La literatura infantil juvenil regional se acaba de apuntar un nuevo logro: el libro “Pájaros”, que escribieron a dúo la mendocina Natacha Ortega y la uruguaya Lucía Franco, recibió una mención de honor en el XIII Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado, que da la importante editorial Kalandraka.
Por ello, la alegría no le cabe en el cuerpo a esta mendocina emigrada hace más de una década a Montevideo, quien hizo los textos y la música del material. Un trabajo simbiótico y contrapuntístico con las preciosas ilustraciones de Lucía.
"El texto surgió del interés que siempre me anda rondando de observar a los niños, las niñas, y de cómo habita la infancia en los espacios públicos", nos cuenta Natacha, quien después de haber sostenido el proyecto Gato Peludo durante 13 años decidió hace poco iniciar una etapa más viajera. Al punto de que "girando" la sorprendió la pandemia en su provincia natal.
"Hace un montón que estoy con esa recurrencia en la cabeza, de la construcción de ciudadanía a partir del habitar los espacios comunes, como las plazas y los parques", agrega Natacha, quien comparte su trabajo a través del Instagram @natacha_ortega_oliveras.
La historia de "Pájaros" entonces se remonta a la etapa de Gato Peludo, un proyecto que englobaba espacio cultural, biblioteca ambulante para los más pequeños, talleres y hasta intervenciones urbanas. Un abrazo artístico a la primera infancia.
"Buscando espacios públicos de la ciudad que me parecieran interesantes para intervenir, empecé a imaginarme a los niños y las niñas cuando andaban corriendo por las plazas. Me los imaginaba como pajaritos y pajaritas. Me parecían muy bonitos los juegos y la idea de bandada. Porque a veces los pájaros llegan a las plazas, no se conocen pero terminan generando una. Me gustaba esa imagen poética", explica.
Sobre esa idea escribió un poema. El poema se convirtió en canción. Y con esa canción, en una plaza cerca de La Rambla, hizo la puesta artística: unas 300 personas, con disfraces y antifaces de pájaros, ocuparon la Plaza de La Armada. " Fue muy simbólico habitar ese espacio, poéticamente y políticamente, con personas disfrazadas de pájaros", dice. Esa imagen, de un espacio urbano resignificado a través de una canción, quedó rondando en su cabeza: quería expandirse.
Y el proyecto tomó vuelo con Lucía, ilustradora y diseñadora, a quien conoce "desde hace un montón de años". Pues dio la casualidad de que los pájaros y las plumas también son temas tratados por ella (pueden conocerla en el Instagram @luzdeluciernaga).
Así empezaron a soñar con la idea de un libro. "Amasamos entre las dos la historia general, porque la idea era elaborar un libro-álbum, en el que el concepto es que la imagen y el texto se complementan". En estos libros, entre lo visual y lo textual no hay literalidad. Dibujos y palabras aportan sentidos de igual forma: "Se abren otras capas poéticas y semióticas para que se complete el discurso", explica Natacha. "Decirlo así es fácil, pero es complejo materializarlo"
Después de sucesivas reuniones, llegó el gran desafío que fue definir los últimos detalles y maquetarlo a distancia, cuando se enteraron del concurso de Kalandraka en medio de la pandemia. Contextualicemos: es una editorial con 22 años de historia que está afincada en Galicia (España) y cuyo concurso es muy importante dentro del género a nivel internacional, porque premia trabajos en otros idiomas.
"Es un certamen súper aclamado. A través de este premio hacen que se posicione en otro lugar la literatura infantil juvenil, que dé otra idea de infancia", apunta Natacha. Para ella, el arte es el "alimento sensible" de la infancia.
Por suerte, "a nivel mundial hay un crecimiento en la profesionalización y en subir un poco el estándar de lo que es esta literatura. Pero también se están multiplicando más las herramientas: hay foros, hay seminarios, maestrías, doctorados, que han hecho que el nivel vaya subiendo", dice.
La mención es una gran vidriera, "un espaldarazo precioso para nuestras carreras y la literatura infantil y juvenil latianoamericana hecha por mujeres".
La mención implica que durante un año Kalandraka tendrá los derechos del libro para poder materializarlo. Ya se han comunicado con ellas y expresaron las ganas de que el libro sea una realidad. Por toda la situación global, seguramente los tiempos que se establezcan no sean los tiempos 'normales'. "Habrá que tener un poco más de paciencia que de costumbre", apunta Natacha, quien no se desanima, pues es una editorial que tiene muy buena distribución a nivel mundial.
Después de Gato Peludo
Hoy Natacha está enfocada en el proyecto Dragón Dorado, un espacio andante en el que escribe, hace música, da talleres de creatividad y expresión para niños y familias, además de seguir difundiendo la literatura para niños y niñas con una biblioteca (la “bebeteca”). “La idea es divulgar, compartir, ofrecer herramientas para que las familias y la gente que se dedica a la pedagogía pueda tener más herramientas y se multiplique”, explica.
En este marco, acaba de terminar de grabar un disco basado en sus bitácoras de viaje. Una propuesta multisensorial con Mauricio Gelardi en la parte musical, que fue creado en los bosques de Ñangapiré (cerca de la frontera uruguaya con Brasil) y grabado íntegramente en Mendoza.
Excepcionalmente, por la situación que impone la pandemia, algunas de las actividades que hacen podrán seguirse desde Mendoza. Pueden verlas en @dragon_dorado_uy.