferentes matices de la historia pensada para toda la familia.
“La escenografía recrea el cerro, los colores, el rancho con techo de paja. Logra transmitir todo el paisaje cuyano de una forma hermosa. Y yo diseñé los títeres de los cuatro personajes, mientras que Rosana López, marionetista y hacedora se encargó de confeccionarlos. Pese a que la obra es un unipersonal hubo un trabajo colectivo detrás y un compromiso de los artistas con el proyecto”.
Despuntar el vicio en la técnica del títere y estrenar una obra en un contexto particular, alientan a Troncoso a bucear en este camino de las marionetas y los muñecos, siempre con la mirada amiga de Ezequiel Yasar, uno de los titiriteros más destacados de la escena. A su vez, el actor vuelve al teatro con una propuesta para el público infantil.
“Hacer teatro para los chicos en este momento particular donde puedan divertirse me hace muy bien como artista. Más allá que hay guiños desde el humor para los adultos, porque si hay algo que no puedo evitar es el humor para los grandes, que me sale naturalmente. Pero es una obra para toda la familia”.
La Ficha
LA NIÑA DEL CERRO
Actor Titiritero: Guillermo Troncoso.
Autora: Gabriela Morel.
Escenografía: Rodolfo Carmona.
Confección de Títeres: Rosana López.
Música original: Sebastián Garay y Lisandro Bertín.
Día y hora: hoy, a las 17.
Lugar: Nave Cultural (España y Maza, Ciudad)
Entrada: $300. Anticipadas al 261 6465629 o en boletería de la sala.