Luego de su éxito en la tira televisiva de Polka “Argentina, tierra de amor y venganza”, el actor y director Gastón Cocchiarale vuelve al formato teatral con esta propuesta escrita junto a Julieta De Moura.
“Pequeños relatos en cuarentena” cuenta con cinco historias con distintos personajes que encarnarán situaciones cotidianas que pueden darse en el marco de la pandemia.
“Esto surgió un poco por lo que está pasando, en algún punto, esto de la catarsis que genera el arte y hacer cosas que tengan que ver con la cuarentena, que tengan que ver con cómo son los vínculos atravesados por esto tan nuevo, la situación de la pandemia”, expresó el director a Los Andes.
El humor, la ironía, el miedo y los vínculos serán potenciados por la situación de cuarentena y deberán sobrepasar esto de la mejor manera posible.
“De repente tenés un relato de dos primas hablando por videollamada, una de ellas fue sin ningún protocolo a visitar a su abuela y la otra no quiere que eso pase, entonces la llama y se pelean. Otra son dos amantes que se vuelven a encontrar en una videollamada después de varias semanas sin hablar, el tipo está conviviendo con su mujer y en ningún momento tiene un espacio para llamar a la amante y la llama cuando la mujer se va al supermercado”, adelantó Gastón.
Con un elenco conformado por Tamara Liberati, Victoria Municoy, Sebastián Bauza, Bianca Vicari, Tomás Pinto Kramer, Julieta de Moura, Matías Leites, Antonela Scattolini Rossi, Ulises Barzi y Malena López; el dramaturgo vuelve a sus raíces teatrales y estrena esta obra esta noche a través de Alternativa Teatral.
“Son situaciones vinculadas por la situación y el contexto de la cuarentena. Algunas tienen humor, otras son más dramáticas, todos los relatos tienen una pareja de dos actores, y fue muy interesante el trabajo porque sirve como catarsis para enfrentar el dramatismo de estar encerrados cuatro meses, en una pandemia mundial, y hacer de eso algo artístico.”
La particularidad es que los actores no tendrán contacto entre ellos, ya que debido al aislamiento no está permitido, por lo que todo fue filmado a través de plataformas virtuales.
“Nos juntamos e hicimos ensayos y filmamos a través de Zoom. Vamos a arriesgarnos a estrenarlo y ver cómo la gente responde, es la nueva modalidad, un nuevo lenguaje. Es una forma de adaptarnos y de reencontrarnos con el trabajo”.
Para alguien que comenzó su carrera de actuación en el teatro, es un hecho que esta nueva modalidad no tiene comparación a la experiencia teatral como la conocemos. “Esto no reemplaza en absoluto el teatro, el ritual del teatro es único e inigualable, pero para apalear la situación que atravesamos no viene mal reencontrarse con el oficio al menos de forma virtual”.
La dinámica de sus proyectos
En medio del rodaje de una película, una serie y sus planes de comenzar con su escuela de formación profesional teatral, la cuarentena interrumpió la mayoría de los proyectos que Gastón tenía en mente.
Si bien, las producciones en las que participaba quedaron en suspenso, sus proyectos de enseñar teatro encontraron la forma de salir a la luz. Lanzó de forma online sus clases en su escuela Creer es Crear. Las clases resultaron ser un éxito ya que triplicó la cantidad de alumnos que tenía de manera presencial y extendió el proyecto a diferentes partes del país.
Sumado a su rol de profesor, empezó a incursionar en las entrevistas y reportajes. Lanzó por su cuenta de Instagram una serie de videos titulados “Charlas sobre el oficio”, donde invita a distintos actores y actrices del ambiente a una conversación íntima con ellos.
“Surgió porque siempre me gustó hacerle preguntas a la gente que admiro, soy curioso e inquieto en ese sentido. Tenía las ganas de llevar esto a un marco, con un actor que admire y respete. Tener ese espacio para ver a esos actores y actrices que tienen continuidad y conocer un lado íntimo de ellos: cómo es su cocina, cuáles son sus miedos, cuáles fueron sus obstáculos”, contaba el actor.
Matías Mayer, Vanesa González, Diego Domínguez, Flordyszel y Leo Sbaraglia fueron sus invitados en este ciclo que comenzó hace poco más de un mes.
“En las entrevistas siempre se habla del éxito y los logros, no se suele meter en esas zonas. Aprovechar mi rol de actor para preguntar por los castings, los papeles que no se dieron, meternos en esa zona y mostrar que todos somos más o menos iguales, todos tenemos los mismos anhelos, las mismas frustraciones, bajar a la tierra a esos actores y mostrarlos de carne y hueso”.
Algo que es característico de él es su admiración por Guillermo Francella, con quien compartió cámara en El Clan. Sin dudas, una de las figuras que anhela tener en su ciclo de charlas. “Es algo pendiente. Hice con Leo Sbaraglia a quien admiro mucho así que si, ¿por qué no? Todavía siento que tengo que formarme como entrevistador, pero es un objetivo de llegar hasta él”.
Su camino comenzó hace 8 años y a cada paso le permite ganar más terreno en el mundo de la actuación. Entre teatros, novelas, series y películas, sin dudas uno siempre vuelve a sus raíces. “Si tengo que elegir, elijo el teatro. Me gusta dirigir y enseñar, pero son rubros que los hago por exclusivos ánimos de aprender. Pero ser actor es un lugar que disfruto enormemente, es para lo que me formé”, expresó.
Sin dudas y como comentó él, el quiebre estuvo en su interpretación de David Lowenstein en ‘Argentina: tierra de amor y venganza’. “Me tocó mostrar un montón de colores como personaje que no fue fácil mostrar, lo recuerdo con muchísimo cariño y muchas alegrías. Y fue un personaje que me dio a conocer, porque si bien antes la gente te conoce, ahora empezaron a saber mi nombre. Después de ATAV hay otro acercamiento”.
La multiplicidad de personajes y géneros le ha permitido incursionar en un amplio abanico de facetas. Como expresó Gastón, la línea que quiere seguir es justamente esa: “Poder actuar diferentes personajes, que no se me etiquete en un rol'. Soy un privilegiado en ese sentido, tengo 28 años y siempre me llaman para personajes, historias y géneros distintos, me llena de placer porque no hay nada que un actor anhele más que la diversidad en su trabajo. Si siempre te llaman para lo mismo no hay desarrollo ni aprendizaje posible ahí. Me parece vital y clave para interpretar cada historia”.