La escena y la actualidad con la Ley de cupo femenino en los festivales

Desde que se sancionó la legislación, algunos espacios cumplen con la normativa, pero aún las mujeres artistas tienen que luchar por mostrar su trabajo en la escena. El testimonio de músicas mendocinas.

La escena y la actualidad con la Ley de cupo femenino en los festivales
Hoy la legislación ayuda a que se visibilice el trabajo de las artistas en la escena.

En noviembre de 2019 el Congreso de la Nación aprobó la Ley 27.539 que regula la participación de artistas mujeres y personas de identidad de género autopercibido en una proporción no menor al 30 por ciento en la grilla de presentaciones. Es decir, un tercio de los artistas en escena deben ser mujeres.

Desde aquel momento se produjo un acomodamiento interno en los festivales nacionales para quedar dentro de la norma, y algunas bandas hicieron lo propio exigiendo que se respete el cupo.

Desde el Instituto Nacional de la Música (INAMU) además, pusieron a disposición la normativa para que pueda ser consultada por los organizadores. Siendo este el ente fiscalizador, tenía además la responsabilidad de hacer cumplir la ley que establece que el INAMU sea la Autoridad de Aplicación, otorgándo así el deber de velar por su cumplimiento, explica la página del Instituto.

En aquel momento se realizaron reuniones de consultoría y asesoramiento con colectivos representativos y referentes de la actividad para contribuir a eliminar la discriminación en los eventos musicales y durante el verano del 2020 muchas fueron las críticas y las denuncias por el incumplimiento de la normativa, sobre todo en el ámbito musical del folklore.

Como el ente fiscalizador no cuenta con la estructura para verificar el acatamiento de la Ley en todos los eventos musicales públicos y privados del país en el momento en que se están realizando, el Instituto Nacional de la Música estableció un método simple para que estas situaciones puedan ser denunciadas a través de la página del organismo.

Una lucha que recién comienza

A dos años de la sanción de la ley y pandemia mediante que congeló la escena musical, y en la actualidad aún mucho de los festivales y encuentros populares no cumplen con la normativa. Para las mujeres músicas y disidencias sigue siendo cuesta arriba difundir su trabajo en espacios masivos.

Desde el MIMM (Movimiento Independiente Mendocinos de Músicos) buscan que la ley se aplique y se refleje el cambio en la escena.

“Es complejo hacer un balance en la escena de los festivales, porque hay que tener en cuenta que la Ley fue puesta en vigencia muy cercana a la pandemia, entonces es difícil medir el impacto. Hay una crisis muy compleja en la actualidad en la escena de la música, porque no tiene una legislación que considere a los músicos como trabajadores con sus deberes y derechos.

La ley es una herramienta interesante, que fue empujada por organizaciones de músicas de todo el país para que sucediera. La ley de cupo en los festivales genera una diversidad de visiones en la música que no se había dado hasta el momento. Estadísticamente los festivales de la provincia no llegaban al 30%. Pero es insuficiente incluso ese número, porque desde el MIMM entendemos que la música tiene que tener su ley propia que regule su trabajo. Es una tarea que venimos empujando desde hace mucho tiempo. Los cambios no son de un día para el otro, ni armónicos. Pero suceden y es importante la difusión de la ley para que se aplique”, comenta Paula Casciani música e integrante del MIMM.

La cantautora afirma que pese a la ley, aún faltan espacios para las mujeres en los escenarios.
La cantautora afirma que pese a la ley, aún faltan espacios para las mujeres en los escenarios.

El testimonio de artistas y gestoras de la provincia es importante, para tener un panorama de la situación y difundir la ley.

Camila Millán, cantautora y comunicadora del MIMM sostiene que es un comienzo sólido para un proceso extenso y necesario para las artistas de la música.

“Desde mi perspectiva estamos en otro momento, nos deja en un lugar sólido para reclamar nuestro derecho a acceder a esos espacios. Si bien la ley tiene un espíritu colectivo también surge la pregunta de porque no tenemos ese lugar. Es importante visibilizar la situación y mantener frescas las vías de quien lo fiscaliza. Es importante tener en cuenta que no solo el Estado puede mejorar esta condición y favorecer en los espacios para las artistas, sino también el de grupos más pequeños, con la habilitación de espacios variados para la música en vivo en el gran Mendoza. Y que repercute en menos espacios para todos, y sobre todo para las mujeres y disidencias”.

Todo indica que el camino es arduo e históricamente el trabajo autogestivo empujó a las artistas a buscar su lugar en los escenarios. La ley es una herramienta válida, pero aún su implementación no se refleja en la realidad.

“Con la pandemia se acentuó mucho más el tema del espacio de las mujeres en los festivales. Solo algunos festivales municipales dan ese lugar. En mi caso esta temporada son muy pocas las posibilidades de trabajo que surgieron. Y con mi propuesta de solista lamentablemente no tengo ningún espacio para mostrarlas, no he tenido ninguna convocatoria. Todos los años uno se mueve, busca oportunidades, pero en el camino se cansa. He visto grillas completas de festivales con solistas y grupos masculinos, y las artistas están ausentes.

Creo que los mismos que trabajamos por la ley ahora tenemos que denunciar que sigue ocurriendo la misma situación. La verdad es cansador para las artistas, lamentablemente siempre terminamos en la autogestión. Hay muchas mujeres en la música, dedicadas, con mucha preparación, consciencia en el mensaje. Además creo que el público se cansa de ver siempre lo mismo”, apunta Anabel Molina, cantautora mendocina.

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