Hace unos días ya se luce en la plataforma Amazon Prime “Gloria Bell”; la última película estrenada por Sebastián Lelio, el realizador chileno que convocó para esta película a dos estrellas de Hollywood: Julianne Moore y John Turturro.
“Gloria Bell” es un filme pequeño y a la vez inmenso, que trata sobre la independencia, el amor y las elecciones de la vida en tiempos de madurez, de tránsito hacia la vejez. Los sellos de estilo del realizador chileno están presentes en el metraje: en sus atmósferas íntimas y sutiles, en la proximidad hacia los personajes que propone en sus encuadres, en los brillos y las luces de contexto.
Pero lo más interesante de esta película es que se trata de una remake de “Gloria”, filme que el mismo Lelio dirigió en 2013 con elenco chileno. Es que el realizador se volvió estrella luego de que su película “Una mujer fantástica” (protagonizada por la actriz trans Daniela Vega), se alzara con el Oscar a Mejor Película de Habla No Inglesa en 2017.
Este premio y toda la alharaca mediática que generó su protagonista le valieron al Sebastián una lupa gigante en su notable trabajo. Y “Gloria Bell” es la versión estadounidense de “Gloria” (el tercero en su carrera) que fue una gran revelación en Berlín; porque, sí: Sebastián Lelio es uno de los mejores realizadores del país trasandino en este siglo XXI.
La película de 2013 es a todas luces mucho más interesante y auténtica que esta versión estadounidense que él mismo dirigió simplemente porque es la primera y porque fue pensada para Chile y sus gentes. Sin embargo la remake goza de muy buena salud y las interpretaciones de Moore y Turturro garantizan el éxito.
Pero además es interesante que el propio Lelio decidió no autoplagiarse, aún cuando en “Gloria Bell” hay un trabajo de calco de planos muy notable. Sin embargo ese pulso necesario para que la película no sea un cover sin más se da en mínimos gestos que lo refrescan todo.
Julianne Moore y John Turturro no son Paulina García y Sergio Hernández (actores de la versión original) con lo que el film adquiere otra perspectiva, ligada a la identidad cultural y los hábitos tan distintos entre Estados Unidos y Latinoamérica.
La trama es un drama romántico que pone el ojo en una divorciada que tiene su vida resuelta y mansamente organizada. Durante el día trabaja en una oficina, visita a sus hijos, atiende a sus nietos. Por las noches disfruta de bailar en las discotecas. Allí conoce a un hombre que, a diferencia de ella, tiene ataduras difíciles de cortar.
Sebastián Lelio: de Chile al estrellato en dos pasos
El realizador es una de las revelaciones de Chile que Hollywood ha adoptado como propia. Junto a su coterráneo Pablo Larraín, Sebastián Lelio goza de las puertas ampliamente abiertas en la industria más poderosa del mundo.
No obstante, los perfiles de ambos directores son bien diferentes. Mientras Larraín se enfoca en las atmósferas perturbadoras y oscuras que propenden a un cine más filosófico, político e incómodo (con películas formidables como “El club”, “Ema” o “No”), Lelio parece más interesado en ahondar en los mundos íntimos de personajes particulares y sus particulares universos. Bastan “Gloria” o “Una mujer fantástica” para graficarlo.
Pero, cuidado, que la poética centrada en sus extraordinarios personajes no hace del cine de Lelio, o de su tarea dentro de la industria, un apunte descomprometido o desligado con sus orígenes.
Tanto es así que por estos días está produciendo un documental del prestigioso Cristián Leighton (“Los patiperros”) sobre el último estallido social en Chile; junto a la productora Gabriela Sandoval de Storyboard Media.
Este material está por estos días a consideración de Cannes; en el Marché du Film, la sección de industria que recibe proyectos del mundo entero y por estos días dirime un catálogo chileno de 139 filmes de ficción, animación y no ficción entre los que está esta película. Veremos si tenemos la suerte de que alguna de las plataformas se interese por adquirir los derechos de este documento.
Los dos apuntes que le permitieron a Lelio pisar firme en la industria más mainstream del cine son justamente su película “Gloria” y “Una mujer fantástica”. Pero no son éstos los únicos filmes a considerar del realizador. Sabemos que antes de llegar a estos niveles altísimos de negocio, el talento se cuece en la independencia y en los márgenes y Lelio no es la excepción.
Vamos a contar que Sebastián nació en Mendoza en 1974 (su papá es argentino y su mamá chilena). Pero se fue con su madre a vivir a Viña del Mar cuando él tenía apenas dos años, luego de la separación de sus padres. Así, él no se siente argentino sino chileno.
Es, como Larraín, uno de los jóvenes cineastas que ha tomado la gran tradición del cine chileno para construir desde allí una poética personal y contemporánea.
En sus 15 años de actividad cinematográfica, como montajista, realizador, productor y guionista ha destacado en diversos campos y registros: dirigió junto a Carlos Fuentes “Cero” (2003), un documental sobre la caída de las Torres Gemelas. También participó en la serie “Mi mundo privado” que fue nominada a los Emmy (paradójico este apunte ya que él mismo cuenta que no mira televisión y se deshizo de ese aparato en 2008).
Con una vida nómade que ha cruzado en su tránsito a diversas ciudades de Chile y Estados Unidos, ahora reside en Berlín desde que en 2013 su película “Gloria” lo catapultara al éxito. No obstante, su primer largomentraje se llamó “La sagrada familia”, la rodó en tres días y la paseó por todos los festivales internacionales en 2005. Luego llegó “Navidad” en 2009 y, finalmente, la película consagratoria que es “Gloria”.
Un presente rodeado de estrellas
Hoy Sebastián Lelio está inmerso en un glamoroso proyecto que incluye a Scarlett Johansson y tiene una fisonomía muy particular. Se llama “Bride” y es un proyecto pensado por la actriz que acudió a Lelio para desarrollarlo en conjunto.
“(La idea) la desarrollamos durante este tiempo de cuarentena, lo que fue como una guía total para mí. Fue algo en lo que podía pensar mucho, soñar y concentrarme. Me salvó de mi propia meditación”, explicó Johansson a la revista Culto.
La película está inspirada en la historia de “La novia de Frankenstein”, asunto que ya tiene un ilustre apunte cinematográfico con el filme que James Whale estrenó en 1935 con los protagónicos de Elsa Lanchester, Boris Karloff.
Claro que no hablamos ni de una remake, ni de una continuación de esa película sino de hurgar en la historia de esta novia del monstruo de la literatura gótica. “Bride” es el primer filme que Johansson protagonizará luego de “Black Widow” (que se puede ver en los cines y en Disney+ desde esta semana).
Envalentonada por su participación como productora de “Black Widow”, y multimillonaria como es, Scarlett Johansson se reunión con la mejor distribuidora de contenidos actual en Estados Unidos: A24 y con los CEO de Apple para proponerles hacer esta versión sobre la mujer que ama a Frankenstein. Y pensó en Sebastián Lelio para que la dirija porque, de tonta, Scarlett tiene muy poco y sabe la espesura y belleza que el realizador chileno le aporta a sus criaturas cinematográficas. El rodaje iniciaría en octubre.
“Estoy entre los fanáticos del trabajo de Sebastián, admiro su trabajo desde hace mucho tiempo. Y hace varios años pensaba, ‘tengo que conocer a esta persona (ríe), hablar con él’. Una vez él estaba en Nueva York, nos tomamos unos tragos y charlamos sobre nuestras vidas y en lo que estábamos interesados. Tenía curiosidad por saber si había algo que él estuviera buscando. Me acerqué a él un par de veces diferentes para ver algunas ideas, y luego tuve esta idea loca de hacer esta reinvención de la historia de la Novia, la historia del origen, supongo, una especie de nueva versión de ella”, le contó Johansson a Culto.
No es la primera vez que Lelio dirige a una estrella del cine, ni de lejos. En su corta carrera no solo ha tenido a Julianne Moore entre las filas de actrices a las que conducir, sino también a la genial Rachel Weiz que también lo llamó para que la dirigiese en esa gran película que es “Desobediencia” (2017).
Además, la co-estrella de “Black Widow”, creciente figura en el universo cinematográfico hollywoodense que es Florence Pugh (“Midsommar”) también se pondrá bajo las directrices de Lelio en un drama de época que se llama “The wonder” y que, parece, arranca su rodaje en julio.
Favorito de las más regias del cine, Sebastián Lelio se alza como un cineasta personalísimo que, por el momento, no parece claudicar a la fiebre de la industria de puro efecto especial. Ojalá no pierda ese pulso porque si algo se necesita el cine masivo es diversidad de estilos y poéticas en esta febril fábrica de sueños.