Paramount+ estrenará mañana “Marley & Mirko”, un reality en el que el reconocido conductor televisivo mostrará su vida cotidiana junto a su pequeño hijo y que tendrá también un enfoque de difusión en la temática de paternidad en solitario y en la subrogación de vientres, método elegido por Marley.
El servicio de streaming reflejará el desafío de ser padre soltero y primerizo, que ya en un primer adelanto del programa develó la decisión de Marley de volver a ser padre.
En cada uno de los ocho episodios de media hora que dura el envío, con los primeros cuatro emitiéndose juntos y luego semanalmente el resto, Marley reflexiona sobre la decisión y avanza en los procesos de subrogación, temática en la que el conductor se explayó desde España en este reportaje.
“Es una buena oportunidad para contar mi historia, ya que Paramount+ se ve en tantos países. Para mostrar otro tipo de familias, porque cuando la gente se enteró de que iba a ser papá recibí muchísimos mensajes de parejas, hombres y mujeres que no podían tener hijos y vieron en mi historia una forma de encontrar una solución para poder tener hijos ellos también”, indicó el animador.
En ese sentido, contó que “a muchos les escribía y los ayudé, les fui contestando en privado o a través de conocidos. Y se fueron formando muchas familias: nacieron más de 15 chicos. Mostrar esta historia a toda América va a ayudar un montón a abrir cabezas y a pensar que hoy en día hay muchos estilos y familias, y muchas formas de tener hijos”.
-¿Qué fue lo más desafiante de hacer este reality?
-Que tuve siempre una vida muy popular y mucha gente me conoce, pero no me conoce realmente. Logré ser bastante conocido pero sin que nadie supiera dónde vivo ni con quién o mucho de mi vida. Ahora llega el reality y se va a ver todo. Pasar de no mostrar mucho a que entren cámaras a mi casa, fue un cambio radical.
- ¿Podés adelantar alguno de los momentos salientes de esta revelación?
- Hay de todo: nos fuimos a Mendoza a esquiar con Victoria Xipolitakis y nos reímos muchísimo. Con Humberto Tortonese y Florencia Peña estuvimos en las Cataratas del Iguazú. Todos esos viajes tienen momentos muy graciosos. O mi cumpleaños, que fue muy extravagante, porque suelen ser cenas con todos mis amigos famosos que siempre termina en cosas que no podemos postear. En este caso, no sé bien qué van a dejar dentro del reality porque se desbandó mal; imagino que lo van a cortar para no destruir nuestras carreras.
- O sea que no sabés qué va a quedar en las cuatro horas editadas.
- Claro. No sé cuánto se animará a poner Paramount. Empezó suave y terminó bizarro. Tomando alcohol, todos nos olvidamos que estaban las cámaras. Cuando terminamos, vimos a los chicos de producción agarrándose la cabeza, no pudiéndolo creer. No sé qué pondrán porque no me lo mandaron.
- Entonces habrá en el programa un balance festivo y de concientización.
- Sí, va a entretener porque es muy divertido y aparecen muchos de mis amigos que son parte de mi vida, como Florencia, Tortonese, Elizabeth Vernaci, Georgina Barbarossa o Lizy Tagliani, entonces es todo muy gracioso. Pero, a su vez, hay una gran parte en la que se explica todo lo otro y que va a ayudar a que muchos también se decidan a armar sus propias familias.
- ¿Estuvieron filmando tu vida cuánto tiempo? ¿Era una presencia de cámaras las 24 horas o paraba el show cada tanto y tenías descanso?
- Fueron más o menos tres meses. Fue arduo, era todos los días. No estaba acostumbrado tanto tiempo y con tanta gente en mi casa. Al principio, era medio shockeante. Más para mí que para Mirko, que le encantaba y decía que era todo divertido y no quería que se fueran. Yo lo veía distinto pero para él era como un juego. Había veces que se grababa todo de día y otras, toda la noche. No es que estaban las 24 horas, pero sí muchas horas, variando los horarios.
- ¿El niño se manejó bien entonces? ¿Cómo la pasó?
- Sí, lo vivía como algo natural. Hay que entender que desde que nació viaja conmigo y siempre hay una cámara de “Por el mundo” que nos sigue. Cuando estábamos en pandemia, los domingos venían las cámaras de Telefe y salíamos en vivo. Desde que nació está rodeado por cámaras. Ahora juega a que es conductor y agarra un micrófono: para él es un juego, quiere ser como yo.
- ¿Qué balance hiciste de la experiencia cuando todo terminó?
- Uno positivo, me divirtió. Por supuesto que tenía ganas de un descanso. Además, estaba haciendo “La Voz Argentina” al mismo tiempo, por lo que a veces me acompañaban las cámaras desde mi casa al estudio y me seguían por todos lados: podía ser algo agobiante.
- ¿Se sintió como un trabajo o simplemente como vivir tu vida con cámaras?
- Un poco y un poco. Porque también te entrevistan y ahí sí lo sentís como un trabajo. Pero en el momento que te graban estás pasando momentos con tu hijo y lo llevás a la escuela. Llega un momento que te olvidás de las cámaras. O cuando lo llevo a dormir o a bañar y empiezan los berrinches. Se ve otra relación, no la típica que uno muestra en las redes sociales, en las que uno pone el momento más hermoso del día y no cuando tu hijo te tira algo por la cabeza. En un reality se ve todo.
- Si anda bien el programa ¿hay chances de una segunda temporada?
- Tendría que ver cómo se ubica en mi vida actualmente porque estoy muy cansado y haciendo 60 capítulos de “Por el mundo”, todos los días grabando desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, cambiando de ciudad todo el tiempo y esquivando el Covid por todos lados. Pero puede ser. Si Paramount lo pide y se acomoda con las nuevas temporadas de “La Voz...”, se puede llegar a hacer.
- ¿Cómo reaccionaste con la propuesta inicial de ser el objeto de un reality?
- Los realities me divierten pero nunca imaginé uno sobre mí. A esta altura de mi vida, encontrarme con algo nuevo está bueno. Después de 30 años en televisión, uno cree que lo sabe todo. Siempre está bueno aprender cosas.