Patricia Highsmith: obsesiones, polémicas y secretos de la gran “hater” de la literatura

El centenario de su nacimiento nos hizo recordar a Tom Ripley, a Carol y a las anécdotas más odiosas de esta best seller. Una escritora concisa, oscura y brutal.

Patricia Highsmith: obsesiones, polémicas y secretos de la gran “hater” de la literatura

Misógina, misántropa, homofóbica, antisemita, racista. Son algunos de los odios que Patricia Highsmith prodigó en vida. Se odiaba hasta a sí misma, decían, aunque adoraba a los gatos, seres inasibles y misteriosos, y a los caracoles, lentos e inocuos, a los que criaba como mascotas.

Escribió, eso sí, una de las obras más populares de la literatura del siglo XX. Fue best seller desde que empezó a publicar, y por ese golpe de estrellato, además del género al que se dedicó (la literatura del crimen, más que el policial), es que la han llamado sucesora de Agatha Christie. Aunque eso las desmerece a ambas: eran muy distintas, sobre todo en la moral que desprenden sus personajes.

En el mundo, se acaba de festejarla por su centenario. Mary Patricia Plangman nació el 19 de enero de 1921 en Forth Worth (Estados Unidos) y falleció el 4 de febrero de 1995 en Locarno (Suiza).

“No era simpática. No era educada”, apuntó su biógrafa Joan Schenkar en el voluminoso libro de casi 800 páginas que escribió sobre ella. “Y nadie que la conociera bien habría dicho que era una mujer generosa”, agregó. Pese a eso, era una escritora genial.

De todos sus personajes, el más famoso es Tom Ripley. Un personaje curioso: en lugar de concebir un detective racional y justiciero, un Sherlock Holmes, un Auguste Dupin o un Hércules Poirot, Highsmith prefirió torcer la norma y descascarar el fondo ruinoso de la psicología de un antihéroe. Ripley es el estafador, el múltiple asesino, el psicópata que se inventa un mundo de mentiras, se lo cree y vive felizmente en él. Es la versión perversa e irónica de un self-made man, o el modo más decadente de un capitalista salvaje.

Muchos ya deben conocerlo del cine, adonde fue llevado por primera vez en “A pleno sol”, de 1960, con Alain Delon. Después, Ripley tuvo el rostro de Dennis Hopper (“El amigo americano”, de Wim Wenders, 1977), Matt Damon (“El talento de Mr. Ripley”, Anthony Mingella, 1999) y John Malkovich (“El juego de Ripley”, Liliana Cavani, 2002).

Pero Highsmith y el cine se encontraron otras veces más. La primera fue gracias a la mediación de Alfred Hitchcock, que un año después de que ella debutara con la novela “Extraños en un tren” (1950), hizo una adaptación homónima protagonizada por Farley Granger y Robert Walker. En ella dos hombres normales, al menos en su apariencia, se cruzan en un viaje común y corriente y termina en una historia de manipulación y asesinatos cruzados.

Muchos años después se adaptaría “Carol”, una novela publicada originalmente en 1951 bajo el seudónimo de Claire Morgan pero que reeditó como autora en 1990. A mediados del siglo pasado, Highsmith detestó la idea de que la consideraran una escritora de relatos lésbicos, algo que cuarenta años después, ya famosa, no temió.

Cate Blanchett y Rooney Mara protagonizaron la película homónima, que fue nominada a seis Óscar en 2016. Y curiosamente, esta furtiva historia de amor entre dos mujeres no termina en una muerte, que por mucho tiempo fue el destino de las historias de homosexuales en el cine. Una redención que tramó en la ficción pero ciertamente no gozó en su vida.

Ellen Blumenthal Hill, su pareja, fue un centro de magnetismo y repulsión en su vida. Richard Bradford, quien estudió sus diarios, dijo que las cosas que en ellos decía sobre Ellen “giraban entre las expresiones embelesadas de amor y los sentimientos de desconfianza, incluso odio”. “Todo culmina con ella dejando sola a Ellen la noche que intenta suicidarse para irse a cenar con amigas y acostarse con una de ellas”, relató.

Lo que se viene

Acaba de publicarse en inglés la biografía que escribió Richard Bradford, profesor de la Universidad de Ulster: “Devils, Lusts and Strange Desires. The Life of Patricia Highsmith”. Aunque todavía no hay fecha para una traducción al español, se puede leer en inglés por 21 dólares, comprando el eBook.

En nuestro idioma, las novedades vienen de parte de Anagrama, que dio a conocer a Highsmith en nuestra lengua. Prepara para el próximo año una edición de su diario, que sirvió también como una de las principales fuentes de Bradford para su biografía.

Antes, en su colección Compendium, ya reunió sus cuentos, por una parte, y toda la literatura de Ripley por otra, en dos tomos lanzados en noviembre y que aun no se consiguen fácilmente en Argentina.

La suntuosa edición de los relatos completos protagonizados por Tom Ripley.
La suntuosa edición de los relatos completos protagonizados por Tom Ripley.

Cuatro libros imprescindibles

1- “Extraños en un tren”. Es su primera novela y es interesante trazar la comparación entre el libro y la famosa adaptación de Alfred Hitchcock.

2- “Carol”. Popularizada por la película de Todd Haynes (2015), es interesante ver cómo se plantea una relación lésbica en la alta sociedad de los ’40 y ’50. Es decir: contrariamente al filme, la novela, publicada originalmente como “El precio de la sal”, da una visión contemporánea a la historia.

3-”El talento de Mr. Ripley”. Sirve de introducción al mundo del personaje y fue llevada dos veces al cine. La arriesgada empatía que nos produce con él se debe a las poderosas descripciones psicológicas que justifican su carácter.

4-“Suspense”. En este ensayo reflexiona sobre la forma en que escribía sus novelas. No es un manual de instrucciones, todo lo contrario: defiende la idea de que cada escritor tiene que encontrar su personalidad. Un libro lleno de confesiones creativas.

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