Abocado a lo cotidiano, las sensaciones y vivencias del día a día es como nace este nuevo trabajo de Lorena Astudillo que se lanzó el sábado pasado. La resiliencia, la hermandad, los amores, las pérdidas, los lazos eternos, la mujer, son algunos de los principales focos donde desenvuelve su séptimo disco.
Los primeros pasos de Crisálida nacen en 2017, pero se acunaron lejos de nuestro país, donde las experiencias y la exposición a un público desconocido le dieron la fuerza de volver a su tierra natal.
“Me fui guitarra al hombro a Europa buscando el anonimato total para poder cantarlas ante un público que no me conociera, una vez allí me llevé la hermosa sorpresa que estas canciones llegaron fuerte y claro al corazón del público tanto en España como en Francia y decidí volver a producir mi nuevo disco con estas obras”, expresa Lorena.
Este disco nace en un momento particular de la artista, donde el cambio y las vueltas de la vida la encontraron inspirada en canciones profundas y con mensajes complejos. “La elección de ese nombre tiene que ver con todo un período creativo que tuvo para mí esa particularidad, la necesidad de aquietar, de soledad y aislamiento. Tuve una serie ‘afortunada’ de sucesos muy desafortunados que me llevaron a replegarme para poder renacer de un modo diferente, transformada, como todo proceso fuerte de aprendizaje que, de un modo u otro, nos transforma.”
Y asegura que aún la sorprende la naturaleza de los seres que evolucionan por metamorfosis, “ese estado donde en aparente quietud se produce la transformación más asombrosa del universo.”
Con doce canciones muy variadas en ritmos, géneros y letras, la cantautora se aventuró a apostar en la multiplicidad y no le teme a los nuevos desafíos que implican salir de la zona de confort.
“La libertad es un gran horizonte para mí, es la forma más gráfica del arte. Para mí cada ritmo y cada género es el que me permite decir mejor tal o cual cosa. No se dice lo mismo en ritmo de chacarera que de vidala, en modo mayor o modo menor, con lo cual la palabra y el género van muy de la mano y otorgo la libertad de ritmos para darle a cada poesía la temperatura que necesita”, expresa.
Y agrega que “soy urbana, descendiente de europeos por un lado y con lejanas pero ciertas raíces negras por otro, me gusta viajar y traerme aromas, sabores y ritmos de todos los lugares que voy visitando.”
La presentación oficial del disco
En épocas de pandemia, la presentación de un disco de manera virtual se ha vuelto un ritual necesario. El encuentro con el público puede darse de esta forma y es como los artistas logran conectar con aquellos que disfrutan de su arte, incluso a la distancia.
Crisálida tendrá su presentación oficial el próximo 21 de noviembre con un concierto en vivo, emotivo e intimista, que será transmitido por streaming. Acompañada de la banda con quienes grabó el disco, la cita planea ser una noche muy especial.
“La presentación en vivo será hermosa, estamos diseñando junto a la gente de café vinilo un escenario circular, con muchas cámaras de tal modo que el público estará entre nosotras y nosotros. Será justamente eso, abrir la Crisálida para que la gente pueda entrar en ella. Y lo que es muy importante, hemos tomado todos los recaudos así que la gente puede estar tranquila que estaremos allí compartiendo y contándoles anécdotas, secretos, historias de estas canciones.”
Constanza Meinero, Sebastián Castro, Lucas Homer y Gaspar Tytelman estarán sobre el escenario acompañando la voz de Lorena, dando vida por primera vez a este disco en vivo.
Acomodándose a la modalidad virtual, el grupo apuesta a esta forma de hacer llegar el repertorio a las casas y disfrutarlos por un momento juntos. “A estas alturas entiendo que es una bendición poder contar con estos medios como forma de seguir comunicándonos y haciendo arte. El sector del arte sufrió y sufre prácticamente una devastación, es uno de los sectores más golpeados por la pandemia, por eso es tan importante que el público nos apoye para que podamos seguir en pie y produciendo arte.”
Un nuevo paradigma para la mujer
Con una postura muy marcada y una militancia imponente por los derechos de la mujer, parte de las letras de sus canciones hacen referencia a situaciones que el sexo femenino vive en un mundo rodeado de machismo y patriarcados.
Canciones de su nuevo álbum como Mariposa de Seda o Como Ulises, hablan de diferentes tipos de violencia que hoy se ejerce sobre la mujer, y como es su lenguaje por naturaleza, la artista expresa en música lo que piensa con convicciones.
Apostando a darle un espacio a la mujer en sus trabajos, tomó la decisión de rodearse de compañeras y compañeros que apoyen estas mismas ideas para llevar adelante este séptimo disco.
“Esta producción encarna en sí misma un cambio de paradigma, yo soy la autora, compositora, cantante, productora artística y ejecutiva. Elegí como directora, arregladora y coproductora musical a Constanza Meinero. Con ella trabajamos con un maravilloso equipo de músicos y técnicos más artistas de diversas disciplinas que sumaron y sumaron para lograr este disco. No hubo autoritarismo. Desde el comienzo y gracias a la calidad humana de la gente que elegí hubo un espíritu horizontal en todo el equipo para resolver inconvenientes y lograr llevar todo al mayor nivel expresivo y artístico”, cuenta.
“Todo esto en un clima de amor, camaradería y alegría. Eso es revolucionario, aquí no trabajamos (seamos hombres o mujeres) con un espíritu patriarcal sino con espíritu colectivo. Para las mujeres la parte más difícil es hacerse cargo del lugar protagónico, del lugar de autoridad, del lugar que nos corresponde como creadoras, de capacitarnos, de buscar igualdades y no otros modos de autoritarismos, trabajar inclaudicablemente a favor de nuestros sueños y a favor de un mundo más justo e igualitario.”
Nuevos proyectos en camino
La música es su pasión, no puede dejarla por nada del mundo. Es por eso que, además de presentar Crisálida, se encuentra trabajando en la producción de un nuevo disco con composiciones propias donde participarán otras artistas para hacer duetos.
“Cuando de arte se trata no pienso ni paro, mientras haya deseo e inspiración sigo la dirección que me indica. Soy tracción a puro impulso emocional, pero procuro ser bastante racional y organizada cuando toca el tiempo de desempeñar mi rol como productora y directora de esos proyectos”, expresa.
Si bien son los primeros pasos, ya que Crisálida recién empieza su recorrido, ya va embarcada a canciones y ritmos que darán vida a algo nuevo. “Mi próximo disco aún no sé exactamente cómo será, pero ya tiene un título que le marca un destino y ya tiene la selección de muchas canciones nuevas que compuse este año y otras que han quedado afuera de la lista de temas de Crisálida y que me gustan mucho.”
Sumado a esto, no deja de lado su raíz de psicóloga y su alma de escritora. Está sumergida en la escritura de un libro sobre la filosofía del canto. Uniendo las diferentes facetas que la componen, buscará un punto medio entre la música y sus matices psicológicos.
“Vamos encontrándole el lugar, seguramente será un intersticio entre lo psicológico, lo musical, lo antropológico, vaya a saber. Por ahora escribiendo mis reflexiones, teorizando, buscando el modo de llegar a lo más esencial de esta amadísima tarea de cantar y de enseñar a otras personas a cantar.”
¿Qué tan necesaria es la cultura y el arte en situaciones como la que vivimos? “Absolutamente necesaria, la cultura nos hermana, nos permite reconocernos como parte de una comunidad. El arte, la comunicación del alma, las emociones compartidas es lo que aún nos humaniza, lo que nos hace sentir vivas, vivos, lo que nos permite seguir abrazándonos (aunque aún no podamos con los brazos), reconociéndonos, empatizando y por ende posibilitando la capacidad de cuidarnos y protegernos mutuamente, cosa esencial si las hay en tiempos de pandemia”, cerró.