“Casualidad o no, somos 11″, dice la primera oración de la presentación de “Futbolíricas”, un libro que acaba de salir de la imprenta y que tiene algunas particularidades que no podemos pasar por alto: las autoras son todas mujeres; el tema que las reúne es, por supuesto, el fútbol; y todas son, además, periodistas deportivas (o lo fueron, o están relacionadas a ese campo de la comunicación). Un libro bastante especial.
“A principios de la pandemia, en el 2020, Laura López, periodista deportiva, nos convocó a once de nosotras, justo como un equipo de fútbol”, comienza recordando Analía Cuccia Baidal, coordinadora de la publicación e integrante de este proyecto colectivo. Ella, desde este diario, donde todavía escribe, fue una de las precursoras del periodismo deportivo hecho por mujeres.
Continúa: “Primero la idea era hacer un blog contando historias, anécdotas y cuentos, siempre relacionados al fútbol, que es lo que nos une. Pero terminó siendo una página web (www.futboliricas.com) porque vimos que no alcanzaba con ser un simple blog. Éramos un montón y todas queríamos escribir. Algunas ya tenían textos y otras nos embalamos y empezamos a producir también”, dice.
El equipo es amplio y, con el tiempo, resultó completamente simbiótico, pues cada una aportó lo que mejor hacía: Laura López (Mendoza Post), Déborah Puebla (MTN y Señal U), Sabrina Marchese (profesora de la Escuela de Periodismo Deportivo de Mendoza), Analía Doña (UNO), Rosalía D’Agostino (prensa de Atl. General San Martín y docente), Yésica Alcaino (periodista deportiva y profesora de Educación Física y Miembro de la Comisión Directiva del Club D. y S. Guaymallén), Victoria Vargas (prensa del Deportivo Maipú), Victoria Fabrizi (Comunicadora social), Nabila Barta (ESPN) y Erika García (locutora de Aurora, OvaciónTV, Tómbola combinada).
En un principio el proyecto sirvió para matar la ansiedad y poner la mente en otra cosa, cuando los confinamientos nos hundían en la incertidumbre. En ese tiempo, López estaba en Buenos Aires y no podía volver. Cuando lo logró, todo tomó forma y eso que ya había empezado a armarse “explotó”, dice Cuccia. Hubo mucha repercusión en redes sociales: por ejemplo, en los vivos de Instagram (@futboliricas) donde presentaron algunos de los cuentos. “En la página tenemos reunidos más de 50 cuentos, de incluso gente de afuera. Seguidores que se animaron a escribir algo y se lo publicamos”, comenta.
El Covid-19 hizo, sin embargo, su trabajo desgastante y el ritmo inicial se hizo más lento con los meses: desde los efectos propios del contagio, que pueden afectar durante meses el físico y las emociones de una persona, hasta la crisis económica, que a más de uno obligó a buscar más de un trabajo y poner otras prioridades en la vida.
Es ahí cuando Analía Cuccia, en un intento de subir la moral de este equipo de colegas y compañeras, quiso dar un paso más: “Me embarqué en la publicación. Arreglé con Editores Argentinos, de Buenos Aires. Los cuentos los elegimos con las chicas, y hasta me puse a dibujar las ideas de cada cuento, para después pasárselos a una ilustradora, Violeta Barandica”.
“Traté de seleccionar de una forma lo más pareja posible los textos. Hay chicas que tienen más cuentos que otras, pero he intentado balancear. Hay algunas que no tienen autoría pero que participaron un montón en la página, en redes sociales, editando videos, etcétera. Además están escribiendo, así que ojalá pueda haber un ‘Futboliricas 2′, para que estén sus textos”, se entusiasma.
Analía no pudo guardar el secreto de que se iba a editar el libro, pero sí se reservó una sorpresa para sus compañeras: consiguió que el prólogo fuera firmado por Estefanía Banini (mendocina, capitana de la selección de Argentina en el mundial femenino de 2019 en Francia, integrante del equipo Ideal de Sudamérica de la Década 2011-2020 por la IFFHS). “Todavía están emocionadas”, dice.
Anécdotas del oficio
“De todas yo soy la periodista deportiva más antigua”, comenta Analía. “Pionera, si se quiere, o la que más perduró en el tiempo. Esta profesión te deja tantas anécdotas y vivencias que para mí incursionar en la escritura fue inevitable, además también como forma de homenajear a mi abuelo, José Baidal, escritor y también periodista de Los Andes”.
“Mis cuentos son referidos al fútbol local, que es el que siempre me apasionó. Si bien muchas empezamos inculcadas por nuestra familia para ser hincha de un club o de otro, lo mío siempre me llevó al fútbol local. La mayoría son referidos a nuestro fútbol mendocino”, dice sobre sus textos.
Aunque el título pudiera dar la idea de que aquí abunda la poesía, lo cierto es que los textos del libro surgieron desde la pura intuición y no quieren clasificarse: “Escribimos lo que sentimos: algunos son cuentos, ficción, otros anécdotas, experiencias, historias de vida. Son narrativas para nada rebuscadas. Los míos los he querido hacer cuentos. Tomé historias personales y las ficcionalicé”, dice sobre esta porción de la literatura de fútbol, que ha tenido, sí, antecedentes en el país, como el tercer volumen de la saga “Pelota de papel” (Planeta, 2019), que fue escrito por futbolistas mujeres.
Pero el panorama de la literatura sobre este deporte es mucho más amplio y tenemos desde Eduardo Galeano, pasando por Hernán Casciari, hasta “Mariandina” (I y II), con textos de periodistas mendocinos. “En lo particular, para mí Galeano tuvo una forma de escribir muy simple, sencilla y futbolera. Es lo que yo intento. No copiarle, porque cada uno tiene su estilo y sus vivencias propias, pero por ese hilo fui yo. Otras chicas tienen su pluma mucho más afinada, como Marchese, quien va por una narración muy poética”. comenta.
¿Pero hay algo que identifique a la manera en la que las mujeres escriben de fútbol? “Creo que la forma de escribir y de expresar no tienen género, pero la mirada y las vivencias han sido distintas. Yo, por ejemplo, he tratado de ir por las experiencias personales con el fútbol y con el fútbol femenino en particular”, explica sobre esa distinción de enfoques.
Ser mujer en un territorio tradicionalmente dominado por los hombres da otras vivencias: vivencias que esperaban ser narradas. Analía lo hace en su relato “La capitana”, que “trata de una jugadora en un equipo de varones y cómo se destacó y cómo se la respetó como una más”.
O “La Chiquita, la maestra barra brava de Las Heras”, en donde se inspira en un personaje real pero, al no querer ahondar mucho en la vida de la protagonista, introdujo más elementos ficticios.
“El Víctor según el Cato” es otro de sus relatos: “Lo tomé de Cato, hincha de Gimnasia, quien contó episodios en distintos momentos e incluso hizo un cuento. Después lo entrevisté y me contó muchas más anécdotas. No es un cuento, pero tiene pequeñas situaciones ficcionalizadas. Lo que quisimos hacer los dos, porque lo charlamos ambos, fue homenajear la vida de Víctor”.
Dónde conseguirlo
“Futbolíricas” puede conseguirse contactándose con las autoras a través de sus redes sociales. O en los medios oficiales del proyecto: futboliricas.com y sus redes, Futbolíricas (en Facebook) y @futboliricas (en Instagram).