“La edad dorada”, por HBOMax, el gran estreno de esta semana

La poderosa producción, que estrenó en HBO y ya está disponible en HBOMax, es una lujosa versión sobre las clases pudientes neoyorkinas de fines del siglo XIX. El creador es Julian Fellowes, el mismo de “Downton Abbey” y guionista de “Gosford Park”.

“La edad dorada”, por HBOMax, el gran estreno de esta semana
"The Gilded Age", la súper producción de época que promete arrasar, estrena en HBO y en HBO Max.

No es estrictamente lo mismo, no. Porque la oligarquía inglesa cuenta con reyes, condes, duquesas y castillos medievales con los que darse esos aires aristócratas que tan bien han ilustrado los filmes de época en la industria audiovisual (te recomendamos “Emma” en Netflix, si no la viste).

Mientras que en Estados Unidos pueden presumir de magnates y nuevos ricos que ascendieron desde el mismo barro de la inmigración, sin títulos nobiliarios que avalen la alcurnia. Y porque los actores británicos saben cómo recurrir a los gestos y maneras de esa casta social que celebran con la persistencia de la monarquía en Inglaterra.

Pero “The Gilded Age” (“La edad dorada”) cumplirá con su cometido de sumergir a los espectadores en ese universo repleto de arañas de caireles, sombreros de copa, joyas, encajes y damas remilgadas para narrar las vicisitudes de una sociedad bastante más puritana que la que vivimos en el siglo XXI; y que construyó su poderío dinástico de muy peculiares maneras.

Louisa Jacobson, hija de Meryl Streep, es la protagonista de "The Gilded Age".
Louisa Jacobson, hija de Meryl Streep, es la protagonista de "The Gilded Age".

En principio, el creador de la serie es Julian Fellowes; el que tuvo la idea de hacer la inoxidable “Downton Abbey”, guionó “Gosford Park” y entregó el hitazo que fue para Netflix “Juego de caballeros”, sobre los inicios del fútbol en Inglaterra. El hombre es un experto en dramas de época y sabe cómo sacarle tajada a las apasionantes historias de odios y amores, con chaperones de por medio, que vivieron las pasadas clases altas del siglo XIX y principios del XX.

De esto va la serie “The Gilded Age” que ahora estrena HBO este lunes a las 23 y quedará disponible también en HBO Max.

Esa dorada tentación

La historia empieza en 1882, cuando Marian Brook se muda del campo de Pensilvania a la pomposa ciudad de Nueva York, luego de que la muerte de su padre dicte que debe ir a vivir con sus tías millonarias.

Marian no irá sola sino con una compañera de cuitas y aventuras que, además, tiene las pretensiones de convertirse en escritora (asunto complicado para las mujeres en aquellas épocas).

La joven se verá envuelta en una guerra social familiar y sus vecinos millonarios, gracias a que el patriarca del clan amasó su fortuna entre los rieles despiadados del ferrocarril. El conflicto que atraviesa a la trama es si Marian se someterá a las reglas decimonónicas o pugnará por forjar un camino personal ligado con la “modernidad”.

La serie tiene varios apuntes interesantes que derivan de esta trama. Pues descontamos que a nivel de producción y diseño de puesta será un festín como experiencia audiovisual.

En principio este guion hace pie en un tiempo histórico interesante para Estados Unidos. Es cuando finaliza la Guerra Civil en ese país y comienza a forjarse el imperio que hoy conocemos: los cambios económicos, la modernidad avasallante que trajo consigo el ferrocarril y la desigualdad social que hoy nos tiene a mal traer son las que se iniciaron por esos tiempos. Y Fellowes juega a las asociaciones del título de su producción con el de la ácida novela de Mark Twain “La Edad Dorada: A Tale of Today”, que se ambienta en el mismo contexto.

Las damitas norteamericanas

El casting también tiene sus asuntos interesantes. En él se cuentan los nombres de Christine Baranski (“The Good Wife”) que, curiosamente, se midió en los Emmy de 2012 junto a la troupe de actrices que protagonizaban “Downton Abbey” con Maggie Smith a la cabeza. Y claro, en ese momento, no tuvo suerte con el premio. Tal vez ahora...

Pero, además, la actriz principal de “The Gilded Age” es Louisa Jacobson, la hija de la inconmensurable Meryl Streep. Nada fácil para la chica este asunto de lucirse con esa sombra materna en sus espaldas. Pero sí este envío es una gran oportunidad de lucir su talento.

Otra de las actrices que encontró una filiación de “ambientes” en este producto es Cinthia Nixon, que pasa protagonizar el glamour neoyorkino ultra contemporáneo en la nueva “Sex and the City” (“Just like that”, también en HBO Max) para hacer lo propio en el contexto social que le dio origen un siglo antes.

Una puesta fastuosa

Otra tentación es la de comparar los sitios icónicos de Nueva York en una suerte de “ayer/hoy” pues el rodaje -que inició en febrero de 2021- en Rhode Island es un pulular de mansiones que todavía perviven desde aquellos principios del siglo XX. De hecho, la producción hizo pie en las lujosas Chateau-sur-Mer, The Elms y The Breakers.

Además, se aprovechó el Distrito Histórico Central de Troy; uno de los puntos históricos de aquella época dorada mejor conservados en Estados Unidos. Por supuesto hubo que ambientar el contexto. Así, varias manzanas aledañas se transformaron en calles victorianas para esta ocasión.

El vestuario es otro asunto exquisito a considerar: fue diseñado Kasia Walicka-Maimone (“Moonrise Kingdom”, “El año más violento” y “Truman Capote”); mujer que sabe cómo convertir terciopelos y sedas en lujosos vestidos y capas.

El padre de la criatura

El camino hacia la exquisitez aristocrática que inició Julian Fellowes tiene su raíz en la película que dirigió Robert Altman y él guionó en 2001: “Gosford Park”. Sin duda alguna, la mejor de todas las versiones que hacen pie en la lucha de clases sobre las que han filosofado Karl Marx y Max Weber.

De hecho, “Downton Abbey” es una especie de versión extendida en capítulos de ese prodigio cinematográfico que es “Gosford Park”, y que luego Fellowes llevó a la televisión británica.

“The Gilded Age” le llegó como idea a Fellowes (ganador de dos Emmys por “Downton...” y el Oscar por “Gosford...”) cuando estaba escribiendo las últimas temporadas de “Downton Abbey”. Allí se encontró con una profusa información sobre las denominadas “princesas del dólar”, que eran las mujeres de clase alta que, a fines de 1800 y principios de 1900, eran las candidatas a esposas que los aristócratas europeos en quiebra buscaban para sumar a títulos nobiliarios al estilo de vida que consideraban que debían tener.

Todos matrimonios arreglados en los que las mujeres estadounidenses ricas aportaban el dinero, y ellos los blasones.

De estos convenios provienen muchas de las poderosas dinastías estadounidenses, como los Vanderbilt, los Gould o los Astoria. Que, ya instalados como magnates capitalistas, gastaban sus fortunas al ritmo del crecimiento financiero que siguió al fin de la Guerra Civil: construían palacios, uno al lado del otro, en los territorios que fueron fango y sangre inmigrante en el país.

En este campo liderado por millonarios industriales y fastuosos las mujeres, por supuesto, no podían ni participar en política ni contribuir a engrosar las arcas familiares. Ellas estaban destinadas, luego de aportar los títulos de nobleza, a tomar el té en sus mansiones; entre intrigas amorosas y deseos secretos.

Campo fértil para Fellowes esta historia iniciática que decidió estampar como entramado social en “The Gilded Age”.

Pero no fue fácil: la serie se inició como proyecto en 2012 en la cadena NBC, que en 2019 se la cedió para el streaming a HBO. Su producción atravesó las demoras de la pandemia y ahora, luego del tortuoso derrotero que atravesó este trasatlántico audiovisual (es una súper producción poderosa llena de decorados monumentales, entrenamientos para los actores y millones de dólares en ambientación) aspira a convertirse en una insignia de la señal al estilo de “Succession”.

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