Un día como hoy, pero de 2013, el mundo despedía a Ricardo Fort. El empresario falleció a causa de una sepsis generalizada que terminó en un paro cardiorespiratorio.
A sus 45 años, la figura de la televisión dio sus últimos mensajes a los fanáticos que seguían su carrera, en cierto punto sabiendo que todo podía terminar en la muerte.
“Hola chicos, les habla Ricardo Fort. Estoy en la clínica La Trinidad, me vine 15 días de spa para que me mimen, me cuiden, comer cosas ricas, que los médicos me curen de todo lo que tengo que curarme y salir diez puntos para disfrutar la vida. Así que les mando un beso grande a todos mis fans, a toda la gente que me quiere. Los quiero, gracias por seguirme”. Esa fue la última vez que el El Comandante habló con sus fans.
Incluso el multimillonario había predicho una muerte temprana, aunque jamás imaginó que llegaría tan instantánea. “Toda mi vida sentí que me iba a morir joven. Hay momentos en el día que nadie puede entender el dolor que tengo. Es tan fuerte”, dijo Fort en una entrevista con Mariana Fabiani.
¿Qué sucedió en los últimos días de Ricardo Fort?
El empresario solía tener una vida de excesos. Durante sus últimos días, en su faceta premonitoria que se desarrolló durante los 20 días anteriores a su muerte, Ricardo Fort compartía una fotografía antes de su cumpleaños.
“Último regalito de cumpleaños. Rolls Royce Ghost”, escribió en Twitter.
Cinco días más tarde estaría disfrutando de su último día en Miami. Su amigo Gabriel Rydz, que había estado con él en ese viaje, contó que lo vio bastante fuera de sí.
“Padecía unos dolores terribles y pedía a gritos que le quiten esos dolores. Cuando entré a su casa lo vi tirado en la cama totalmente sedado y con agujeros en las sábanas porque se quedaba dormido con el cigarrillo en la mano.”
Más tarde llegó a Buenos Aires y comenzaron sus últimos días de premoniciones antes de la despedida. Él mismo contó que no se encontraba bien y que probablemente debería ser internado.
“Vuelvo esta noche a Buenos Aires… Muy preocupado por mi salud… Seguramente deberé internarme para solucionar todos los problemas”, escribió 15 días antes de su muerte.
Unos días más tardes escribió: “Más tranquilo... Fue un día de reunión de médicos en casa que me dieron paz mental y esperanza... de a poco. Gracias a todos por sus deseos”.
Dos días después, el 17 de noviembre, volvió a preocupar a sus fanáticos con novedades de su parte médico: “Me acaban de decir que tengo el fémur fracturado al medio y la p*** m****. Por eso tanto dolor”.
La última internación del millonario
El 21 de noviembre por la madrugada, Ricardo Fort fue internado en el Sanatorio de La Trinidad en Palermo luego de sufrir un fuerte dolor abdominal.
En aquel momento todo parecía estar bajo control, en donde grabó su último mensaje para sus fanáticos. Según el sitio Noticias, Fort tenía “todos los síntomas de apendicitis o de una hemorragia por lo que le hicieron análisis de sangre. Le subió la fiebre a 38.5 grados. Inmediatamente comenzó a vomitar sangre y se desmayó. Lo despertaron pero las náuseas y los vómitos volvieron a aparecer”.
No quería llegar a terapia intensiva, estaba en sala común. Fue el día anterior a su muerte que lograron convencerlo.
El multimillonario sufría dolores en su columna vertebral, algo que su padre y su hermano también padecieron. Sin embargo, fueron las cirugías e intervenciones que realizó en su cuerpo los que aumentaron los síntomas.
El cuerpo de Fort resistió más de 27 cirugías, seis tornillos de titanio, dos espaciadores y más de 15 clavos a lo largo de su espalda. Según su entorno, de joven no solo se sometió a diversas cirugías estéticas sino que también empezó a consumir hormonas para el crecimiento y anabólicos.
En febrero de 2013, en plena temporada teatral, una noticia sacudió a la farándula entera. Luego de una función de su show Fort con caviar, el mediático se descompuso y fue trasladado a una clínica donde le realizaron una operación de emergencia debido a un cuadro de peritonitis.
Más tarde contaría en una entrevista: “Estuve internado a punto de morirme. La gente no ve eso, que estuve a punto de morirme y no lo dejé por el arte”.
Dos meses antes de su muerte, el Comandante habló con Mónica Gutiérrez y conmovió a todos cuando admitió que cada operación estaba destinada a ser aceptado.
“Me ha cambiado mucho, me mataste... Fui un tipo que de chico siempre hice gimnasia. Entrené siempre, mi cuerpo era lo más sagrado para mí, me hacía sentir que la gente me admiraba, me aceptaba por mi físico. Una boludez mía que tenía en la cabeza, a una persona se la acepta por lo que es y no por la parte visual”.
Con la cabeza rapada y la voz algo cambiada, el multimillonario se explayó: “Cada vez que me levanto de una silla, tengo que agarrarme de algo para no sentir dolor y caminar poco porque no puedo caminar bien, me afecta en el trabajo, con mis hijos, el día a día, con la pareja. Pasas a ser un inválido, es muy fuerte. Hay veces que no sé qué hacer porque no le encuentro salida. No hay un final y no termina más, es operación, tras operación”.