Es muy habitual que lleguen a mi consulta muchas personas buscando herramientas para liderar a su equipo. Casi siempre es lo mismo: estaban en un sector de la empresa, los trasladan quedando a cargo de un nuevo equipo y empiezan a tener dificultades en las relaciones y, como consecuencia lógica, en los resultados que van obteniendo. Lo mismo ocurre algunas veces cuando cambian de empresa y les toca liderar un equipo desconocido.
Seguramente, a vos mismo que estás leyendo, te habrá pasado en algún momento, o quizás te está pasando actualmente. En esta columna no podré abordar todo lo que tiene que ver con el desarrollo de un equipo funcional, o de alto rendimiento, pero al menos quiero dejarte algunos elementos que sé que te pueden servir.
Hay muchas maneras de liderar y muchos autores que abordan este apasionante tema. Algunos creen que un líder ya nace líder; otros, creemos que cualquier persona puede llegar a serlo si se lo propone. Pero el aprendizaje surge de una decisión; hay que decidir aprender a ser líder.
Pero, ¿Qué aprender?
Desde mi mirada, tiene que ver con estos cuatro elementos:
1) Toda la experiencia que traemos de otros trabajos. Cada vez que nos equivocamos vamos aprendiendo.
2) Herramientas específicas, o hard skills, que tienen que ver con el conocimiento técnico de un profesional; como por ejemplo la capacidad de llevar adelante una reunión efectiva, generar un plan de acción para lograr ciertos objetivos, herramientas técnicas como el uso de un software, cuestiones relativas a procedimientos relacionados con una determinada tarea, el análisis de datos y últimamente se ha incorporado el uso de la Inteligencia Artificial.
3) Herramientas blandas, las llamadas soft skills, que son las características y competencias que configuran los comportamientos de los individuos en las empresas; tienen que ver con lo que hace falta para ser efectivo en las relaciones; por ejemplo, lo relativo a la comunicación efectiva: saber escuchar, coordinar acciones, preguntar, hacer pedidos efectivos; saber trabajar en equipo asignando responsabilidades y que cada uno ocupe su rol y responda y se haga cargo por lo propio.
4) He dejado para el final las llamadas power skills, o habilidades de poder, que son las que están relacionadas con lo más profundo del ser humano, con su propósito, su trascendencia, el poder conectarse con lo importante y saber que el trabajo es un servicio que lleva a extraer de todas las personas con las que trabajamos su máximo potencial. Son aquellas que forman el pilar del talento personal y profesional. Son ejemplos la competencia social, la inteligencia emocional y la autogestión. Por ejemplo, saber gestionar las emociones, lo cual tiene que ver con haber aprendido a identificarlas primero en uno mismo y luego en los demás. O gestionar conscientemente el tiempo, lo cual proviene de tener muy claras las prioridades: qué es lo importante y qué no lo es.
Cómo poner esto en práctica
Habiendo distinguido los aprendizajes que debe tener una persona que tiene un equipo a cargo, es útil que hagas una auto observación y determines cuál de estas habilidades son las que sentís que aún debes desarrollar. Algunas veces sólo tiene que ver con una herramienta técnica, pero la mayoría de las veces el problema aparece cuando hay una carencia en alguna de las dos últimas. La buena noticia es que absolutamente todo lo que está incluido en cada una de las cuatro se puede aprender. Por supuesto hará falta un elemento que mencioné más arriba y es el querer aprender, es decir tener la voluntad de hacerlo.
Ojalá esta columna te haya abierto alguna puertita y motivado para iniciar el aprendizaje de las habilidades que hacen falta para liderar efectivamente un equipo Mi nombre es Julieta Casnati, Master Coach Internacional, y si querés saber más sobre coaching, ingresá a nuestra cuenta de Instagram @coachingpsicologicointegral para enterarte de todo lo que tenés que saber sobre nuestra academia ¡Nos vemos en la próxima columna!