Nada de lo que los humanos convertimos en sublime, bello y trascendente está exento del afecto y la emoción: nada. Menos aún cuando se trata de una obra artística significativa, en la que forma y contenido conviven en un equilibrio perceptivo/conceptual poderoso para aquellos que la reciben, se emocionan, y la interpretan.
Y la historia de cómo surgió “Metrópolis”, el nuevo libro de la gran artista y fotógrafa Adriana Lestido, es desde esta perspectiva un ejemplo de la afirmación.
Es que la publicación, de Ediciones Larivière, es fruto del cariño y los encuentros de dos amigos entrañables: Adriana y el escritor Juan Forn (que murió el 20 de junio del año pasado).
Pero antes de eso, algunas de estas fotos fueron parte de la última película de Fernando Spiner: “Inmortal” (2020). El realizador le pidió a Adriana a fines de 2018, fotos de Buenos Aires que “no fueran conocidas, ni se identificaran con mi trabajo”, contó la propia Lestido en una preciosa y afectiva misiva que nos envió a propósito de esta publicación.
En el film, el personaje principal (Belén Blanco), es una fotógrafa que vuelve a Buenos Aires luego de haber vivido un tiempo en Italia. “Él las quería usar en la película como imágenes que la protagonista hacía al volver. Así fue que me puse a revisar unas cajas con fotos que tenía medio olvidadas, de la época de DyN y Página12 (N.del R.: Adriana Lestido trabajó como fotoperiodista para estos medios, también para La Voz, y ha dejado imágenes históricas como la de Madres de Plaza de Mayo que se exhibe hoy en el Museo Nacional de Bellas Artes)”.
Continúa Adriana su relato: “seleccioné varias imágenes (sobre todo de la época de Página 12, cuando trabajaba para un suplemento semanal sobre Buenos Aires llamado “Metrópolis) y medio me desentendí del tema”. Las fotos llegaron a manos de Spiner y se volvieron parte del film. Hasta ahí, ningún libro a la vista sino apenas un encargo de colaborar con el proyecto de otro.
Adriana viajó a la costa atlántica “para empezar a vaciar la casita que allí tenía y despedirme. La había tenido que vender para poder hacer los viajes alrededor del Ártico que quería hacer para mi actual proyecto”, nos cuenta.
Hacemos un aparte en esta historia de “Metrópolis” para contar que de ese viaje al que alude Lestido está surgiendo una película que estará dirigida y guionada por ella -y producida por Lita Stantic-, y que busca dejar constancia de su viaje del Círculo Polar Ártico.
También esta idea de Lestido encuentra un germen anterior bajo el título “Antártida negra” (2012) donde registra esos paisajes en los que los hielos se vuelven discurso desde su lente.
Volvamos al relato de cómo un puñado de fotos olvidadas en una caja de su estudio se convirtieron ahora en narrativa visual de la gran urbe.
Instalada en la casita de la playa con sus propias inquietudes Lestido recibió un mensaje de Fernando Spiner, encantado con las fotos. Ante el entusiasmo del realizador ella decidió volver a revisar qué le había enviado. Pidió que le mandaran el material y empezó a mirarlo con otros ojos.
- Sé que Juan Forn escribió un texto especial para esta edición. ¿Cómo fue ese trabajo con Juan?, ¿el texto surgió de encuentros entre ustedes mientras vos armabas la idea?
- Justo cuando recibí la caja de las fotos estaba conmigo Juan, mi querido amigo. A él le encantaron, y como buen editor que era, vio enseguida un libro. Me insistió mucho para que lo hiciéramos. Él quería hacer el prólogo. Así fue que surgió “Metrópolis” como libro, con un bellísimo texto inédito de Juan, que no llegó a ver impreso pero participó con mucho entusiasmo de todo el proceso y pudo ver el pdf final. Fue loco porque trabajamos en el pdf (con Gaby Díaz, amigo y editor del libro; Ale Ros, el diseñador, y Juan) estando yo varada por la pandemia en Islandia, donde había ido por un mes para terminar mi película. Y allí quedé felizmente varada tres meses. Juan quiso ver retratos míos de esa época para escribir el prólogo y me pidió encarecidamente que incluyera uno, que puse chiquito al final de todo. ¡El libro quedó tan hermoso!
“Metrópolis” es una colección de fotos de una Buenos Aires que ya no existe: la de los ‘90. Una Buenos Aires que luego de estas instantáneas de Lestido vivió hitos políticos y sociales transformadores para el país: el 2001, la época kirchnerista, el retorno de la ideología individual y de mercado del macrismo con su fatídico préstamo del FMI, y la pandemia que todo lo ha cambiado. Pero también es un concepto global sobre lo que se agita en las grandes ciudades, sobre la modernidad que excluye a algunos y las prácticas culturales que convierten a una ciudad en única.
El libro consta del prólogo de Forn y 52 fotografías en blanco y negro que Adriana Lestido nunca publicó y remiten a lugares y personas que habitaron o transitaron diversos barrios por aquellos tiempos: Constitución, La Boca, Villa Lugano, Pompeya o un irreconocible Puerto Madero.
El paso del tiempo que permite encontrar en la obra artística otros discursos, no ha restado ni un poco de la fuerza narrativa y expresiva de estas imágenes.
- ¿Qué particularidades o diferencias encontrás entre aquella Buenos Aires de los ‘90 que transitaste con tu cámara y esta que hoy habitás?
- No me puse a analizar mucho las diferencias (las describe muy bien Juan en el prólogo). Pero lo que sí es para mí más notable es el cambio de Puerto Madero, una zona que era hermosa y que yo transitaba mucho, deambulando por los canales, los terrenos baldíos, los bellos edificios antiguos abandonados, las veredas de chapa, la costa del río... Era una zona con mucho encanto. Yo solía ir a una parrilla, “El Rey de la Entraña”, donde se comía riquísimo pero lo mejor eran las mesas sobre el piso de tierra, con la sombra de las parras. En su lugar hay hoy un edificio de infinitos pisos, como 40 o más... Ese Puerto Madero que amaba, ya no existe. Tampoco había tantas rejas en las casas, se fumaba en los bares... Los ‘90 fueron claramente un tiempo de transición hacia lo que es la ciudad hoy. Especie de despedida. La última foto es del ‘99, la hice el día de las elecciones y está tomada desde el muelle del río, se ve el perfil de la ciudad, ya transformada en lo que es hoy.
“Especie de despedida”, dice la artista que se ha preocupado por registrar con su lente única a “México” (2010), “El amor” (1992/2005), “Madres e hijas” (1995/98), “Mujeres presas” (1991/93) y más; que nos dejó instantáneas únicas para repasar nuestra propia historia; que estampa su nombre en los museos más prestigiosos.
“Una despedida”, dice ella, de su amada casita de la playa. Otra de la ciudad que camina y ya “no es”.
Pero la gran cronista y fotógrafa que es Adriana Lestido sabe que “nada se pierde, todo se transforma”, como supo decir el revolucionario químico francés Antoine Lavoisier. Y lo sabe porque con su cámara viajera ha vuelto témpanos monumentales para muchos aquellos muros al mar que vendió, y ahora memoria imperecedera la Buenos Aires que el consumo salvaje intentó robarle.
Los artistas saben que no es posible olvidar, que lo humano pervive y late en la obra para dejar testimonio de la realidad que ellos ven, viven y exploran.
Así sucedió con “Metrópolis” y esta Buenos Aires que durmió un largo tiempo dentro de una caja de cartón para volver a la vida.