El proyecto empezó a andar: cruzará la cordillera de Los Andes a pie, desde Santiago de Chile hasta el Manzano Histórico (Tunuyán). En el medio, el Cajón del Maipo y el paso Portillo de Piuquenes, donde se expanden valles y la inmensidad maciza de las montañas. “Ver las primeras imágenes induce a querer estar ahí, a sentir el clima y ver semejantes paisajes”, nos dice Nahuel Jofré, el caminante.
El cantautor mendocino está entusiasmado. Está preparando junto al cineasta Tato Moreno el teaser que dará a conocer el documental “Tonadas de cordillera”. La película, por su excepcionalidad, dará que hablar, y la productora del director, 24P Film, ya salió a buscar apoyo económico para filmarla.
La idea es simple pero sin precedentes. Se embarcarán en una travesía que tiene como objetivo contar cómo, hace mucho tiempo atrás, pasaron por la Cordillera las primeras tonadas, anónimas e inmemoriales. En el camino la música acompañará la soledad y las imágenes imponentes del paisaje, que Tato Moreno ya registró en su multipremiado documental “Arreo”, nos llenarán de mística.
¿Es una arqueología de la tonada? “Puede ser visto como una arqueología, pero también pienso que una arqueología estudia restos no vivos, fósiles. Creo en la vigencia de estas expresiones antiguas, como las tonadas. Más que un arqueólogo, pienso que la metáfora podría ser la de un astrónomo que busca el pasado en el cielo, en las estrellas: algunas están vivas, algunas están muertas, pero aún hay un destello de luz que está vivo y vigente. Veo así las tonadas: como estrellas que se mantienen vivas por cantarlas, por recordarlas, por querer desandar los caminos que ellas recorrieron por cientos de años a través de la cordillera hasta llegar a Mendoza”, dice Nahuel.
“El proyecto es ambicioso, pero principalmente estamos abocados en conseguir apoyo”, sigue el cantautor. “Por eso vamos a postular al Incaa, pero aquí en Mendoza necesitamos apoyo público y privado”, apunta.
Nahuel tiene experiencia en esto de rescatar viejas canciones. “Desde hace muchos años que con el colectivo De Pago En Pago venimos tratando de divulgar nuestra mirada respecto del patrimonio regional y creo que fue junto con ellos que fuimos a ver ‘Arreo’. Así lo conocimos a Tato. Tenemos una profunda admiración por él. Después yo hice amistad con él y Claudia [Gaynor], su esposa”, dice sobre el primer acercamiento entre ambos artistas.
“Tato se ha visto motivado por mi música y empecé a pensar el trabajo que veníamos haciendo con De Pago En Pago, pero en términos de guion cinematográfico y poético”, dice Nahuel, quien estará a cargo del relato. Anticipa que tendrá un importante contenido poético, porque “la acción en sí misma es una metáfora del sonido y del camino que recorrieron arrieros, soldados, mujeres crianceras de cabras, tratando de imaginar qué y cómo cantaban”.
Antecedentes hay pocos, y ninguno que se remita de forma exacta a esta idea. Entre 2013-2014, decíamos, con el colectivo De Pago En Pago viajaron a Lavalle y conversaron con abuelas y abuelos cantores, que les permitieron recuperar viejas canciones.
En literatura, los recopiladores cuyanos como Juan Draghi Lucero son insoslayables; en la música, a Nahuel le resultaron inspiradores discos como “De Ushuaia a La Quiaca” (cuatro volúmenes, entre 1985 y 1999) de León Gieco y Gustavo Santaolalla en la producción.
Pero más cercano en el tiempo y el formato, hay que aludir al propio “Arreo” (2015), de Moreno (en Cine Ar Play). “Tato trabaja desde la admiración al campo, sus paisanos y su cultura”, reflexiona Nahuel sobre el documental, que cuenta cómo es un año en la vida de la familia Parada al pie de la Cordillera de Los Andes, en Malargüe.
En un contexto más amplio, al proyecto le gustaría expandirse y ser abordado desde las actuales narrativas transmedia. “Ver el mismo mundo desde distintos ojos”, desliza Nahuel. “Queremos que sea un proyecto colaborativo entre muchas personas: desde la web, por ejemplo. Este año va a salir un podcast en colaboración con una escuela local y con cantoras locales y de otras partes de la cordillera. La idea es también que quede un material escrito con el guion y la investigación que venimos desarrollando desde hace algunos años. También queremos recrear este repertorio, cantarlas en el viaje y por ello también habría un álbum con canciones interpretadas en ese contexto”, anticipa.
Nahuel Jofré cuenta que, en un plano profesional, desde el inicio de la pandemia se ha dedicado fundamentalmente a la creación y que las actuaciones en vivo se redujeron sustancialmente. Este año grabará un nuevo álbum gracias a la ayuda del Inamu: las canciones son nuevas, y en muchos casos compuestas en este difícil contexto.
“Yo encuentro que hay un equilibrio artístico entre la memoria y la imaginación”, reflexiona sobre su propio trabajo. “Creo que hay algo así vibrando siempre, algo que va hacia atrás y algo que va hacia adelante”, cierra.