“Una familia de clase media, con un matrimonio sumido en la rutina, una hija que viene a presentar a su novio, un chico bien, con la esperanza que tendrá una vida mejor y más acomodada, y un hermano diferente que rompe con inocencia y desparpajo el reaccionario status quo de la familia.”
Así describe la trama de El loco y la camisa el director mendocino Willy Olarde, quien cautivado completamente por esta obra, decidió traerla desde la capital a los escenarios de nuestra provincia.
Conocido por su primer trabajo como director en el policial Bajo la sombra de la muerte y una larga carrera como actor y productor audiovisual, Willy comienza a forjar un camino donde los temas que abordan sus trabajos deben penetrar más allá de lo que es el hacer o no una obra.
En El loco y la camisa, encontramos una serie de temáticas que más allá de abordar temas indispensables, lo hace desde una perspectiva mucho más receptiva. “Lo mágico es que, al exponer todos estos temas desde el humor, hace que uno baje los escudos del súper yo y se encuentre más permeable a ser atravesado por nuevos y mejores patrones, nuevos paradigmas de convivencia.”
Tratándose de una obra que expone temáticas que atraviesan más que nunca a la sociedad, será un viaje de introspección donde a través de la comedia, el espectador revalorará y repensará la forma en la que los afronta.
Micromachismos, violencia doméstica, estigmatización de las discapacidades, infidelidad y conformismo, son los principales temas que aborda esta comedia dramática escrita por Nelson Valente y que finalmente, estrena esta noche a las 20:30 en el Teatro Mendoza, con una segunda función el próximo viernes.
El descubrimiento de la obra
Con nominaciones que incluyen los premios Estrella de Mar y Teatro del Mundo, y ganadora a los Premios Escuela de Espectadores de Buenos Aires, premio Mayor VII Festival Iberoamericano de Teatro Cumbre de las Américas, Festival Zonal Conurbano de Teatro para Adultos y Festival Regional de Teatro de Lomas de Zamora, su trayectoria ha generado cierto revuelvo entre los amantes del teatro.
Protagonizada por Álvaro Benavente, Laura Lahoz, Fernando Muñoz, Laura Preziosa y Fernando Soto, y producida por Martín Chamorro, se trata de una referencia indiscutida de lo que representa el teatro independiente argentino de la última década.
Esta exitosa obra se mantiene en cartel en Buenos Aires y distintas ciudades de la Argentina y ha realizado giras internacionales y presentaciones en festivales, obteniendo premios y excelentes críticas de la prensa especializada.
- ¿Cómo fue tu primer acercamiento con la obra de Nelson Valente?
- Desde Buenos Aires un día Santiago Racca, con quien filmamos el film Desertor, haciendo de padre e hijo, recomendó en su instagram la obra. Pues así llamó mi atención y me puse en contacto con Nelson Valente quien de primera y sin dilaciones me la compartió para que la leyera: la devoré en un santiamén.
- ¿Qué fue lo te atrajo de esta obra?
- Es una lindísima obra que pone en el tapete la humanidad por sus cuatro puntos cardinales, una lindura de texto. Y lo que me atrajo precisamente fue imaginarme cada uno de los actores en cada personaje. Afortunadamente, ha sido todo un hallazgo.
- En simples palabras, ¿Cuál es la esencia de “El loco y la camisa”?
La verdad. La verdad como camino y forma de vida. Sanadora, enriquecedora, constructiva, esperanzadora, fácil… y demoledora.
- ¿Cuál es la importancia, como director y hacedor cultural, de que se aborden estos temas en el eje artístico?
El teatro y también lo teatral en el arte sirven de arena donde se exponen las propias glorias y miserias del ser humano. En la medida que una puesta o una actuación logra empatizar con el espectador, éste se convierte, deja de ser quien era para ser uno mejor, un poco o un mucho más completo desde que la obra lo modifica. Y ése escalón infinitesimal que sube, nos eleva en definitiva a todos.
- ¿Cuál es tu mayor desafío como director a la hora de llevar a escena una producción con muy buena reputación?
Eso, precisamente, la comparación. Cada puesta es una nueva obra pero difícil es la tarea cuando los laureles la preceden, puesto que aunque Yatasto es el mismo, no todos son Leguizamos. Supongo que el desafío mayor es ofrecer el alma y el cuero, siempre. Y aprender de las devoluciones. De las no favorables, para limar, arreglar, zurcir, aplanar, aumentar lo que haya lugar y de las amorosas, para aquilatarlas en el alma.
- En lo personal, ¿Esta obra ahondó directamente en algún aspecto de tu vida?
Absolutamente. Desde los micromachismos enquistados que aún tenemos, que subyacen en el inconsciente colectivo que tenemos como nación, como pueblo hasta el estigma de la alteridad, eso de tener un integrante de la familia con distintas capacidades nos confronta a la manera que tenemos de pensarnos intra y extra círculo familiar.
