El policial y thriller escandinavo ya es un subgénero propio, cada vez más cotizado en plataformas. El reciente estreno de “Red Dot” (“Punto rojo”) en Netflix lo demuestra. Se trata de la primera película sueca en ese servicio y, como no podía menos de esperarse, hablamos de un debut con crímenes y huellas en la nieve manchadas con sangre.
La película cuenta la historia del matrimonio formado por David (Anastasios Soulis) y Nadja (Nanna Blondell), quienes quieren arreglar un tenso momento en su relación con un idílico viaje a las montañas para ver la aurora boreal. Ya en la primera noche, todo se transforma en una pesadilla. Sin saber por qué a ciencia cierta, aunque hay hipótesis, serán perseguidos a campo traviesa por uno, o un grupo, de cazadores, que los apuntan con el “punto rojo” del título.
Es un buen desembarco de este país en la oferta de largometrajes de Netflix. Y es esperable que, en la misma corriente de Netflix de regionalizar sus contenidos, nos topemos cada vez con más producciones originales de estos países, que seguramente se presentarán con su mejor carta: el “scandinoir”. Es interesante, además, ver cómo la película suma muchos tópicos del subgénero e incluso va más allá.
El paisaje
Desde su irrupción en los fenómenos de Stieg Larsson (“Millenium”) y Henning Mankell (famoso por su detective Kurt Wallander), el noir escandinavo, tal como ya se conoce a este filón de películas y series ambientadas entre bosques blancos y fiordos congelados, no ha parado de dar notables títulos.
Una de las claves del éxito es la apropiación que se hace del paisaje, que es frío pero a la vez muy solitario. Un entorno duro que dicta la propia forma en la que los personajes se relacionan y viven sus vidas: desde la tormenta que aísla a todo un pueblo en la serie “Trapped” (2015, en Netflix) hasta las aguas congeladas que, resquebrajándose desde arriba, terminan ahogando a los personajes en la película “El muñeco de nieve” (2017, en Netflix): la naturaleza siempre hace valer su protagonismo.
Imposible no recordar, llegado el caso, cómo en la serie “Case” (2015, en Netflix), el día interminable del verano termina marcando la evolución del ánimo de la investigadora protagonista, que se obsesiona cada vez más con el caso ante la imposibilidad de poder conciliar el sueño.
Sin embargo, en “Red Dot” el entorno se asume casi como un personaje más. Desde el momento en que la travesía tiene el objetivo de ver la aurora boreal, lo que implica acampar en un paraje alejado de todo, sabemos que nada bueno saldrá de esto. De hecho, mientras avanza la película es el clima hostil el que dicta la evolución de la acción: si nieva, el principal enemigo es la naturaleza; cuando se despeja la visión, se reanuda la cacería.
Personajes
Si algo nos ha enseñado el noir escandinavo es que esos países están muy lejos del ideal de felicidad que muchos creen que tienen. Si las estadísticas hablan de índices de suicidio y de dependencia a determinados psicofármacos, las series y películas ambientadas en Islandia, Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca hablan de personajes devastados por la soledad y el vicio. No suelen tener problemas económicos, pero internamente corre el magma de la infelicidad cotidiana.
Imposible recordar a Lisbeth Salander, interpretada en la versión sueca de la saga “Millenium” por Noomi Rapace. Aunque en su día se la vio como una superheroína feminista, con perspectiva histórica reconocemos a una mujer víctima de abusos y de todos los tipos de violencia. El protagonista de “El muñeco de nieve” es un Michael Fassbender que lucha contra su alcoholismo, y el protagonista de la serie noruega “Borderliner” (2017, en Netflix) es un policía (como mínimo) inmoral.
Todas son sociedades con crisis subterráneas. Ese mapa de oscuros secretos, familias disfuncionales, ermitaños que luchan contra sus adicciones y las pérdidas irremediables encuentra un interesante giro en “Red Dot”: [spoiler] los protagonistas, que en apariencia solo tienen que arreglárselas con el desgaste propio de una relación y un embarazo quizás no deseado, podrían ser los villanos de la historia.
El extranjero
Un tópico común también es la xenofobia, un drama muy real en estas sociedades, que han visto surgir en los últimos años a grupos neonazis y derechas ultraconservadoras. Suele ser un tema en la tangente de la historia, como en “Trapped”, donde el primer sospechoso del crimen es un traficante de personas inmigrantes.
Pero en “Red Dot” es central. En la primera parte de la película, la primera hipótesis del espectador es que se trata de un grupo de cazadores xenófobos, puesto que Nadja es de tez moreno y, ya antes en la ruta, la habían amenazado.
La estética
Las paletas frías y una realización impecable, incluso académica, parecen ser claves para el éxito de un scandinoir: es lo que la gente espera ver, al contrario -por ejemplo- de la fealdad, suciedad y el grotesco que empapa ese subgénero que cada vez toma más forma en Argentina, que son las ficciones sobre la marginalidad (“El marginal”, “Un gallo para Esculapio”, “Entre hombres”, entre otras).
“Red Dot” no es menos, puesto que la gran parte de la película sucede entre la nieve, aunque la cámara cuide especialmente de evitar el regodeo paisajístico.
“Scandinoirs” recomendados
“Bordeliner” (Noruega/Suecia, 2017). Una temporada en Netflix.
“Trapped” (Islandia/2015). Dos temporadas en Netflix.
“Los asesinatos de Valhalla” (Islandia/2019). Una temporada en Netflix.
“El joven Wallander” (Suecia/ 2020). Una temporada en Netflix.
“Sorjonen” (Finlandia/Francia/ 2016). Tres temporadas en Netflix.