Sin dudas las mascotas en casa son fuente de felicidad para la familia, pero también acarrean una gran responsabilidad, cuidados y, a veces, algunos dolores de cabeza si se desconocen las atenciones básicas para perros y gatos, tanto como para los humanos con los que conviven.
Para empezar, el momento de decidir traer una mascota a casa debe ser evaluado a conciencia y, de ser necesario, considerar puntualmente con los pros y contras por los adultos que serán, en definitiva, quienes deberán hacerse cargo del animal.
Una mascota que permanece mucho tiempo encadenada sufre tanto física como emocionalmente. Por un lado, al tener un collar que le roza el cuero, si tironea de la soga o cadena que lo ata, puede provocarle lesiones en la piel. También puede tener lesiones en el resto del cuerpo si permanece mucho tiempo acostado, sin mencionar otro tipo de enfermedades por permanecer a la intemperie. Los animales que están mucho tiempo atados son forzados a comer, dormir, orinar y defecar en el mismo lugar. También se les niega la posibilidad de socializar con otros de su especie, algo importante sobre todo para los perros.
Además, el dolor emocional no tiene heridas físicas, pero deteriora considerablemente la salud de la mascota. Los perros se aburren con facilidad, pero si además están atados lejos de las personas, se sienten solos, se vuelven ansiosos, miedosos, fácilmente alterables e inclusive altamente agresivos.
Durante mucho tiempo se creyó, erróneamente, que los perros atados son mejores guardianes. Sin embargo, en lugar de proteger al dueño y a la propiedad, un perro atado se volverá temeroso cuando se le presenta un estímulo, precisamente porque sabe que al estar atado, no podrá escapar.
De igual forma, podría convertirse en un perro agresivo, resultado de la frustración de no poder explorar su ambiente y no poder determinar si el estímulo representa o no una amenaza real. Inclusive se han dado casos de perros que muerden o atacan a sus propios dueños. Las mordeduras y ataques por perros atados y aislados del contacto humano es, lamentablemente, más frecuente de lo que debiera ser.
Por otro lado, la compañía humano - mascota es beneficiosa, si las condiciones son las indicadas. Esto se debe a que la oxitocina -la hormona del placer- también se secreta cuando una mascota y su dueño tienen interacciones positivas, reforzando el vínculo, creando estados de felicidad y mejorando la salud de ambos.
Los beneficios de tener un animal en casa han sido clasificados incontables veces, y entre las más conocidas están: acariciar a una mascota por aproximadamente 10 minutos o más puede aliviar rápidamente el estrés cotidiano y bajar tu presión arterial. Ayuda a disminuir o directamente evitar la depresión.
También refuerza el sistema inmune por varios motivos
-Varios estudios señalan que los niños que crecen con mascotas son más saludables, ya que presentan menores problemas de infecciones en sus oídos, problemas respiratorios, y alergias que los niños que no tienen mascotas.
-Las personas que cuidan de sus mascotas también podrían ser más saludables, a razón que al sacarlos a caminar o correr y jugar activamente con ellos se hace ejercicio teniendo un impacto positivo en su cuerpo y mente.
-En particular se han demostrado beneficios de salud al disminuir la tasa de problemas cardiovasculares.
-Los perros también pueden ayudar a las personas con ciertos problemas de salud como la epilepsia y el cáncer, ya que ciertos perros se pueden entrenar para detectar estos problemas antes de que ocurran o justo en el momento en el cuál se está comenzando.
Qué cuidados requieren las mascotas
Al igual que un niño, necesitan de cuidados médicos desde sus primeras semanas de vida. De lo contrario pueden llegar a contagiarse de parásitos y enfermedades que pueden transmitirse a la familia. Por lo tanto, cuidar a la familia implica darle buena salud a las mascotas.
Las enfermedades zoonóticas son aquellas que se transmiten de un animal hacia un ser humano. Sin embargo, en el caso de las mascotas, la mayoría de las enfermedades zoonóticas suelen ser controlables, teniendo buenos hábitos de higiene y llevando un control de vacunas y de parásitos internos y externos.
Para evitar problemas, hay que tener en cuenta
-Llevarla a un chequeo anual con el veterinario, en caso de que sea una mascota adulta. Los perros y los gatos deben ser vacunados una vez al año contra las enfermedades más comunes (rabia, distemper, parainfluenza, parvovirus, entre otras). En algunos casos específicos, se debe vacunar contra otras enfermedades, como es en Brasil, en donde es recomendable la vacunación contra la Leishmania.
-El veterinario recomendará qué tan seguido se debe desparasitar al animal. La desparasitación es común hacerla a través de la administración de una pastilla cada tres meses. El tipo de desparasitación dependerá de donde vive, ya que diferentes parásitos se pueden dar en diferentes lugares. Por ejemplo, es común encontrar casos del gusano del corazón en lugares tropicales cerca de la playa.
-En cuanto a los parásitos externos (pulgas y garrapatas), lo mejor es preguntarle al veterinario cuál es el régimen de control más indicado. Es común utilizar pipetas con aceite en el pelaje del perro o el gato cada mes. También es común hacer baños medicados.
-Si tienes se trata de cachorro o gatito, es necesario hacerle un control en sus primeros días o en el momento de ser adquirido para revisión. Los cachorros y gatitos necesitan de 3 o 4 rondas de vacunación y desparasitaciones antes de los 4 meses.
-Limpiar la caja de arena del gato al menos una vez al día. Hay organismos particulares, como el Toxoplasma, que pueden ser evitados por completo si la limpieza se hace diariamente.
-No dejes que tu mascota tome agua de cualquier sitio, en especial contaminado. Muchas veces los perros y gatos toman agua del inodoro y es importante evitar que lo haga.
-Si la mascota hace sus necesidades en el patio, utiliza zapatos para salir al jardín, y no dejar de higienizarse las manos después del contacto con el animal.
Considerar a castración como un beneficio para el animal
La castración es una operación sencilla que se realiza a perros y gatos, hembras y machos, que consiste en la extracción de los órganos reproductores. La edad ideal para realizar una castración es a los 6 meses (si su condición física lo permite) siempre antes del primer celo porque reduce al mínimo (0,5%) la probabilidad de que el animal pueda contraer tumores hormono-dependientes.
Entre los mitos existe la idea de que la hembra debe tener al menos una camada para castrarla. Esto es falso ya que la castración temprana, antes del primer celo, reduce la probabilidad de que el animal tenga tumores.
Otro mito es que la mascota perderá su inteligencia: La operación no tiene efecto sobre la inteligencia o capacidad de una mascota de aprender, jugar, defender el hogar. Contrariamente, los animales tienen una mejor conducta después de la cirugía, convirtiéndose en una compañía más deseable.
También existe la tendencia a creer que la mascota se enfermará con más facilidad. Sin embargo la castración no disminuye las defensas, no tiene una relación directa con su sistema inmunitario. Al contrario, los animales castrados son más saludables y viven más.Otro temor es que la mascota castrada suba de peso. Los animales castrados no deberían engordar, siempre y cuando mantengan una dieta balanceada y ejercicio diario.
En el caso de los perros de guardia, existe el temor de que al castrarlo pierda los instintos de cuidado. Pero al castrar un macho no pierde su instinto de guardia.
Otra idea errónea es la de que solo las hembras pueden ser castradas, esto es falso, ya que el control poblacional y la prevención de enfermedades de transmisión sexual no se realizan castrando únicamente a las hembras.
Por el contrario, los beneficios de la castración son:
En las perras evita el celo (y el conjunto de machos nerviosos y agresivos que convoca). Evita la falsa preñez y previene enfermedades graves y frecuentes como la piómetra y el tumor mamario
En los machos previene tumor de testículos y enfermedades de próstata, disminuye la agresividad y el riesgo de lesiones producidas en peleas con otros machos en ocasión de competencia por una hembra en celo.
En los gatos machos disminuye el riesgo de vagabundeo y de fuga. A veces, durante la persecución los machos se terminan perdiendo. Disminuye el riesgo de peleas por la competencia frente a las hembras. Reduce los maullidos nocturnos y reduce el olor fuerte y persistente de su orina.