La salsa como género musical es alegría, ritmo y color. Y a finales de los ‘80, en nuestra provincia, a un grupo de músicos y artistas mendocinos se les ocurrió la loca idea de formar una banda de salsa, en tiempos donde no existía un circuito oficial del género.
El actor Fernando Ramírez en la voz, Eduardo Ordóñez en batería y Mario Mátar en guitarra crearon Salsa Blanca, la primera banda de salsa mendocina, que marcó un precedente e hizo bailar a una generación, con su particular estilo al interpretar los clásicos latinos.
Luego de 25 años sin reunirse y con la premisa de homenajear al músico fallecido en 2017 Mario Mátar, el grupo volverá a sonar esta noche en el teatro Plaza, con grandes invitados que encontraron el momento para recordar a un amigo y gran músico como él hubiese querido, en el escenario y tocando música.
Los pioneros de la salsa
En 1988, en Mendoza no existía un circuito salsero tal como se lo conoce ahora. El rock, el tango y el folclore y la música romántica sí tenían su espacio, pero el ritmo latino por excelencia era cosa del Caribe.
Hasta que una noche, entre gallos y madrugadas, Fernando Ramírez y Eduardo Ordóñez pensaron en formar una banda de salsa.
“La idea de crear Salsa Blanca comenzó como una casualidad. Yo en los ‘80 tenía un bar en la esquina del teatro Independencia y fue el primer bar que empezó a presentar espectáculos. Y ahí se presentaba Fernando Ramírez con el Negro Aye. Y cuando se iba toda la gente, yo cerraba el boliche y con Fernando nos quedábamos cantando y tocando. Y siempre le decía: “¡Qué bien que cantás boleros!”. Y un día me dice: “Y no sabes cómo canto salsa” (ríe). Entonces nos miramos y dijimos: “¿Y si armamos una banda de salsa?”. Y al primero que llamamos fue al Mario (Mátar). Y a él le encantó la idea, nos dijo que tenía al pianista, que era Gabriel Correa. Y el Gabriel trajo al Pepe Sánchez, y luego al Ricardo. Y el Pipi Morgui como bajista entró después. Y así se armó”, recuerda Eduardo Ordóñez, baterista y percusionista del grupo que comenzó en 1988 y estuvo en actividad durante casi una década.
Aunque la banda estaba formada por grandes músicos y las ganas de aprender un género complejo como la salsa era mayor que el desafío, los comienzos fueron pura preparación, experimentación y ensayo, en un contexto donde no existían ni bares para tocar ese ritmo y donde el rock era el género elegido.
“Salsa Blanca fue el grupo que abrió la escena de las músicas latinas en Mendoza que hoy creció muchísimo. Creo que nos cabe el título de pioneros con justa razón, y como todo pionero tuvo que crear su propio circuito. Por eso tuvo un perfil de desafío profesional y musical de no hacer las músicas que se escuchaban, sino hacer otras que las adaptamos y tocamos de una manera particular. Nos abrimos camino haciendo esta música a nuestra manera. Tampoco había un circuito como existe en la actualidad de lugares donde las bandas tocaban, y de alguna manera participamos de la formación de ese circuito”, apunta Octavio Pepe Sánchez histórico percusionista de la banda.
Lejos de la era de las comunicaciones, con material que llegaba de a cuenta gotas, los músicos sabían que una banda de salsa en Mendoza en esa época era totalmente atípica. “En ese momento escuchábamos discos para sacar el ritmo. Es un estilo muy difícil, hay que tener virtuosismo para tocar, cualquier instrumento que tomes de una banda de salsa necesitas mucho entrenamiento”, aclara Ordoñez que por aquel entonces formaba parte de Markama.
El dream team estaba formado, sólo había que animarse y correr el riesgo. Y así lo hicieron. Fernando “Chévere” Ramírez como la voz líder, Mario Mátar, Gabo Correa, Ricky Bujaldón, Pipi Morgui, Eduardo Ordóñez y Pepe Sánchez salieron a la cancha con una propuesta diferente que hasta su nombre llamó la atención, por la unión del son y el humor.
“En ese momento pensamos en hacer una salsa que sea divertida, por eso se nos ocurrió un nombre “Salsa Blanca”, todo surgió en joda. Hasta que una mañana llegué al bar Armando Tejada Gómez y le dije que no me podía quedar porque tenía ensayo con una banda de salsa. Y ahí me contó que venía de un viaje a Cuba y estuvo con el grupo Irakere. Y ahí surgió la anécdota que llamó la atención, cuando Armando comenta a su esposa: “Ellos son hijos de gringos. Jamás podrán hacer una salsa morena”, recuerda Ordoñez entre el puñado de anécdotas que por esos tiempos entrelazan a los músicos mendocinos.
Con casi una década de historia, Salsa Blanca editó dos discos; “Salsa Blanca” (grabado en 1989, editado en 1990 en Argentina y Chile, con varias reediciones internacionales digitales en plataformas digitales) y “El gran color” (grabado y editado en Argentina en 1992). Además de realizar exitosas giras en Buenos Aires, Chile, Italia, Suiza y Francia.
Vuelve la fiesta salsera en homenaje a Mario
Los lazos de amistad y el recuerdo permanente de Mario Mátar llevaron a que los integrantes del grupo decidieron volver después de tantos años a tocar.
En el concierto de esta noche se reunirán los integrantes originales de la banda hasta 1991, con invitados especiales como el guitarrista Felipe Staiti, quien tomará la posta en el lugar de Mátar. Además de la participación especial de los músicos Facundo Guevara, Silvio Oropel y Luis Cheo Rojas.
“Hace 25 años que no nos juntamos. Pero lo bueno es que guardamos tantos buenos recuerdos de esa época, que nos entusiasma y ayuda a resolver este reencuentro con una semana de ensayo todos juntos. Porque cada uno fue estudiando y repasando por su parte los temas, como los habíamos grabado y eso ayudó un poco. Pero encontrar el tempo de toda la banda es difícil”, detalla Ordoñez.
Y quien no podía faltar en este memorable reencuentro es Fernando Ramírez. El actor y director lleva más de dos décadas afincado en Buenos Aires y por estos días regresó a su Mendoza natal para encontrarse con grandes amigos y volver a tomar el rol de cantante.
“Hace quince años que no venía a Mendoza y es una alegría enorme. Volver a juntarnos fue groso para nosotros, esto es distinto de lo que hago habitualmente, pero retomar la banda generó no solo en nosotros, sino en varios de los seguidores mucha expectativa. Y fundamentalmente el homenaje a Mario es muy importante, por eso está Felipe quien tocará la guitarra en las partes de Mario. Y todos los músicos se movilizaron en este homenaje. Es muy loco, pero en los ensayos cuando tocamos su tema “Melodía de Luna” es como que Mario está flotando en el estudio, porque amaba esta banda”, cuenta Fernando Ramírez sobre su vuelta a la provincia y este encuentro entre amigos.
“Bajo con tumbao”, “Chamo Candela”, “Rico mi pollo” y “De madrugada” son alguno de los clásicos salseros que volverán a sonar esta noche, junto con “Fruta amarga”, “Oye como va” y “Chicano”, temas populares en los que Salsa Blanca imprimió una impronta particular en el sonido.
Aunque habrá lugar para el repertorio propio como “Vamos a abrir la puerta”, de Pepe Sánchez, o “Melodía de luna” compuesto por Mario Mátar.
“Los lazos humanos de amistad que se crearon en esa época, nos alimentó y estimuló en este reencuentro”, apunta Sánchez.
A lo cual Ordóñez resume: “Yo viví los últimos momentos de él muy cerca, y sigue siendo uno de los músicos más queridos por sus compañeros. Y sentí que le debíamos una despedida, una salamanca como sucede cuando un compañero se va. No pudimos estar todos en su despedida, entonces esta forma es una manera de decirle que sigue estando entre nosotros. Y que esta forma de reunirnos es la única que conocemos y la que vivimos siempre. Cada vez que nos juntábamos era a cantar y a tocar, y así será en esta vuelta”.
La Ficha
EL REGRESO DE SALSA BLANCA
Músicos: Fernando “Chévere” Ramírez, Gabo Correa, Ricardo Bujaldón, Pipi Morgui, Facundo Guevara, Eduardo Ordóñez, Pepe Sánchez, Silvio Oropel, Luis Cheo Rojas y Felipe Staiti.
Día y hora: hoy, a las 21.30.
Entrada: $1000. En boletería y entradaweb.com.ar