Una película de terror en tono apocalíptico es la que trae a Juana Viale de nuevo a la actuación: se podrá ver desde hoy en las multisalas. Se trata de “Lo Inevitable”, que sigue la historia de una familia que bajo la influencia de profecías que anuncian el fin del mundo se refugia en una antigua casa de campo durante las horas previas al supuesto Juicio Final, con la inquietante aparición de un intruso que pretende ingresar con ellos al refugio.
Si bien es una producción independiente, sobresale la perfecta ambientación de la película. La propuesta de género, volcada al terror religioso y sobrenatural de época popularizada en los últimos años por trabajos recientes como “La Bruja” (2015) y “El Faro” (2019) del estadounidense Robert Eggers y el universo de “El Conjuro” (2013-2021) del australiano James Wan, reúne a un elenco conformado también por Luciano Cáceres, Daryna Butryk, Javier Godino y Carlos Portaluppi, y está escrita y dirigida por Fercks Castellani.
La producción se destaca por su gran despliegue visual y virtud atmosférica, a cargo del experimentado director de fotografía Eduardo Pinto, además de una esmerada producción centrada en la dirección de arte que traslada al público con su ambientación a mediados del siglo XX.
La cinta fue realizada por Lunfardo Films y Eusebia en la Higuera, la productora que integra Luciano Cáceres, quien, en una entrevista con Télam, ahondó en la trama de este nuevo título.
“Es una película apocalíptica, de época, en la que hay un supuesto fin de mundo y una secta religiosa. Hay una familia reducida. mi personaje tiene una hermana y una sobrina. Hay una causa, un eclipse y un Día D, eventos que van a suceder todos el día en que transcurre la historia. Hay fanatismo religioso y alguien que se la va a tener que jugar, que va a tener un papel para que esto ocurra; eso da introducción al filme”, reseñó Cáceres.
Pero, ¿cómo se fue armando, desde la producción, esta historia de importante despliegue visual? “Es una producción independiente en la que todos participaron por amor al arte y acompañando a este joven realizador. Un poco el motor de la película tiene que ver con eso. Fercks Castellani hizo una primera película hace unos años y tenía un segundo proyecto demasiado grande, y le dije que tenía que salir a filmar y hacer algo que pudiese contener. Así que armamos un equipo: convocamos al director de fotografía Eduardo Pinto, al jefe de producción Pablo Pinto, y todos los equipos y el arte sumándose a esta causa de hacer cine independiente. Además, lo hicimos todo en diciembre de 2019, antes de que se nos venga el apocalipsis casi real”.
“Es una película con muy poco presupuesto, pero por suerte no se nota en el producto final; tiene una gran factura técnica. Y la filmamos en dos semanas, de noche y algunas tardes”, agregó.
-¿Se filmó todo en locación, nada en estudio?
-Sí, sin estudio. Hay una locación central, que es la casa, y después el bosque en Escobar. Hubo mucha posproducción, hay un gran trabajo en imagen y sonido.
-¿Qué referencias, influencias o disparadores hubo de este subgénero particular?
-Hay un imaginario totalmente intervenido por la historia del cine. Y eso está bueno porque ubicar a la película en época funciona un poco como homenaje. También genera otros modos, otros tiempos... el recurso de poner la radio que ellos escuchan de fondo juega un poco con la figura de Orson Welles. Hay algo de todo eso que te va metiendo en otro tiempo.
-Se nota que te gusta bastante trabajar en películas de terror.
-Sí, me gusta mucho hacer terror, y tuve la suerte de hacer varias veces películas de este estilo. Tanto con Daniel de la Vega cuando hicimos “Punto muerto” (2018), que también es un poco un homenaje al género, como con Eduardo Pinto, con una película próxima a estrenarse, que se llama “El desarmadero”, que está totalmente dentro del género.
-¿Qué aspecto de la película es el que más te gustó cómo quedó cuando viste el corte final?
-El final. Está muy cuidado. Me gusta. Y además me gusta que sea bien de género, que es importante y es lo que nos protege a todos, de alguna manera. Es decir, cuando uno está ubicado en el género, hay permisos que tiene que no te los da la realidad. Entonces si uno entra en universo planteado, como está bien narrado en la película, puede pasar cualquier cosa. Y eso está buenísimo del género.
-Ahora en tu rol de productor, supongo que aprenderás siempre algo nuevo después de estrenar cada película; en este caso, ¿hubo algo nuevo que te lleves, un aprendizaje sobre algo que quizá antes no tenías tan dominado?
-Hay algo en armar equipos. Que, cuando se hace cine independiente, somos todos productores. Hay una sensación de camiseta puesta y de que ganamos todos o perdemos todos, hay algo de que salimos a jugar. Si vos vas a marcar tarjeta te vas a las 8 y por ahí no terminaste, está todo bien. Pero acá no: hay que terminar, hay que ocuparse inclusive hasta de cargar equipos y de estar pendiente de que todos estén bien.
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