Unas de las estrellas más grandes del cine apenas hablan inglés o cualquier otro idioma. Claro, ocasionalmente se les puede escuchar decir “¡Banana!” o “¡Smoochy smoochy!”, pero la mayor parte de lo que dicen son cosas indescifrables. Los Minions pueden ser las estrellas de cine en lengua extranjera más populares y lucrativas del mundo, incluso si el “minionés” no es un idioma reconocido oficialmente.
En estas vacaciones de invierno, las criaturas amarillas con anteojitos regresan para expandir aún más su considerable imperio en “Minions 2: Nace un villano” (“Minions: The Rise of Gru”), que se estrena hoy en los cines argentinos. “Mi villano favorito” (con una cuarta entrega prevista para 2024) y sus derivados “Minions’' ya se ubican como la franquicia de cintas animadas más lucrativas de la historia con más de 3.700 millones de dólares recaudados en la taquilla mundial. Sí: increíble.
Esa es una gran razón por la cual Universal Pictures retrasó esta entrega durante los últimos dos años de la pandemia. En cuestión de 12 años, los Minions (una horda de secuaces en su mayoría incompetentes, pero ferozmente leales que se roban la escena) se han convertido en una fuerza formidable con una presencia cultural omnipresente.
“Hay muchos de ellos, por lo que tienen una especie de poder que pueden abrumar’', dice Chris Renaud, productor de “Minions 2: Nace un villano’' y director de las dos primeras “Mi villano favorito”. “Es como poder por agotamiento”.
“Hay una paradoja sobre ellos”, dice Kyle Balda, director de esta segunda entrega y de “Mi villano favorito 3″. “Quieren servir a una especie de jefe malvado, pero en realidad no hay nada malo en ellos. Son bastante bondadosos, excepto que les gusta ver a otros fallar un poco. Se ríen de la desgracia del otro. Tienen muchos defectos, pero sus defectos terminan sirviéndoles. Una de las cosas que solemos decir es que ellos fallan de manera ascendente”.
De hecho, fallar ha llevado a los Minions muy lejos, en especial considerando lo cerca que estuvieron de no existir en primer lugar. Cuando los cineastas y artistas del estudio de animación con sede en París Illumination estaban desarrollando “Mi villano favorito”, el guion original los tenía como “secuaces y técnicos” y las primeras maquetas los representaban como tipos corpulentos y duros, casi como monstruos orcos.
Entonces fueron diseñados como robots de forma cilíndrica. Pero los realizadores, incluidos Renaud, el codirector Pierre Coffin y el director de arte Eric Guillon, siguieron jugando con el concepto, tratando de canalizar el espíritu de los Jawas de “Star Wars’' o los Oompa Loompas de “Willy Wonka y la fábrica de chocolate”. Dado que “Mi villano favorito” se basaba en Gru, el malvado protagonista, los Minions necesitaban ayudar a equilibrarlo. Si los Minions lo amaban, él podría corresponderles.
“Pierre fue quien dijo: ‘Quizás no deberían ser robots’”, recuerda Renaud. “Le dije: ‘Bueno, ¿qué pasa con la gente topo?’. Y él dijo: ‘No sé qué es eso’. Así que le envié un par de bocetos feos a Pierre y Eric, y luego Eric hizo un boceto que es básicamente lo que vemos hoy. Dijimos: ‘OK, eso parece una píldora con unas gafas protectoras. Podría funcionar’”.
Pero, ¿qué eran exactamente los Minions? Ni sus creadores estaban seguros en un principio. Reflexionaron sobre una amplia gama de ideas. ¿Fueron creados en un laboratorio por el fabricante de dispositivos de la película, el Dr. Nefario? Los Minions eran efectivamente una página en blanco, y los cineastas podían canalizar casi cualquier influencia bufonesca a través de ellos, desde Charlie Chaplin hasta James Bond. Un gran avance, dice Renaud, se produjo mientras estaban escribiendo una escena en la que los Minions elaboran el perfil de citas por Internet de Gru y “son completamente incompetentes’'.
Fue entonces cuando los realizadores comenzaron a sentir que habían dado con algo potencialmente grande: una verdadera creación de dibujos animados con posibilidades ilimitadas. Los Minions, con los ojos muy abiertos y (en su mayoría) inocentes, eran como niños.
“Cuando hacemos trabajos de diseño, son como animales bebés”, dice Renaud. “Incluso si se están portando mal, los perdonás y te reís de eso, como lo harías con tus propios hijos”.
Igual de clave fue la voz de Coffin de los Minions. Coffin ha dado voz (con la ayuda de la modulación de tono) a casi todos los minions en cada película, escupiendo medias palabras, onomatopeyas y una bolsa de sorpresas de expresiones en una amplia gama de idiomas. Si Coffin y el equipo almorzaban comida india, los Minions gritaban “¡Tikka Masala!”.
Debido a que los Minions comenzaron vagamente definidos y con una naturaleza un tanto misteriosa, la franquicia les ha dado la oportunidad de evolucionar continuamente. En “Minions” de 2015, su historia de fondo se completó un poco: una escena los siguió a través de la historia y una larga lista de jefes, desde un tiranosaurio hasta Napoleón, a todos los cuales los Minions sabotean sin darse cuenta. Algunos Minions, como Kevin, Stewart y Bob, han sido aislados como un trío de hermanos. Esta secuela continúa después de que conocen al joven Gru, a quien llaman “minijefe” a pesar de que él quiere que lo tomen en serio como villano.
“Es como una comedia romántica en la que no todo sale bien al principio”, dice Balda. “Un chico conoce a una chica, el chico pierde a la chica, el chico recupera a la chica. Pero en este caso, Gru es la chica porque los Minions son quienes realmente lo están cortejando”.
La asistencia al cine en familia se redujo considerablemente durante la pandemia, cuando varias películas para niños destacadas pasaron a estrenarse directamente en servicios de streaming. Pero éxitos recientes de taquilla como “Sonic 2: La película” han sugerido que las familias están ansiosas por volver a los cines. Un tráiler de la película termina con los Minions entrando como niños a un cine y saltando a sus asientos.
Mientras tanto, el trabajo continúa para que los cineastas descubran un poco más sobre el monstruo que crearon y sigan inventando nuevos chistes para los Minions. En “Nace un villano” incluso aprenden kung fu, una complicación considerando el tamaño de sus piernas...