Muy 90, el musical: Una obra que nos lleva de viaje por el tiempo

Godo Nicolás Giménez propone una nueva producción donde a través de la música y la radio, nos lleva de viaje a los años ‘90. Esta noche en el teatro Independencia.

Muy 90, el musical: Una obra que nos lleva de viaje por el tiempo
Muy 90: la obra musical que busca llevarnos en un viaje por el tiempo a través de la música y la radio.

Llega a las tablas mendocinas una nueva propuesta que nos llevará directo en un viaje por el tiempo. Para muchos, la década del ‘90 marcó un antes y un después en la sociedad que hoy conocemos, pero, ¿será cierto?

La nueva propuesta teatral de Godo Nicolás Giménez nos llevará a recorrer lo mejor de la música, la radio y la moda noventera rodeadas de humor y atravesadas por aquellos recuerdos que afloran.

Con una extensión más amplia de lo habitual, ya que propone un recorrido humorístico de más de dos horas, el director propone con “Muy 90: el musical” un vistazo al pasado para recorrer aquellas canciones icónicas de la época, partiendo de la base de revivir “los recuerdos más queridos de los gloriosos noventas”.

¿Sus personajes? Un grupo de comunicadores que conducen la FM Garage, donde cada uno de ellos representará un género musical, un estilo y, claro, un rol en esta historia.

Y justamente éste, es el desafío más grande. “Como no hay un solo protagonista, el protagonismo es del grupo y la época”, explica su director. “Había una suerte de investigación que nos llevó a hablar de los ‘90 sobre la música y la moda”.

La obra tendrá función hoy y mañana en el Teatro Independencia.
La obra tendrá función hoy y mañana en el Teatro Independencia.

Rodrigo Navarro Sardá, Claudia Racconto, Nadya Kotlyk, Luisina González, Daniela Ignacia Alcántara y Cristian Coria se situarán en 1999, exactamente un año antes de que el nuevo milenio venga a cambiarlo todo. A la par de que la música acompaña este lapso, las situaciones personales de cada uno de los personajes irán entremezclándose con la trama musical y de época.

La obra se estrena esta noche a las 21 en el Teatro Independencia y repite función mañana a la misma hora. Las entradas se encuentran disponibles en Entradaweb.com.

Su extensión y actos: dos características particulares

Uno de los puntos que más llama la atención de la obra es su extensa duración. Y es que, más que llamativo, es desafiante. La música, a cargo de Facundo Pelatai, será un componente fundamental en este desarrollo, mientras que irá acompañando a la historia de cada uno de los personajes.

“Te diría que el desafío más grande fue eliminar canciones”, dice su director. “Lo que pasa es que, a diferencia de otras obras que tienen menor duración porque tienen pocas acciones con gran desarrollo, son más texto”.

En ese sentido, la misma letra de su repertorio irá acompañando el relato, aportando más dinamismo y, por lo tanto, podrá a su público en pos de ir descubriendo a dónde lleva la historia.

“Como la historia sucede en una radio, es la excusa perfecta para escuchar las canciones de ese tiempo. Pero a la vez hay un juego musical en el cual los personajes cantan canciones de esa época atravesadas por sus conflictos personales y ahí es donde hay un juego donde esos popurrís musicales son canciones de la época reversionadas, lo cual genera una sorpresa y atención diferente en la gente”, explica.

La obra tiene una duración de dos horas veinte, lo cual generó un gran desafío para su director.
La obra tiene una duración de dos horas veinte, lo cual generó un gran desafío para su director.

En ese sentido, el director admite que la música más que clasificarse en canciones icónicas, se divide en estilos musicales que sus mismos actores personifican.

“A cada personaje le hemos asignado diferentes estilos musicales, entonces de repente un personaje refleja el pop latino, vas a encontrar rock nacional, pop internacional y la presencia de la música tropical argentina icónica de aquella época”.

Por otra parte, también se destaca la estructura de la obra. Según adelanta Godo, el proyecto está dividido en dos actos. “La obra empieza el 1 de enero y termina el 31 de diciembre del ‘99. En ese tiempo, atravesamos las estaciones y las diferentes épocas. El juego es como si atravesaras el tiempo a la vez que lo haces mediante la radio”, adelanta.

Y explica que esta impronta surge de traer a colación, específicamente, el lado A y B del casete. “Cuando finaliza el primer acto, por la canción y lo que sucede, siempre me sugirió que tuviera un respiro, porque es donde se mete por primera y única vez en una temática muy profunda”, dice intrigante. “Siento que la gente se plantea, ¿ha cambiado lo que les ocurre?”

- ¿Por qué los ‘90, qué relación tenes con esa década?

Yo nací en el ‘87 y, de hecho, la obra está dedicada a mi hermano y mis hermanas. Soy el menor y fui creciendo mamando los gustos musicales de ellos, por lo que mi cercanía a la música de la obra tiene que ver con lo que escuchaban ellos. Mucho de lo que hay en los personajes viene de lo que yo veía de mis hermanas, en sus actitudes, moda.

“Como la historia sucede en una radio, es la excusa perfecta para escuchar las canciones de ese tiempo. Pero a la vez hay un juego musical en el cual los personajes cantan canciones de esa época atravesadas por sus conflictos personales y ahí es donde hay un juego donde esos popurrís musicales son canciones de la época reversionadas, lo cual genera una sorpresa y atención diferente en la gente”, explica el director.
“Como la historia sucede en una radio, es la excusa perfecta para escuchar las canciones de ese tiempo. Pero a la vez hay un juego musical en el cual los personajes cantan canciones de esa época atravesadas por sus conflictos personales y ahí es donde hay un juego donde esos popurrís musicales son canciones de la época reversionadas, lo cual genera una sorpresa y atención diferente en la gente”, explica el director.

- ¿Cuál es el eje principal de la obra, además de la música?

El amor es el eje, porque también recuerdo mucho de cómo se vivía en ese momento. Ese amor romantizado del príncipe azul. No digo que hoy no suceda, pero en aquella época con las novelas y las películas de Disney, tengo registro de que la mayoría de las novelas había una especie de conquista del hombre a la mujer, y la mujer esperando a ver qué destrezas tenía el hombre para conquistarla. Esas cosas del amor para siempre y mucho de lo que se veía en las novelas.

- ¿Qué opinas de la frase “Tiempo pasado siempre fue mejor”?

Te diría que es una frase poco desafiante, por no decir conformista. Es hermoso valorar lo que hubo antes y tenerlo presente porque todo ese tiempo fue el que nos construyó como personas. Pero es poco desafiante porque siento que como humanidad nos falta construir ese futuro incierto, preferimos quedarnos con lo que fue que tengo la seguridad de que fue bueno, porque si pienso en lo que vendrá hay una incertidumbre enorme. Pienso que todo pasado fue mejor, pero que tiene que ser ese trampolín para ir hacia adelante.

La obra está dividida en dos actos, además de contar con un bonus track.
La obra está dividida en dos actos, además de contar con un bonus track.

- ¿Qué fue lo que más disfrutaste de la obra?

Creo que la selección musical. Ese siento que fue el desafío como dramaturgo y artista de teatro musical, fue un trabajo que me llevó mucho tiempo y a la vez siempre tuve en mi cabeza. Que Facu haya podido bajar al concepto musical todas esas canciones al formato de teatro musical sin que pierda la esencia, creo que fue lo que más disfruté hacer.

La mística de la radio

En la estética se destacan sus vestuarios, de la mano de Yanina Di Munno, y, por supuesto, la radio como escenario principal. “Hay algo de la mística de la radio que estaba muy bueno tener. Me acuerdo de que la radio te daba esa posibilidad de comunicarte de otra manera que hoy no existe. Hoy, a través de los medios audiovisuales y el avance de la tecnología, hay cierta magia que se desnudó, de alguna manera el factor sorpresa se ha perdido”.

En ese sentido, la radio se remonta puramente a la nostalgia del pasado y lo que aquel artefacto significaba en el hogar. “Yo pertenecí a esa generación de radio escucha. Y esas cosas hacen una mística muy nostálgica que siento que, de a poco, hemos olvidado. Hay algo muy rico en recordar toda esa época”.

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