Horacio García Rojas: el malo de Cry Macho cuenta cómo es llegar a Hollywood y trabajar con Clint Eastwood

Además, el actor mexicano, cuya trayectoria lo consolidó como Aurelio, el antagonista de la última, habla de este film, de la deconstrucción masculina y de cómo el cine de Hollywood está cambiando gracias a los aportes multiculturales

Horacio García Rojas: el malo de Cry Macho cuenta cómo es llegar a Hollywood y trabajar con Clint Eastwood
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Hacer una película en Hollywood, para cualquier latino es un gran paso adelante, pero si además esa película es Cry Macho, protagonizada y dirigida por Clint Eastwood es un sueño difícilmente realizable, excepto para Horacio García Rojas, el actor mexicano que en la película hace de Aurelio. El actor mexicano ya tenía una trayectoria interesante: participó de las series Narcos: México; Diablero y La Negociadora que nos son más accesibles porque se pueden ver en Netflix. Pero también trabajó en otras, muy conocidas en su país y en otras latitudes, como Crimen repentino, protagonizada por Tilda Swinton; Morenita, el escándalo; Solo quiero caminar; Las razones del corazón, Cristiada; La carga; Sin vivir y Traición; Sin Origen y The Jesuit; La 4ª. Compañía; Gringo: se busca vivo o muerto y American Curious. También trabajó en las series Texas Rising y La querida del Centauro.

Pero sin dudas una de las mejores experiencias de su vida fue Cry Macho, por el hecho de trabajar junto a uno de los más grandes referentes de la cinematografía mundial. La película cuenta la relación entre Mike Milo, una ex estrella del rodeo y cuidador de caballos, y un adolescente mexicano, llamado Rafa. El ex jefe de Mike, al que le debe unos cuántos favores, le pide que cruce la frontera de México y le traiga de vuelta a su hijo. Al parecer el adolescente está siendo abusado porque su madre no se encuentra con él.

En esta entrevista exclusiva de Los Andes con Horacio García Rojas, hablamos de su experiencia en la película, de la incidencia de los actores latinos en el cine de Hollywood y en los cambios de paradigmas sociales y culturales que comienzan a verse reflejados en el cine.

Ayer se estrenó Cry Macho a nivel mundial, ¿cómo fue trabajar en esa película?

Sí, Cry Macho es un estreno internacional, pues es de uno de los cineastas más importantes que el séptimo arte nos ha dado, que es el maestro Clint Eastwood, y a sus 90 años sigue dando batalla y sigue construyendo, contando historias, deconstruyéndose a sí mismo y a la idea de lo que es ser hombre y macho, y la posibilidad de tener siempre una segunda oportunidad.

Clint Eastwood siempre tuvo el papel de duro, su imagen es la del hombre inquebrantable, el macho, justamente. ¿Es así en persona o es otro tipo en el trabajo cotidiano?

Más bien es como de esta otra generación que están hechos de una madera dura, impenetrable pero que al mismo tiempo tienen la humildad y la capacidad de conectar con quien tengan que conectar, entonces se vuelven muy sensibles. Es un tipo divertido, sonriente, que se echa sus chistecitos de vez en cuando, pero tiene la cara que tiene, ¿no? Con este semblante y esta energía de Clint Eeastwood. Claro que la convivencia como para tener una radiografía más clara de él era difícil porque estábamos en medio de una pandemia que no nos permitía convivir como creo que nos hubiera gustado a todos. Teníamos cientos de miles de preguntas que hacerle pero el bendito Covid no nos dejaba estar como nos hubiera gustado y como creo que a él le hubiera gustado, porque es un hombre de familia, que le gusta generar estos entornos de complicidad creativa y humana. Por eso creo que hace tantas pelis, una película cada dos o tres años porque tienen la capacidad de conectar con su gente y eso es algo que es muy admirable en un hombre que tiene toda la experiencia pero que la pone a disposición su gente y eso se agradece, porque es una gran lección de vida también para los que venimos, tal vez no empezando pero sí intentando soñar tantitito con los mucho que él ha hecho.

¿Cómo fue la producción y qué diferencian tuvo con otras filmaciones hechas sin pandemia?

Yo creo que lo principal es el tacto humano. Entendemos que las artes visuales, como artes, parten de la necesidad de conexión entre personas que quieren contar una historia. Creo que el distanciamiento social y los protocolos Covid justo nos quitaban un poco de esa chispa y esa vitalidad familiar que se viven en los sets. Pero al final de cuentas teníamos un hombre que tiene toda la experiencia enfrente y que es muy claro en lo que quiere y en las decisiones que toma. Y pues, claro, ¿quién le va a decir que no al maestro? Pero también es una gran metáfora: mientras todo el mundo estaba temblando de miedo este hombre de 90 años tomó las precauciones pertinentes y decidió filmar su película, no de manera irresponsable, porque se llevaban todos los protocolos, pero sí entendiendo que la vida, de una u otra manera tenía que continuar y que el mundo necesitaba contar historias. Es la gran metáfora de su carrera y probablemente su película menos dura y más humana, con un personaje más vulnerable. El mundo espera que Clint Eastwood sea impenetrable y él decide en esta película que no, y que va a contar una historia de personajes de corazón abierto, y en las nuevas esperanzas de un hombre de 90 años, de un niño de 13 y de una viuda, pues todavía hay un mundo por caminar y por seguir.

¿Quién es Aurelio, tu personaje, y qué historia cuenta en la película?

Es la tesis contraria a lo que la película hace. La historia gira en torno a la deconstrucción de la palabra macho y al pensar qué somos los hombres como seres humanos y qué somos como compañía de vida de las mujeres y lo que que aportamos al mundo. Y justo Aurelio es la antítesis de eso, es “el macho” que resuelve las cosas de manera inmediata y violenta y una piedra en el zapato para que Miike Milo y Rafo puedan encontrar o ir en camino a la felicidad. Es parte de las sombras de la historia que se necesitan para poder contar las luces.

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En tu bio de Instagram dice que está disponible en cines y en HBO MAX, pero en Argentina no está en la plataforma

No, en Estados Unidos el esquema de estrenos de HBO MAX es simultáneo con los cines, pero sólo allí. Creo que en latinoamérica hay una ventana de 30 o 40 días, entonces afortunadamente en latinoamérica vamos a tener la posibilidad de que las películas lleguen primero al cine y después a HBO MAX. Conociendo lo que conocí de Clint Eastwood es un hombre que entiende que el cine es para verse en el cine. Y la peli está fotografiada por Ben Davis, uno de los fotógrafos con ascendente en Hollywood, ha hecho muchas películas de Marvel, creo que ahora hizo la de Eternals y Three billboards outside ebbing, Missouri. Así que es una peli muy bien fotografiada y que tiene esto del road movie western. Eso en el cine -hay una parte en la que él va corriendo al lado de unos caballos- es muy bonito verlo. Tener la posibilidad de meterte en este lugar donde te abstraes y te vuelves parte con la pantalla y el sonido, te sientas en tu butaca y durante una hora y media el mundo que está afuera no existe. Y es necesario que los humanos nos desconectemos y nos sumerjamos en la ficción, pensar que siempre hay una manera de (suspira profundo) respirar, y tomar respuestas desde otro sentido y desde otra posibilidad.

Es imposible separar la imagen de Clint Eastwood del género western

Es su género, él es western, su mood es ese. Filmábamos con él, lo veíamos y decíamos “sí, el señor vive en el mundo moderno pero su mood es western”. (Imita a Clint Eastwood) “Hello guys, how are you Horacio? how you feel?” Y camina y vive el western, su rostro es de western. Es muy grato porque estás filmando con él, lo ves y dices “ahí está Clint, y yo estoy aquí con Clint Eastwood”, es una emoción muy importante y poderosa, porque todos crecimos con alguna de sus películas que forman parte de nuestra lista de películas favoritas.

Te sale muy bien la imitación

(Se ríe), Hay un momento en la película que no puedo contar porque spoileo pero pasa algo y para mí fue “ahh me lo dijo Clint a mí” y me quedé como con ganas de abrazarlo pero no pude porque era el malo de la película.

Contanos un poco de tu formación actoral

Yo egresé de la carrera de Comercio Exterior y esto es para cualquiera que sienta que está estudiando o está en algo que no lo hace feliz, hay que cambiar de caminos. Un poco la película de Cry Macho es eso, recuperar tu vida, si no está en la carrera que estás estudiando, pues cambia de camino. Cuando terminé la carrera, agradecí a mis padres la posibilidad de haberme apoyado para estudiar en una universidad y me fui a estudiar la carrera de Arte Dramático en la escuela que se llama Casa Azul. Al mismo tiempo, los últimos dos años de esa carrera estaba en dos escuelas: en Casa Azul que es la formación más convencional de un artista y a otra escuela que era el Diplomado del Teatro del Cuerpo, que era una investigación a partir del cuerpo, como un contador de historias con o sin palabras, es decir, los cuerpos vivos en el escenario nos cuentan una historia antes de las palabras. Esa fue un poco mi formación actoral, pero la otra parte importante viene a partir de mis compañeros de trabajo, evidentemente algunos muy famosos como Tilda Swinton, Brendan Fraser, Oscar Isaac, Andy García, Ignacio Lopez Tarso, María Valverde, el mismo Clint Eastwood; pero también con compañeros que si bien no tienen una trayectoria tan amplia, tienen una predisposición y una ganas de estar ahí jugando el juego contigo y eso es lo que a mí me hace ser el actor que soy hoy.

Luego viene el nacimiento de mi hija y formar una familia con mi esposa y con otro hijo. Así viene el nacimiento de otro ser humano que crece y evoluciona y que eso se ve también reflejado en la pantalla. Mientras más completo y pleno me siento, más complejos y plenos puedo tener los personajes.

Ser un actor de Latinoamérica, que tuvo la oportunidad de entrar a Hollywood ¿te cambia la vida?

Creo que cada nueva experiencia o cada puerta a una nueva posibilidad que se abre, implican un desafío y una posibilidad. Pero uno no puede quedarse pensando en las posibilidades, sino que tiene que pensar en las acciones cotidianas que te llevan a seguir haciendo cosas. Las únicas cosas que ubico que me cambiaron la vida fueron el casarme y el nacimiento de mi hija como un acto total. las decisiones importantes, en su momento irme a estudiar teatro y no tener miedo, esas son cosas que cambian la vida. Las demás son experiencias que las vives. Sí te cambia la vida estar con personas como Tilda Swinton o Clint Eastwood porque los ves y dices “quiero aspirar a ellos” y para eso necesitas dos cosas que son ética y humildad. Ética de prepararme con todo lo que tengo a disposición en ese día y en ese momento, y la humildad de escuchar y trabajar de la mano de un equipo que va a estar para mí y yo para ellos. En ese sentido sí cambia la vida.

Pensar en Hollywood, mas allá de pensar en la posibilidad banal del estrellato, es la posibilidad de este espacio donde hay gente de todo el mundo queriendo contar historias, en que puedes estar dirigido por alguien que venga de medio oriente o de Asia y trabajar entre latinos pero también con gente de Europa del Este o de Sudamérica, o África. Todas las culturas que convergen en ese espacio de creación, que es la industria más poderosa del universo que es ahora Hollywood, en ese sentido me emociona poder estar cerca de ese espacio creativo y de las posibilidades de las historias que se pueden contar. Yo soy un tipo al que le gusta romper esquemas. Afortunadamente he podido hacerlo en las cosas que he hecho como la serie de Diablero, o esta serie en la que el showrunner es argentino, el buen Nico Ente, que es el que hizo Rompan Todo. El fue el showrunner de la serie “Soldados o zombies”, que justo estar con personas que tienen otras visiones diferentes a las mías desde sus propias culturas, pero que nos conectamos por muchas cosas, a mí me emociona muchísimo. Y si Hollywood me da esa posibilidad de trabajar con personas locochonas e increíbles de otras latitudes, pues lo seguiré haciendo y me emocionará. Si las cosas se dan seguiré tratando de encontrar en mi propio país que es el lugar que más amo el espacio para la creatividad.

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¿Cómo crees que impacta que las producciones mexicanas, con identidad propia, se mezclen con la cultura de Hollywood?

México y latinoamérica tenemos un alma muy propia con muchísimo talento, pensando en Argentina pensando cuántos cineastas existen, el arte teatral en Argentina que es como para América Latina y el mundo uno de los espacios culturales más importantes. México también tiene lo suyo, pero el cambio de narrativas es algo fundamental sobre el que el propio Hollywood está dando pasos fundamentales. Y que tienen que ver con temas de racismo, clasismo, homofobia, misoginia y entender que las narrativas deben de ser incluyentes no en un sentido forzado sino en un sentido de entender que en el mundo es un espacio donde estamos cientos de miles de personas. Como justo ahora, que su presidente Fernández hablaba de que los argentinos bajaban de los barcos. ¡Y no no no! Bajémonos de esas narrativas porque eso no es verdad, y tiene que ver con esos cambios de pensar en un país, en un continente o en un mundo donde quepamos todos, todas, todes. Los mexicanos nos estamos empezando a colar, cada vez vemos más fotógrafos, directores, actores, que están siendo considerados por la meca de la Industria porque saben que hay un mercado que también quiere ver estos rostros y estas historias como las nuestras porque les pertenecen. El público con la llegada de las plataformas tiene la posibilidad de, con un click, decidir si sigue viendo tu contenido o no. Entonces debemos vernos reflejados en la pantalla porque el poder de la representación es muy importante, sobre todo para los latinoamericanos.

No podemos negar que los medios audiovisuales son sumamente racistas: prendemos la tele y las personas de mi perfil no tienen la posibilidad de ser los estereotipos positivos de la pantalla, siempre somos los criminales, los narcotraficantes, personas de un intelecto limitado, torpes de pensamiento o ingenuas. Yo salgo a las calles y eo gente afuera que son mis amigos y son morenos como yo, altos y chaparritos, gorditos y flaquitos, de determinado género y de otro género, con una religión y con otra, con una ideología política y con otra, y todos estamos viviendo el mismo espacio, tratando de hacer lo mejor posible para vivir y convivir de manera chida y sana y esto debería reflejarse en la pantalla y Hollywood. Nosotros en México estamos en un movimiento que se llama “Poder Prieto” que estamos tratando de crear narrativas donde estemos todos. En Argentina nos estamos vinculando con Identidad Marrón, tratando de entender que los países latinoamericanos tenemos una polaridad que se está colando a Hollywood, para contar otras historias con mejor presupuesto y convencer a personas de más arriba, de contar historias diferentes. En ese sentido vamos a seguir usando nuestra voz para que podamos divertirnos más y que la pasemos mejor todos.

Me contabas fuera de la entrevista qué tal vez venías a Argentina

Estoy ahora en un proyecto en Telemundo que es “La Reina del Sur” que tiene una idea muy interesante: Está gestado por latinoamericanos hispanohablantes y es un proyecto donde hay gente de Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y España. Todos estamos creando contenidos rodando por todos los países. Supuestamente si todo sale bien y el tío Covid nos deja, tenemos que ir Argentina y me encantaría, porque tengo muchos amigos de esta parte del Continente, no conozco su país y la mejor manera de entender una cultura es estando ahí, conociendo a su gente en su espacio. Son cosas que tengo muchas ganas de vivir.

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