Norberto Aníbal Napolitano, o simplemente “Pappo”, fue considerado la gran guitarra del rock nacional. A pesar de esta certeza, existen preguntas que cuesta encontrar respuestas: dónde nació y cómo fue el accidente en el que murió, del que participó su propio hijo.
Pappo falleció en la madrugada del 25 de febrero de 2005, cerca de la localidad de Jáuregui, en el partido de Luján, cuando sufrió un siniestro vial mientras viajaba en su moto, una Harley Davidson, junto con su hijo Luciano Napolitano, quien también intervino el accidente aunque resultó ileso.
El Carpo, tal como lo conocía en el ambiente del rock, había nacido el 10 de marzo de 1950. Según la biografía “Pappo, el hombre suburbano”, escrita por el periodista Sergio Marchi, existió la plena certeza de que nació en su casa de la calle Artigas casi esquina Camarones, en el barrio porteño de La Paternal. De hecho, hay una placa conmemorativa que se colocó en dicho domicilio
Pero el propio músico planteó alguna vez la duda sobre su posible alumbramiento en una ciudad santafesina.
“Me acuerdo de muy chiquito en Santa Isabel, en Santa Fe. Es un pueblito donde creo que nací; ahí o en Buenos Aires, no sé dónde nací, creo que en Buenos Aires, pero estuve en los dos lugares”, dijo.
En la entrada de Santa Isabel hay un cartel que afirma: “Aquí nació Pappo, el guitarrista del blues más importante del rock argentino”.
Cómo fue el accidente en el que murió Pappo
Líder de Pappo’s Blues y Riff, ícono que dejó canciones como Desconfío, Sucio y desprolijo, El tren de las 16 o Sube a mi Voiture, y dueño de un virtuosismo difícil de igualar cuando tocaba la guitarra, Norberto Napolitano viajaba por la ruta 5 en la noche en que ocurrió la tragedia.
Lo acompañaban en otra moto su hijo Luciano y su nuera. El incidente vial sucedió al llegar al paraje La Blanqueada, en el kilómetro 71 de la ruta 5.
En una primera instancia circularon varias versiones. La principal fue que la moto del hijo de Pappo lo rozó en la ruta, el Carpo perdió el equilibrio y cayó al asfalto, y fue arrollado por un Renault Clío color dorado que circulaba en la misma ruta.
Hay otra versión, que difiere en el origen del roce que, en este caso, no habría sido provocado por el hijo del fundador de Riff, sino por un Renault Mégane. Después lo conocido: la caída y el choque de un Clío.
Luciano Napolitano, quien también es músico pero además trabaja como electricista, dio su versión del episodio en un posteo realizado en Facebook en 2012, la que nunca modificó.
“No estábamos drogados. Lo dice el Examen Toxicológico del Perito Bioquímico que determinó que Norberto (Pappo) y yo no teníamos en nuestro organismo sustancias analgésicas, anestésicas, diuréticos, cocaína, barbitúricos, benzodacepinas, anfetaminas u otras drogas. No, no estábamos borrachos. Habíamos comido en una parrilla y compartido entre tres una jarra de vino”, relató.
El hijo del Carpo agregó que su padre tenía una gran resistencia “al alcohol, y habiendo tenido un pasado vinculado al alcoholismo, ello no le impedía conducir su Harley con más pericia que muchos que son abstemios”.
Y también descartó que fueran corriendo “picadas”: “No, no íbamos pasándonos en la ruta y Jugando carreras o picadas: mi viejo viajaba solo en una Harley Davidson de 1200 cm3 preparada por él, y yo lo seguía como podía en una vieja Kawasaki de los 80, de modestos 400 cm3, llevando conductor y acompañante… Sería como hacer correr una Chevy contra un Citroën 2CV…”.
Según el texto redactado por Luciano Napolitano, el itinerario de la noche trágica comenzó en una parrilla. “Teníamos que ir a tocar a un Moto encuentro y tendríamos que haber ido a cambiarnos la ropa, y si hubiera sido por él tendríamos que haber pasado antes por el cabaret. Pero él era el Carpo, y con él nunca se sabía el orden de las cosas”.
Después de cenar dejaron la parrilla, salieron a la ruta hasta que en un momento y de manera imprevista, su padre hizo una súbita y peligrosa maniobra.
“Desaceleró bruscamente intentando virar en sentido contrario al que llevábamos, nunca sabré si él quiso volver a la quinta que ya habíamos pasado para cambiarnos (estaba en short y mocasines), si quiso cruzarse al cabaret o qué fue lo que le pasó, para que hiciera esa incomprensible maniobra. Lo que si sé es que cuando lo estoy alcanzando, el brusco movimiento me sorprende, su moto roza la mía haciéndola cruzarse a la mano contraria. Me salvé porque, milagrosamente, no venía nadie de frente”, narró.
Por último, Luciano concluyó: “Él se cae en el asfalto con su Harley, corro para ayudarlo a levantarse y un auto a gran velocidad con sus luces encendidas golpea primero la moto y luego lo arrolla, arrastrándolo y pasando por encima de su cuerpo”.
Polémica por diferentes versiones
Clarín replicó un posteo (que Los Andes también citó) que el hijo de Pappo, Luciano, realizó en 2012 en su cuenta de Facebook. En el mismo, el también músico dio su versión del incidente que terminó con la vida de su padre y contradijo el relato que el periodista Sergio Marchi plasmó en su libro. Allí, se sugiere que la noche del 25 de febrero de 2005 tanto el rockero como su hijo habrían consumido drogas y que está intoxicación, más una cuota de mala suerte, jugaron un papel fundamental en la trágica secuencia.
“No estábamos drogados. Lo dice el Examen Toxicológico”, sentenció en esa oportunidad Luciano.
A raíz de esto, el periodista Sergio Marchi solicitó a Los Andes su derecho a réplica y envió un descargo que publicamos de forma textual y completa a continuación.
El descargo de Sergio Marchi
Mi nombre es Sergio Marchi, soy periodista de rock de Buenos Aires, hijo de una mendocina y un porteño de ascendencia italiana. El jueves 25 de febrero de 2021, el diario Los Andes, cuya redacción he visitado alguna vez, publicó una nota inexacta sobre mi libro Pappo: El Hombre Suburbano. En la misma sostuvieron, equivocadamente, que en dicho libro se sugería que “tanto el rockero como su hijo habrían consumido drogas. Y que eso, sumado a la mala suerte, fueron las combinaciones para desembocar en la tragedia”.
Eso es absolutamente falso: en mi libro se menciona que tomaron vino antes de salir a la ruta como lo reconoce el propio Luciano Napolitano en su texto de Facebook donde me acusa, y si bien el alcohol es también una droga, el libro no sugiere ni menciona ninguna otra sustancia. El relato de la muerte de Pappo en mi libro, está basado en testimonios del propio Luciano Napolitano. Cómo bien él sabe, antes que el libro fuera a imprenta y entendiendo la delicadeza de la muerte de una figura pública como Pappo, le mandé la transcripción de lo que iba a usar de su testimonio. Pidió algunas correcciones que fueron aprobadas por él mismo, y tengo ese mail de respuesta en mi poder. En mi libro no figura nada de lo que el artículo publicado en Los Andes me acusa. Es un libro con seis ediciones: cualquiera puede ir y cotejarlo.
No puedo dejar pasar esta infamia ni tampoco dar crédito a las palabras de Luciano Napolitano que siempre buscó ensuciar el libro que da cuenta de la biografía de su padre, y de modo personal busca ensuciarme a mí cada vez que puede. Me amenazó telefónicamente y nunca pudo explicar qué era lo que le molestaba. Cuando amenazó con una demanda, los abogados de la editorial que publicó el libro (Planeta) le mostraron la copia del mail que prueba que yo actué de completa buena fe. También tengo los audios y haré todo público si es necesario.
Lamento profundamente que Los Andes, un diario prestigioso del interior, haya olvidado en este artículo sobre la muerte de Pappo una de las máximas del periodismo: chequear la información. Era simplemente leer cuatro páginas de un libro que se consigue en cualquier lado.
Nota de la redacción
Expuesto esto, Los Andes ratifica le existencia de una polémica por las supuestas diferentes versiones entre el periodista y el hijo del músico. Y aclara que solo se reprodujo el relato que Luciano Napolitano hizo público en sus redes sociales.