El concepto “PAS” fue estipulado por la psicóloga Elaine Aron en la década de 1990 para describir a personas que tienen una mayor sensibilidad y reactividad emocional que la mayoría de las personas.
Las personas PAS tienen un sistema nervioso más sensible y reactivo, lo que significa que pueden experimentar emociones de forma más intensa y profunda, así como sentirse abrumados o sobrecargados fácilmente por estímulos sensoriales o emocionales intensos. En el ámbito espiritual, algunas personas PAS pueden tener una mayor sensibilidad y conexión con las energías sutiles, las emociones y las experiencias espirituales. Debido a su sensibilidad emocional y perceptiva, pueden ser más propensas a sentir y percibir energías y vibraciones sutiles en su entorno.
Algunas características comunes de las personas PAS incluyen una gran empatía hacia los demás, una mayor capacidad para percibir sutilezas en el entorno, una tendencia a sentirse abrumados por ambientes ruidosos o caóticos, y una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales como los olores o sabores fuertes.
La sensibilidad no es una debilidad
Es importante destacar no nos encontramos ante una debilidad, enfermedad, síntoma o patología negativo, en lo absoluto. Realmente es todo lo contrario, bien utilizado se puede volver una increíble virtud, o un maravilloso don.
Una característica única y valiosa que puede proporcionar a las personas PAS una mayor profundidad emocional y un enfoque más detallado en la percepción del mundo que les rodea, lo que puede llevarles a desarrollar una mayor conciencia espiritual y a tener una conexión más profunda con su ser interior.
Cuando llego a mí la información de las personas PAS descubrí que era una de ellas. Dicha información me ayudo a concientizar muchas reacciones y comportamientos propios que a veces no entendía. Comencé a darle luz a esa sombra y a atender ese lado que pedía ser trabajado. Hoy en día siento que gracias a la cocreación con Dios he podido evolucionar y utilizar positivamente algunos rasgos “PAS” que tiene mi ser.
A lo largo de mi camino por este plano he confirmado que uno de los ingredientes fundaméntales para encontrar una vida en plenitud o lo más cercano a ella, es el equilibrio. Necesitamos del equilibrio para absolutamente todo en esta vida, sin él, las cosas se empiezan a salir de control, empezamos a sentirnos perdidos y apagados si así lo quieren ver.
Los dones y las virtudes necesitan dosis alta de equilibrio, ya que si no son bien utilizadas se pueden volver fácilmente en defectos y obstáculos para seguir evolucionando. Ejemplo: Una persona que se relaciona fácilmente con los demás y absorbe rápidamente las personalidades y rasgos de quienes lo rodean. Esa persona tiene un don de empatía, adaptabilidad y sociabilidad muy beneficiosos, pero si no es utilizado con conciencia y equilibrio, sino se rodea de las personas adecuadas, puede volverse en una persona fácil de manipular y de sembrar pensamientos, con poca decisión y dominio propio. Todo tiene su polaridad, su lado, luz y su sombra.
Por otro lado, algunas personas PAS también pueden ser más susceptibles a la sobre estimulación emocional y sensorial, lo que puede dificultar su capacidad para concentrarse y meditar. Por lo tanto, es importante que las personas PAS encuentren un equilibrio entre su sensibilidad y su capacidad para mantener una práctica espiritual saludable y equilibrada.
Pros y Contras de ser una persona PAS
Pros:
1. Mayor capacidad para percibir sutilezas y matices en el entorno y en las relaciones interpersonales.
2. Mayor empatía y compasión hacia los demás, lo que puede llevar a un mayor desarrollo espiritual y a una mayor conexión con los demás.
3. Mayor capacidad para apreciar la belleza, la creatividad y la profundidad emocional en el arte, la música, la literatura y otras formas de expresión.
4. Mayor capacidad para reflexionar sobre sí mismos, sus emociones y su entorno, lo que puede llevar a un mayor autoconocimiento y desarrollo personal.
Contras:
1. Mayor susceptibilidad a la sobreestimulación sensorial y emocional, lo que puede llevar a la ansiedad, la depresión o el agotamiento emocional.
2. Mayor dificultad para adaptarse a ambientes caóticos o ruidosos, lo que puede limitar su capacidad para participar en ciertas actividades sociales o laborales.
3. Mayor susceptibilidad a sentirse abrumados o estresados por la presión emocional o las expectativas sociales, lo que puede llevar a la timidez, la inseguridad o la evitación de ciertas situaciones sociales.
4. Mayor tendencia a reflexionar sobre situaciones y emociones pasadas, lo que puede llevar a la rumiación o el sobreanálisis de las situaciones, limitando su capacidad para avanzar.
Es importante destacar que cada persona es única y que los pros y contras de ser una persona PAS pueden variar según la persona y las circunstancias. Por lo tanto, es importante que las personas PAS encuentren un equilibrio entre su sensibilidad y su capacidad para manejar sus emociones.
Para sacar nuestro mayor y mejor versión tenemos que conocernos, aprender a escucharnos, darle luz a las sombras que llevamos por dentro, atender nuestro espíritu y trabajar en él. Eres único, eres genuino, eres magia, fuiste creado y destinado a la eternidad, a lo grande y maravilloso.