El nombre Pedro, tal vez por su genealogía, siempre ha estado ligado a la idea de magnificencia y grandiosidad. Así, el título de la película de Billie August, “Pedro el afortunado”, de 2018, agrega una connotación más a la lista de virtudes inherentes al apelativo. Tal cual el nombre, el film es esta extraordinaria realización, que cuenta la historia de un joven danés, de origen humilde, quien llega a tocar el cielo con las manos gracias a su enorme talento, tesón y visión de futuro. Y con la misma intensidad que imprime a sus días para cumplir con sus sueños y alcanzar aquello que tanto ambiciona, malogra su destino.
Si bien no es un estreno reciente, ya que lleva al menos un año en la plataforma Netflix, la película ha recibido varios premios, entre ellos, el Premio Robert a la Mejor Actriz y Premio Bodil a la Mejor Actriz de Reparto para Katrine Reis-Rosenthal; el premio Robert Award for Best Costume Design (premio Robert al mejor diseño de vestuario) y Robert Award for Best Production Design (Robert al mejor diseño de producción) y 17 nominaciones.
La historia gira en torno a la vida de Pedro Sidenius, un joven que parte del hogar familiar luego de haber sido aceptado en la Universidad, donde espera iniciar sus estudios en Ingeniería. La despedida es tortuosa: un padre demasiado severo deja entrever que la infancia del joven no ha sido feliz. Tal vez eso explique la frialdad emocional con la que el joven Pedro se desenvuelve a lo largo de toda su vida.
Una vez instalado en Copenhague, comienza a cursar la carrera a la vez que inicia por su cuenta el estudio que permitiría realizar una serie de de canales fluviales para que la ciudad cuente con la energía de una represa hidráulica, combinada con energía eólica, algo impensable en una sociedad que vivía a base de la combustión de carbón y gas. Es un adelantado a su tiempo, un visionario que intenta darse a entender en un mundo que aún no está preparado para la modernidad.
Un hecho casi fortuito lo vincula con una de las familias más poderosas del lugar, oportunidad que aprovecha al máximo, conquistando a una de las hijas. Sin embargo, su carácter intransigente, soberbio y arrogante, comienza a complicar el horizonte de sus proyectos.
“Pedro, el afortunado” (‘Lyyke-Per’, 2018), del director danés Billie August (doble ganador del Festival de Cannes con «Pelle, el conquistador» y «Con las mejores intenciones»), es un filme enorme en todo sentido. Dura casi tres horas, de las cuales no hay un solo segundo de redundancia, aburrimiento o dispersión en cuanto al eje narrativo, ni menosprecia la belleza fotográfica de la historia. Basada en la monumental novela del premio Nobel de Literatura 1917, Henrik Pontoppidan, es un retrato que parte de la intimidad de Pedro, para luego abrirse en un enorme fresco social de la Dinamarca de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
La soberbia dirección de arte y fotografía, recrea con lujo de detalles cada lugar y cada ambiente entre los que se mueven los personajes. Las actuaciones de Esben Smed, el protagonista, y su entorno más cercano son impecables.
Pedro el afortunado. 2018. Dinamarca. Dirigida por: Billie August. Protagonizada por: Esben Smed Jensen, Katrine Greis-Rosenthal, Benjamin Kitter, Julie Christiansen, Tommy Kenter. Género: Drama. Disponible Netflix. Nuestra opinión: Excelente.