Un total de 276 películas compiten para ser nominadas al Oscar a la mejor película del año, la categoría más importante de los premios de la Academia de Hollywood, lo que supone el menor registro de los últimos diez años debido a la pandemia. El listado oficial de nominados se conocerá el 8 de febrero.
Uno de los motivos que explica este importante descenso en el registro de aspirantes, dado a conocer por la Academia, es que el periodo de elegibilidad para esta edición es de tan solo 10 meses, ya que el año pasado, cuando se aplazó la gala a finales de abril, también se amplió el plazo a las películas estrenadas en enero y febrero de 2021.
Esa extensión provocó que 366 películas aspirasen a llevarse el Oscar a la mejor película, el mayor número de los últimos 50 años. Sin embargo en la nueva edición, la número 94, solo podrán concursar las cintas estrenadas entre el 1 de marzo y el 31 de diciembre de 2021.
No todo es lo que parece
De modo que la situación no sería tan dramática como aparece a primera vista, en tanto no es correcto considerar la cantidad según el año calendario, sino que deben ser tenidos en cuenta los factores que distorsionan la comparación.
En todo caso, si la cuenta del año sumara dos períodos más de estrenos, tomando en cuenta el promedio que da “el año de 13 meses” tomado en cuenta para la premiación anterior, al que al mismo tiempo debería restársele uno, resultaría una diferencia de apenas dos películas a favor de la edición 2021.
Aún así, la Academia ha mantenido la modificación excepcional que hizo en su reglamento para admitir a concurso las películas que se hayan estrenado directamente por streaming, sin pasar por los cines, aunque con la condición de que tuvieran planeado un estreno en salas, imposibilitado por el coronavirus.
Esto quiere decir que no todas las producciones estrenadas en plataformas pudieron competir.
Cinco favoritas
“El poder del perro”: La película dirigida por Jane Campion (“El piano”) estrenó en Netflix y fue calificada por algunos como un “western queer”, por la forma en que el relato desarticula los mandatos de masculinidad, heterosexualidad y mira de forma implacable el machismo del Lejano Oeste, que fuera bastante idealizado por la industria. Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons y Kirsten Dunst aportan actuaciones inmejorables.
“Spencer”: El chileno Pablo Larraín termina de esculpir con esta película su propia manera de hacer biopics: lo hizo con Jackie Kennedy, lo hizo con Pablo Neruda. Ahora es la princesa Diana la que lo inspira para armar un filme que tiene como premisa la idea de que a veces una vida, más que una sucesión de años, se puede catalizar en un solo momento crucial. En el caso de Lady Di, asumir que es parte de la realeza y su vida está sujeta a responsabilidades y obligaciones. Con mucho de thriller psicológico, tiene a Kristen Stewart en el papel principal, logrando una caracterización perfecta, sublime, etérea y (un poco) idealizada.
“Madres paralelas”: Quizás sea la película más política de Almodóvar, quien se mete de lleno en la historia de España y la pone como friso de fondo en un drama potente y lacrimógino. Más sería spoilear. Podría destacar también en el rubro de filmes extranjeros. Y a Penélope Cruz deberían tenerla también en cuenta.
“Belfast’': A Kenneth Branagh lo ubicamos por grandes y vistosas producciones, pero aquí su enfoque es intimista, doméstico, sensible y, además, con un cuidado blanco y negro. Lo que hace es retratar la ciudad de su infancia poniendo todo el corazón.
“La tragedia de Macbeth”: Joel Coen se lanzó a dirigir una película sin su hermano y el resultado es glorioso. Con economía de medios y prácticamente sin alterar los diálogos de Shakespeare (que sí fueron reducidos, obvio) logra articular esta película ominosa y en tono expresionista. Denzel Washington podría levantar un Oscar, y Frances McDormand también. La fotografía de Bruno Delbonnel, en blanco y negro, es casi un Oscar cantado.