El psicólogo y terapeuta español Joan Garriga, estuvo en Argentina promocionando su nuevo libro “Decir sí a la vida”, en el que se enfoca principalmente en aquellas cuestiones que quedan como resultado del aislamiento por pandemia: soledad, depresión, fobias, y una larga lista de padecimientos que están viviendo muchas personas en el mundo.
Parafraseando a Eduardo Galeano, Garriga plantea la idea del mundo como “un mar de fueguitos”, cada uno con su particular historia. “Una llama inmemorial que se transmite entre generaciones. Es inevitable que en ocasiones se agite, resplandezca y queme, del mismo modo en que se deja llevar por una pequeña brisa, enferma o incluso se apaga. Esta es una metáfora que ha servido durante siglos para definir nuestra existencia, que a veces nos duele o desafía más de lo que esperábamos”, describe.
Este libro de Garriga, se suma a su extensa lista de publicaciones en las que se permite abordar temas que van desde la complejidad de las relaciones familiares, hasta los vínculos de pareja. En esta oportunidad, nos instruye, con extrema sensibilidad y virtuosismo, en el arte de caminar la vida y superar sus asuntos claves, a la vez que ofrece un mapa preciso para atravesar los momentos difíciles y no quedar anclados en el sufrimiento.
“Decir sí a la vida”, permite encontrar una forma de crecer y aprender a estar en paz con nosotros mismos, en un viaje interior que ayuda a reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida.
“Yo no, no tengo nunca la intención de dar un manual de instrucciones, me gusta que mis libros sean prácticos por las educaciones y las comprensiones que sugieren en las personas y el libro tiene tres partes: una más reflexiva, filosófica, psicoespiritual; otra parte que me parece muy muy útil, en mi humilde opinión, para los ayudadores porque estructura el mapa de donde hay que mirar y buscar las cosas para obtener buenos resultados o hacer que algunas cosas pueden cambiar; y una tercera parte que sí que es más práctica que en realidad viene con la pregunta -un poco provocativa- de es cómo logra sufrir. Porque también lo que defiendo en el libro, aunque suene un poco frívolo, es que necesitamos una estructura, saber cómo sufrir. Necesitamos identidades internas que estén en cierto modo invirtiéndose con ciertas expectativas o presuposiciones sobre nosotros mismos, o sobre la vida, para desembocar en el sufrimiento”, explica en entrevista con Los Andes.
Joan Garriga, uno de los psicólogos más reconocidos e influyentes en España y América Latina, es autor de grandes éxitos de autoayuda como “El buen amor en la pareja”, “La llave de la buena vida” y “Bailando juntos”, su penúltima publicación.
En este, su último libro, enseña mediante ejemplos reales, a acoger el sufrimiento y convertirlo en fortaleza ya que, a veces, las situaciones cotidianas o extraordinarias nos enfrentan a circunstancias de difícil aceptación, en las cuales “si aprendiéramos de la realidad en lugar de sentirnos sus víctimas, estaríamos más cerca de una fortaleza interior que nos permita hacer el viaje del dolor sin tener que anclarnos en posiciones de sufrimiento”, destaca, y agrega “En el libro también hago una diferenciación entre dolor o adversidad, que es natural porque no es posible pasar por la vida sin que nos visiten algún momento la contrariedad o la adversidad. Al mismo tiempo estamos dotados y preparados con los recursos necesarios para hacer los procesos emocionales y existenciales para no quedarnos anclados en la contrariedad de lo que nos tocó vivir y poder seguir caminando la vida más allá del sufrimiento”, destaca.
En este sentido, propuso ejemplos que casi todos tenemos en común: “El marido que me dejó a la mujer y pasan 20 años y ella sigue viviendo una vida desgraciada por este suceso. Entonces lo que yo postulo es la importancia de integrar aquellos hechos que sucedieron para poder seguir adelante y para que nuestra vida en realidad no esté pivotando constantemente sobre la energía del pasado. La mayoría de las personas no están dispuestas a sufrir para dejar de sufrir, aunque suene paradójico, significa que a veces necesitamos hacer el viaje de lo que nos resultó inclemente y este viaje conlleva abrirse al dolor, tristeza, enojo y un conjunto de emociones que si lo vivimos y hacemos el proceso, luego ya no nos instalamos en posiciones de sufrimiento”, aclara.
Consultado acerca de qué mecanismos debe articular una persona superar cuestiones que a veces no son tan dramáticas y que sin embargo les resultan difíciles de procesar, Garriga consideró que es una cuestión particular de cada uno, y que desde la psicología resulta difícil saberlo: “no sabemos por qué personas que enfrentan ciertas dificultades tienen una actitud que las lleva a salir fortalecidas y otras personas que tienen pequeñas dificultades, se instalan en una vida de sufrimiento y de menoscabo. Una vez una mujer vino a trabajar en uno de los talleres y dijo ‘A mí me pasó algo terrible en mi infancia, y es por esto que luego mi vida ha sido tan complicada’, yo me imaginaba que hablaría de algún trauma realmente intenso o terrible, pero luego dijo ‘Es que cuando tenía 14 años mis padres me internaron en un colegio’, así que por este motivo ya no veía tanto los padres. Me parece comparativamente con otros traumas que veo a veces, esto es algo muy sencillo. Cómo se explica que esta persona usara esta adversidad para edificar una vida de queja al contrario de otras personas que sobrevivieron incluso a campos de concentración o que tuvieron traumas significativos, situaciones muy complejas de violencia de abuso sexual y cómo supieron encontrar el camino para salir de esta situación es distinto de aquellos que no encuentran ayuda adecuada o luego entran en el paisaje de autodestrucción”, sostuvo.
En cuanto a cómo salir de ese loop de sufrimiento, Garriga consideró que ayuda sentirse bien anclados en las figuras paternas y también sentir el abrazo, compañía y respeto de los pares.
Uno de los apartados del libro habla de la resistencia al cambio y la deslealtad dichosa, como una forma de salir adelante en situaciones difíciles. “Cuando nos sumergimos en las dinámicas familiares vemos que hay un cierto contagio, una cierta lealtad de los hijos hacia los padres o el sistema familiar en sentido amplio. Por ejemplo, una hija que dice ‘mi madre no fue feliz con papá y siempre fue un campo de lucha, así que yo también voy a luchar como mamá’, y entonces es una lealtad desdichada porque repite este guion con los hombres, llevando esta situación a su propia relación de pareja”. De esta manera explicó lo que significa la “deslealtad dichosa”, considerando que es preferible “que un hijo sea desleal a mí pero sea dichoso, a sostener una lealtad que lo aflige”, concluyó.
Acerca del autor
Joan Garriga nació en Bellpuig, en 1957. Es licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona. En 1986 creó el Institut Gestalt de Barcelona, donde desarrolla su actividad como terapeuta y formador en constelaciones familiares, coaching sistémico, terapia Gestalt y PNL. En 1999 invitó a Bert Hellinger a presentar su trabajo sistémico sobre constelaciones familiares en el Institut Gestalt de Barcelona y con el tiempo él mismo se ha convertido en uno de los principales exponentes de esta terapia en España y el mundo hispanohablante. Ha publicado artículos sobre psicoterapia en revistas especializadas y es autor de ¿Dónde están las monedas? (2006), Vivir en el alma (2008), El buen amor en la pareja (Destino, 2013) y La llave de la buena vida (Destino, 2014), todos con un gran éxito de crítica y público.