Nada de lo que planeamos salió como esperaba este año y Georgina Barbarossa es una de las actrices que guardó el vestuario y el maquillaje de “Un estreno o un velorio”, la última comedia dirigida por Flavio Mendoza que fue éxito en la temporada en Carlos Paz y decidió también apostar a la virtualidad para trabajar como actriz.
Acompañada de su madre, su sobrina y su perro López, la mascota que se volvió su fiel compañero reparte su tiempo entre la radio, lugar que le apasiona y volvió con un programa propio “Georgina con vos”, en el aire de radio Zonica y hará una función especial este domingo de “Doña Disparate y Bambuco”, el musical infantil con canciones de María Elena Walsh.
“Hace un mes y medio que estoy en la radio, y me encanta. Son entrevistas y música, con la excusa de que me cuentes cuál es el tema de tu vida. Tenemos la excusa de hablar con el invitado, pero hablamos de todo y hacer conocer artistas jóvenes que no son tan conocidos y que puedan difundir su trabajo. La radio es mágica. Uno tiene que saber escuchar, preguntar y repreguntar”, afirma al teléfono sobre su reciente trabajo donde se prueba una vez más como conductora.
-¿Cómo has llevado todos estos meses?
-Ya estamos todos al punto del hartazgo. Al comienzo disfrutamos de la casa, pero después te das cuenta que trabajas el triple de cuando estabas fuera de tu casa. Y es la cosa de la desazón de no ver a tu familia. Yo vivo con mi madre, con una sobrina y la señora que cuida a mi madre que ya es de la familia. Y López mi perro. Yo me reinventé, no me quejo, estoy dando clases por Zoom, algo que no me imaginé en mi vida.
-¿Funciona?
-Sí. Damos clases con Diego Rinaldi hace mucho tiempo. Y al principio pensamos en no hacerlas, pero nuestros alumnos nos insistieron. Empezamos a probar y de a poco se fue dando, porque la gente está ávida de conocimientos, de volar, de jugar un rato. Realmente tenemos unos grupos con los que trabajamos muy bien. Todas las clases cada alumno hace sus ejercicios y todos tienen su momento, entonces tenemos un grupo de 20 personas. Y nos ha asombrado la atención que hay, frente a la computadora que parece algo tan frío. Sin embargo están muy atentos y es un momento de una gran comunión como es en el teatro. Es un encuentro donde ponemos nuestras almas, claro que nuestra alma y cuerpo es el instrumento del artista. Pero nunca me imaginé que en las clases de Zoom iba a suceder esto. Es un poco lo que sucede con la radio.
Por ejemplo tenemos una alumna que está en Toronto y otra en Montevideo, entonces no perdés la conexión y la posibilidad de hacerlo. Eso es lo bueno de la virtualidad, hay que buscar la parte del vaso lleno.
-También apostás por el teatro virtual con pequeños cortos en las redes y ahora vuelve “Doña Disparate”.
-Nosotros grabamos la función para Teatrix el año pasado y es una de las obras disponibles. Pero este domingo vamos a hacerla con una entrada super accesible a $150, para que la familia vea una obra divina de María Elena Walsh. Y después el elenco haremos una reunión virtual con los chicos.
-Una obra como “Doña Disparate y Bambuco” es un espectáculo ideal también para verlo por televisión, por la música, el despliegue escénico. ¿Pero te sucede con otros contenidos que no es lo mismo verlos en streaming?
-En realidad ver las obras por streaming no es lo mejor, porque nosotros queremos el teatro y volver a actuar. Pero más vale que nos empecemos a acostumbrar a todo esto porque viene para largo. Entonces es la alternativa para que la gente pueda ver las obras, y en distintas partes del mundo y el país. Eso es lo bueno.
-Este momento que vivimos, ¿te movilizó internamente?
-Yo venía meditando desde septiembre del año pasado. Y me está ayudando mucho el encuentro interno. Porque también me bajoneo con esta incertidumbre. El hecho de estar en eje, en oración, cada uno desde su lugar. Meditar a la mañana y a la noche me hace estar más en eje para enfrentar todos los días, que es duro, porque estamos trabajando mucho y es agobiante. Y el tema de no saber qué va a pasar. Y si te agarrás de la angustia te morís. Entonces es mejor ver lo bueno que tenemos, para brindarme de otra manera. Es un cambio de paradigma y un momento iniciático. Que no todos se dan cuenta. Porque decís: “Después de esta pandemia toda la gente va a cambiar”. Y no sé si todos cambian, creo que cambian los que tenemos la posibilidad de ver la vida desde otro lugar, abrir su corazón y ponerse en eje con el universo, para salir mejor y no lastimado de todo esto. Yo extraño muchísimo a mis hijos, pero no quiero que vengan porque vivo con mi mamá de 93 años. Entonces vienen y los veo por la puerta; por ejemplo.
Mientras tantos hay que fortalecer el alma y los afectos, como se pueda a través de las redes o el teléfono. Éramos muy felices y no nos dábamos cuenta. Uno se la pasa buscando el pájaro azul como el famoso cuento y no se da cuenta que lo tiene en su jardín. Es un detalle importante para saber que cuando tenemos las cosas, las tenemos que valorar.
El Cantando que no fue
Georgina Barbarossa fue una de las artistas convocadas al certamen “Cantando por un sueño 2020” conducido por Marcelo Tinelli, que volverá muy pronto a la pantalla de Canal 13 en reemplazo del “Bailando”.
Con mucha ilusión y por su ductilidad en el canto, la actriz aceptó el ofrecimiento. Pero al anunciar la participación de Moria Casán como jurado decidió renunciar.
Barbarossa hace años no se habla con la diva tras duras declaraciones de Moria sobre su marido fallecido, Miguel ‘el Vasco’ Lecuna y su lucha por las adicciones. Desde ese momento, la actriz siempre permaneció alejada y prefiere no cruzar palabra.
Lo cierto es que Moria no se quedó callada y fiel a su lengua filosa se expresó sobre la participación de la actriz: “Es una señora de una vibra espantosa”.
Tras estos dichos Georgina decidió abrirse e hizo pública su renuncia al certamen, para ganar tranquilidad y no generar un enfrentamiento.
-¿Hay posibilidad de hacer algo en televisión?
-Me llamaron de un proyecto pero todavía no tengo nada confirmado. Así que quizá algo para Telefe, pero hasta ahora no hay nada concreto.
-¿Te quedaste con ganas de trabajar en la televisión después de tu salida del “Cantando por un sueño”?
-Tenía mucha ilusión, pero por eso voy a hacer un streaming cantando desde el teatro Picadero, para que la gente lo pueda disfrutar. Fue más sano no participar, preferí no estar. Pero tengo mi vida llena de otros proyectos, con las clases, especiales por streaming, un microteatro que son de seis minutos para las redes. Y la radio, as´que no me puedo quejar.
-¿Qué quedó trunco?
-Llegamos de la temporada de Carlos Paz con “Un estreno o un velorio” con Flavio Mendoza y veníamos a estrenarlo en Semana Santa. Pero quedó stand by. Aunque sí se retoman las actividades para nosotros es más fácil porque lo haríamos en el teatro Broadway que es una sala grande y se puede hacer el protocolo con el distanciamiento. El problema lo tienen las salas chicas y ese es un problema. Porque están fundidos, de hecho hay compañeros de teatro que están ayudando con comida. La gente que trabaja en el arte que la está pasando mal.
-En este momento particular, ¿hay solidaridad entre compañeros del medio?
-Sí. De hecho Mosquito que es un actor del off le lleva comida a los compañeros que no tienen para comer. Está haciendo una obra increíble y con él muchos artistas. Yo no me puedo quejar y me las rebusco. Pero es un momento crítico para todo el mundo artístico. Por eso hay que estar en eje para no desbordarse con la situación. Hay mucha gente en situación de calle y es muy triste, se me estruja el alma.
-Cambiando de tema. ¿Te gustaría volver a enamorarte?
-Sí. No lo descarto, pero no es algo que busco. Estoy bien sola y no le temo a la soledad. Me gusta la soledad. Más allá de mi familia tengo un montón de amigos y si aparece alguien y me enamoro; genial. Pero estar por estar no me da. Además ahora sería tan complicado (ríe). Está todo prohibido.
Para disfrutar en familia
El domingo 26 de julio, a las 17 habrá una función especial de “Doña Disparate y Bambuco” por la plataforma Teatrix.
El musical infantil protagonizado por Georgina Barbarossa repasa las canciones de María Elena Walsh que marcaron a varias generaciones, y siguen siendo referencia para los más chicos.
La entrada se adquiere a través de la página www.teatrix.com y a un costo general de $150. Y luego de la función, los más pequeños tienen acceso a un encuentro por Zoom para hablar con los protagonistas.