Argentina ha comenzado a expandir sus fronteras, no sólo en la distribución de sus contenidos, sino en los géneros que explora. Desde hace algún tiempo, el género de terror y la comedia negra van ganando más terreno en las producciones de nuestro país.
Ahora, con la llegada de las plataformas de streaming y la globalización de los contenidos, es fundamental explotar esa virtud.
Es por eso que Space puso foco en esta miniserie englobada dentro de la comedia negra que dejará a su público riendo, pero también reflexionando acerca de lo que ve.
Con un dinamismo indiscutible y una variedad de matices en sus personajes y situaciones, a la vez que permite una cercanía con el contexto, Naturaleza Muerta se presenta como una propuesta diferente a lo que acostumbramos a ver.
Con fecha de estreno el próximo 20 de octubre en el marco del ciclo Horrorama, la nueva serie está protagonizada por Inés Efrón, Manu Fanego, Alejandro Fiore, Rocío Muñoz, Mateo Charino, Mario Alarcón, Ernesto Claudio, Cristina Maresca y Marcelo Sein.
Con tintes de humor y algo de suspenso y terror, la serie llegará justo para Halloween y sus principales protagonistas se encuentran en los fantasmas.
La originalidad de Naturaleza muerta
¿Quién no fantaseó alguna vez con conectar con los que están “en otro plano”? Una de las incógnitas más grandes de la existencia humana es qué hay después de la muerte.
Esta producción de diez episodios, en donde cada uno tiene una duración menor a 15 minutos, cuenta la historia de un joven youtuber de poco éxito que tras la muerte de su padre descubre un invento nunca antes pensado: un teléfono celular que permite conectar con los muertos.
Sus personajes, fallecidos en diferentes épocas y con características totalmente distintas entre sí, intentarán que Julián (Fanego) y su novia Cruz (Efrón) les otorguen su lugar en las redes sociales y el mundo de internet.
La propuesta resulta muy interesante porque plantea diferentes subtemas: la muerte, la frustración, las redes sociales, la exposición, entre otras cosas.
Al tener un protagonista que encaja directamente en la realidad del siglo XXI y con un humor liviano para toda la familia, la miniserie encajará con diferentes públicos.
Los Andes tuvo la posibilidad de hablar con dos de sus protagonistas: Ernesto Claudio, quien interpreta al difunto padre de Julián, y con Mario Alarcón, quien interpreta al abuelo difunto de Cruz.
“Es original, la originalidad del cuento, cómo se cuenta, los avances, la imagen”, expone Ernesto Claudio cuando consultamos qué fue lo que más les atrajo de la propuesta.
Y agregó: “A esta altura de mi vida elegir lo que uno quiere hacer es importante. A esta altura no tengo ganas de pasarla mal cuando trabajo. Acá la pase muy bien con mis compañeros y el equipo técnico, con mucha buena onda y eso después se ve en la imagen.”
Por su parte, Alarcón admite que lo más atractivo de la propuesta fue su género. “Es una comedia negra y se trata de un género que no transitado mucho. Por el tipo de producción, la dirección tenía indicaciones precisas y comprendí de primera mano cómo era. Fue una novedad y original en lo absoluto.”
Y continuaba: “El género me atrajo, si uno tuviera que roturarlo es una comedia negra como una de esas que uno vio en Hollywood. Es muy poco transitado aquí en Argentina, por lo que uno está más alerta y entra a explorar.”
Para dos artistas experimentados, que llevan años en el mundo de la televisión y el cine, recorrer un nuevo género implica todo un desafío. Aunque claro está, el placer va de la mano con ello.
- ¿Cuál fue el mayor desafío que se presentó?
Ernesto: Creo que el desafío más grande lo tuvo la maquilladora que es excelente (ríe). Con gente viva y muerta todo el tiempo, todo el equipo técnico estuvo excelente. Por suerte, mi papel transitaba momentos de humor y emoción, por lo que uno tiene la posibilidad de ir en varios caminitos. Eso es lo que un actor quiere, tener un personaje con una gama de colores amplia.
- Es muy dinámico el hecho de que los capítulos sean tan cortos, ¿cómo se sintieron ustedes en este formato?
Mario: No fue complicado para nosotros. Si uno conecta rápidamente con el director se hace fluido. Si uno entiende bien al director, se entrega y eso fluye. Yo soy fanático de lo audiovisual por lo que, con cada convocatoria cinematográfica o audiovisual, enseguida me surge un cosquilleo de hacerlo; y sobre todo en este género que nunca transité. Es algo que he visto pero nunca transitado, por lo que era muy auspicioso para mí y estaba más atento que de costumbre.
- Tu personaje representa esta idea de la frustración por la falta de reconocimiento, algo que todos en algún momento vivimos, y me lleva a preguntarte ¿cómo conectaste con el personaje?
Ernesto: En este trabajo, no digo que uno se frustra, pero bajamos y subimos todo el tiempo. Entonces esto de vamos hacia otro fracaso más o no es algo que transitamos. Era lindo encarar este tema desde el personaje, pero hay una expectativa con mi hijo de que quiero que él triunfe y hay una cuestión de prolongación de padre a hijo.
- ¿Han fantaseado con el concepto de conectar con el otro lado?
Mario: Uno siempre tiene fantasías, uno dice si es posible o no, sobre todo ahora que la tecnología ha avanzado tan rápido y aturde que uno ya tiene una idea de lo que es la muerte. Yo soy bastante objetivo con esto, uno nace se desarrolla, muere y desaparece, pero este tipo de posibilidades llaman la atención.
- Una anécdota que vivieron en el set…
Ernesto: Relacionado con el maquillaje. Mi personaje estaba en otro plano como se dice ahora, y subí una foto porque me pareció estupendo el trabajo. Y un colega, Patricio Contreras, me comentó preguntando ¡¿qué te pasó querido?! Estaba muy asustado y me causó mucha gracia.
- ¿Qué interpretan ustedes de lo que significa Naturaleza Muerta?
Mario: Yo no lo afirmaría. Naturaleza muerta, pero… no tan muerta. Remite a un género pictórico y no está tan muerta si te transmite algo.