Cuando se produce esta entrevista, la artista plástica mendocina Mariana Barón viaja a Buenos Aires para participar de una muestra colectiva en el Centro Cultural Kirchner. “Fui seleccionada en el Concurso 8M de Artes Visuales de ese espacio”, cuenta. “Estaré participando con la obra titulada ‘Toda la piel’”.
La obra, una pieza orfebrería y cabello humano, sintetiza y le dio nombre a la muestra que montó en ArteH de Hipercerámico en 2019: destellos de alpaca, de bronce, porcelanas y yesos moldeados... El concepto es la mujer y las herencias culturales, sociales, familiares que recibe; la forma, delicadas y extrañas esculturas ensambladas desde diferentes técnicas.
Después hubo silencio. La pandemia “fue una instancia muy difícil para quienes nos dedicamos a las artes en general. Personalmente no pude pensar en obras nuevas ni tampoco pude producir”, revela. Su incursión en Buenos Aires ojalá traiga nueva inspiración y producción.
- ¿Qué es el arte para vos?
- Pienso el arte como una plataforma de pensamiento. Es una herramienta que tenemos para preguntar. Actualmente estoy interesada en las palabras y en cómo ellas se inscriben en nuestros cuerpos. Allí aparece mi trabajo. Son piezas que se alojan en ese intersticio entre cuerpo, materia y pensamiento. Las obras pretenden hacer preguntas, pero jamás darán respuestas. Actualmente mi práctica artística deambula alrededor del cuerpo, la palabra y la materia. A veces la obra deviene amuleto o joya. Otras veces funciona como defensa, coraza o escudo.
- Las técnicas que usás llaman la atención.
- Trabajo con porcelana y técnicas de orfebrería. El soporte de mi producción es el cuerpo. Está para sostener y accionar los procesos personales que devienen obra. Esta relación busca poner en evidencia el vínculo que se ejerce con el otro. La piel es nuestro límite, la frontera que nos separa. Y este límite es el que me interesa. Ese borde entre objeto suntuoso y elemento filoso. Busco que mi obra funcione como un disparador, propiciando un diálogo interno en el espectador.
- Destaca especialmente tu uso de la porcelana, ¿qué te interesa de ese material?
- La porcelana es un material que siempre me ha maravillado. En estado plástico (cuando está húmeda y maleable) es un material muy suave al tacto que permite lograr piezas de gran detallismo. Luego de su cocción se vuelve un material vítreo, de gran dureza. Además es el único material cerámico translúcido, esto significa que su superficie puede ser atravesada por la luz.
Esta capacidad que tiene la porcelana de ser frágil, pétrea y translúcida la vuelven un material de características únicas.
- Y es un material con mucha historia...
- Sí, también me interesa el lugar social que ha ocupado la porcelana en Occidente. Es un material históricamente lujoso y suntuoso. Como símbolo de lo bueno, lo correcto. Sin embargo, este material ocupa otro lugar en mi obra: el lugar de los miedos, de lo indecible, de lo no resuelto.
- Pareciera que la elección de los materiales y la forma se da después de definir lo que querés comunicar. ¿Cómo es el proceso de trabajo, desde la idea hasta que la materializás?
- La obra surge en mi cabeza. Puede aparecer una palabra y una imagen o un material asociada a ella. Estas ideas las escribo o las boceto. Las pienso y las dejo macerar un tiempo. Hasta que un día se me hace necesario sacarlas y materializarlas. La materia y el oficio asumen un rol primordial en mi obra. Los metales (alpaca y bronce) los trabajo a partir de técnicas específicas de la orfebrería (engarce, calado, soldadura, fundición, pulido, bruñido.). La porcelana la trabajo con técnica de colado y moldería. En ambos casos adecuo las técnicas a los objetos que quiero realizar. Generalmente el material y la técnica de construcción de cada pieza tienen relación entre sí.
-¿Cómo es eso?
- Al construir una pieza calada y soldada hay una necesidad de cortar y transformar una chapa de alpaca en una determinada forma. En cambio si realizo una pieza de porcelana con el método de colado y moldería, allí reside una necesidad de seriación y reproducción en serie. En cambio en las piezas que tienen mi cabello es mi cuerpo el que se hace presente.
- Ya los insinuaste, ¿pero qué temas son los que definen más tu obra? Veo vínculos familiares y objetos cotidianos como mates, collares, etcétera...
- Me interesa abordar la manera en que se dan los vínculos. Por esta razón trabajo con elementos cotidianos: una bandeja, un anillo, una gargantilla... El punto es cómo se inscriben esos objetos en nuestros cuerpos. Algunos ejemplos podrían ser una bandeja que está para sostener nuestras faltas, una serie de anillos que anudan e inmovilizan o una gargantilla que expresa un deseo.
Mariana se refiere a una de sus piezas que consta de una gargantilla que es su propio pelo. La medalla que sostiene interpela al espectador, quien lee en ella: “Deseo ajeno”.
Un perfil
Mariana Barón nació en 1985. Es profesora y licenciada en artes visuales por la Universidad Nacional de Cuyo. Obtiene becas de formación e investigación del Consejo Federal de Inversiones, UNCuyo y Fondo Nacional de las Artes.
Fue jurado de selección de los Proyectos Expositivos 2020 del Anexo, Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza e integra el proyecto de Investigación Cerámica Contemporánea (UNCuyo), especializándose en la investigación de la porcelana (1280º). Co-dirige el proyecto de visibilización de arte local y formación en artes visuales AMIGA / Plataforma de arte contemporáneo. Se destacó su muestra individual “Toda la piel” en Espacio ARTEH y obtuvo el Segundo Premio Nacional de Cerámica en el Salón Nacional de Artes Visuales 2019.