Otros lenguajes, otros vínculos: un viaje al sensible arte de Paula Dreidemie

La artista plástica mendocina se prepara para la muestra “Deconstrucciones”, desde el 10 de febrero en La Casona. Esbozos de una obra que tiene la transformación como norma. “La palabra pregunta es la que mejor me identifica”, define.

Otros lenguajes, otros vínculos: un viaje al sensible arte de Paula Dreidemie
Paula Dreidemie expone desde el 10 de febrero en La Casona. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Hace un tiempo, Paula Dreidemie leyó la siguiente frase de la poeta Mary Oliver: “Nada es demasiado pequeño como para no hacerse preguntas”. Fue catártico para ella saber que, después de haberlas buscado mucho, sí había palabras que podían definirla de una forma cabal.

No tarda en pronunciarla cuando le pedimos, en vistas de su próxima muestra “Deconstrucciones” en La Casona (ver ficha), que nos cuente en qué ha venido trabajando en el último tiempo. Se explica de forma clara y busca definiciones tomándose su tiempo, porque sus piezas no son solo bellas piezas visuales, sino también herramientas de comunicación.

Dreidemie logró construir un estilo muy personal, que la hace fácilmente reconocible entre las artes plásticas locales. Sus seres etéreos, surgidos de la pintura o el collage, y la prolijidad (tanto de su pincel como de su manera de componer en el espacio del lienzo), la hicieron una artista cotizada y con proyección. Pero algo pasó, en 2019.

Su necesidad de expresión iba por más. Como la frase de Oliver, eran las incesantes preguntas que le lanzaba su interior. Si forjar un estilo es una proeza, intentar desarticularlo es todavía más arduo. Pero ella, asumiendo que vive en una constante búsqueda, lo intentó.

Y lo mostró a los mendocinos en la muestra “Permanencia - Transformación- Permanencia otra vez” en el Museo Carlos Alonso - Mansión Stoppel, inaugurada en noviembre de 2019 y levantada poco antes del inicio de la pandemia. Ahí la vimos, entre otros cambios, saltar a la tridimensión.

¿Permanecer o volar? ¿Quedarse quieta en una forma probada y segura de hacer arte o animarse a responder sus preguntas y buscar nuevas formas plásticas de comunicar? Es una paradoja que Paula Dreidemie sabe habitar, porque la metamorfosis ya es parte de su obra y porque logra, de una forma camaleónica, cambiar los colores sin dejar de ser ella misma.

Como veremos en “Deconstrucciones”, el follaje resultó una marca de estilo: siempre encontrará las grietas para aparecer en sus piezas (como se ven en las pinturas que se expondrán). Al igual que las connotaciones sociales y la presencia de animales y otras formas de la naturaleza, que es inagotable.

Me encanta hablar de procesos, y no solo de la muestra como resultado. De eso se trata también esta muestra: de desnudar el proceso y de deconstruir”, nos dice. Reconoce que Marcela Furlani la guió para poder visualizar por dónde tenía que ir y de qué forma podía potenciar su expresión a partir de lo que ya tenía.

El cambio fue no buscar expresarme, sino buscar comunicarme con les otres. Ideas que considero valiosas y transformadoras, que pueden llegar a constructoras de sentido en esta vida. Son ideas de muchos e intento ponerle imágenes para comunicarlas”, dice sobre ese momento bisagra de 2019.

Hasta ahora, no han cambiado las temáticas, reconoce: “Siempre voy buceando en esos mismos lugares, que son preguntas existenciales. La palabra pregunta es lo que mejor me identifica”. Lo que cambió fue el sentirse en una perpetua indagación, corriéndose de su lugar seguro y arribando a otros espacios y otros lenguajes, muchas veces ya adquiridos pero olvidados. Parte de ese proceso lo expuso el año pasado en “Habitar”, en el espacio de arte Aristóbula.

Y la pandemia influyó, como a todos. “Estoy convencida de que es un tiempo providencial para repensarnos y deconstruirnos. Tantas desigualdades e injusticias quedaron a la luz. Ni hablar de los que trabajamos en la cultura y el arte. Puso en evidencia lo precario de nuestra situación laboral. Algo tan pequeñísimo como este virus vino a posicionarnos en otro lugar y a pedirnos que nos re-vinculemos de una manera diferente. No hay que hacer oídos sordos y hay que establecer nuevos modos para vincularnos con la naturaleza, el espacio que habitamos, la tierra que habitamos, y con los demás seres vivos”, reflexiona.

Lo explica de una forma muy concisa en un texto que se leyó en la muestra “Habitar”: “Un día, después de varias lluvias, me encontré con una súper cantidad de hongos en un jardín. Descubrí que como descomponedores primarios de la naturaleza, tejen una nutrida red subterránea con otros seres, creando un círculo virtuoso de ayuda mutua y descomposición. Donde hay vida, hay hongos, dicen. Fascinada por este extraño reino y aprendiendo sobre su rol fundamental en el ciclo de lo vivo y lo muerto, comencé a trabajar tomando fragmentos de sus figuras como imagen simbólica de la necesidad de establecer estos nuevos modos de vinculación”.

Eso la llevó a vincularse también ella misma de otra forma con su propio trabajo, dejando de pintar y probando otras técnicas, como el bordado, “del que me enamoré”. “Sin pretender ser una bordadora, porque hay gente que lo sabe hacer con una destreza increíble, me interesó traer este saber de las mujeres que nos precedieron y que posibilite otros decires”, explica sobre estas piezas, que también se verán en la muestra.

A la par, desarrolló la técnica de la cerámica: “Es la naturaleza transformada: parte del barro y atraviesa el calor del fuego, que la transforma en lo que es. Estas piezas de cerámica escultóricas envuelven el espacio y emergen brotes de ellas, como si buscaran un espacio de vida para crecer”.

En la muestra también se verán cajitas intervenidas con estampas de grabado, sobre distintos soportes. “Estas estampas recortadas van ocupando el espacio y generando una idea de crecimiento”, explica.

Hay también bastidores con intervenciones textiles, dibujos en carbonilla, o en crayón de acuarela, o con lápices de grasa.

Deconstrucciones

Desde el 10 de febrero en el hall central de La Casona, galería de arte de la Bodega Los Toneles (Acceso Este, Lateral Norte 1360, Guaymallén)

Visitas: martes a sábados de 11 a 22. Visita exclusiva con la artista: viernes de 19 a 20, en febrero y marzo, con reservas a través del link que está en la bio del Instagram @lacasonagaleria.

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