De atajar penales claves en la historia del fútbol argentino y convertirse en una de las figuras del Mundial ‘90, a modelo publicitario, periodista deportivo a conducir programas de televisión. Y aunque la mayoría de los hinchas recuerdan sus hazañas en el arco, el ex arquero de la Selección Argentina de Fútbol lleva más tiempo en los medios de comunicación que en la cancha. Con su estilo conciliador y fresco, el periodista y conductor supo construir su camino en la pantalla y en el espectáculo.
Y ahora a sus 57 años, Sergio Goycochea prueba su ductilidad en las tablas, como parte del elenco de “Bendito tú eres”, el nuevo espectáculo de Flavio Mendoza en el teatro Brodway. Con funciones viernes y sábados, el ex futbolista protagoniza la obra junto a drag-queens y transformistas, que cuentan la historia de un reencuentro después de 20 años entre compañeros de colegio, donde el único hombre heterosexual es Goycochea.
Este nuevo espectáculo de Flavio Mendoza no tiene solamente al Goyco, sino también a 18 estrellas del mundo drag como María Castillo De Lima, Eduardo Solá, Carlos Guedes, Kris Barbieri, Santa Beibi, Franko Quiles, Federico Peña, Cris Juno, Facundo Vivona, entre otros destacados personajes.
Con un mensaje inclusivo, que propone un mundo desconocido para el propio futbolista, decidió aceptar la propuesta del coreógrafo, al sentirse preparado para el desafío.
“La experiencia en el teatro es una adrenalina nueva y forma parte de la esencia de seguir haciendo”, confiesa al teléfono el periodista y conductor de “Todos estamos conectados”, el programa de actualidad que se emite todas las tardes por la TV Pública, y comparte con la periodista Noe Antonelli.
-Cuando colgaste los guantes te preguntas ¿Y ahora qué? Sin imaginaste todo lo que vendría después en tu camino laboral.
-Sí, y no es fácil tomar la decisión. Porque no vas a jugar nunca más. No es una profesión donde te podes tomar un año sabático y probar otras cosas. Hay que experimentar para cerrar un capítulo que no va a suceder más. Podes ser entrenador, ayudante de campo, pero jugador profesional no vas a ser más. Pero forma parte del aprendizaje y cómo decidís pararte en la vida.
Por eso estudié periodismo deportivo y me dediqué a otra cosa. Tengo más años en los medios de los que fui jugador profesional.
-Encontraste tu lugar en la televisión y también se unió el cariño de la gente, aunque nunca perdiste tu pasión del hincha.
-Sí. Eso no se pierde, el cariño de la gente me sigue asombrando. Pero me sorprende aún más el cariño y el afecto de la gente joven, los de treinta que no habían nacido en Italia ‘90. Y la pasión de hincha no se pierde aunque uno sea profesional en el trabajo. Pero cuando tenés que hablar de la Selección por más que estés trabajando uno no se puede apartar del sentimiento de hincha. Cuando se trata de la Selección vale todo, no herís a nadie porque te emocionas por la Selección. Es distinto cuando hablas del fútbol local y ahí sí tenés que ser neutral en cuanto a tus preferencias.
-Pero parece que en la televisión así como en el arco encontraste tu lugar.
-Sí, pero se dio como en todos los trabajos. El haber estudiado me sirvió primero para ganarme un respeto en el medio. Porque a los 36 años volví a estudiar y más allá que lo haga bien o mal, yo lo tomé muy enserio. Pero es como todo, te vas puliendo y lo haces mejor, no digo que lo hagas bien, sino que te superas con el tiempo. Yo soy mucho mejor, no digo que sea muy bueno, pero soy mejor de cuando empecé. Y el comienzo influyó mucho que me cuidaron, porque yo tenía mucho más nombre que profesión, y a veces eso te lleva a tener libertades donde podes meter la pata fácil.
Y todo se dio en el tiempo correcto, porque lo fui haciendo de a poco hasta que estuve preparado. Yo sí sé que mi nombre me abrió más rápidos las puertas, pero también me quitó la posibilidad de la prueba y error, porque tenía que tener mucho cuidado y respeto; ante cualquier cosa que dijera iba a ser Sergio Goycochea.
-Y ahora te animaste a hacer teatro ¿por qué lo decidiste?
-Sí. Es una nueva experiencia, lo hago por placer y aprendizaje. Cuando me llamó Flavio me dijo: “Me quiero reunir con vos a tomar un café porque te quiero proponer algo”. Claro que no me iba a proponer jugar un partido de fútbol (ríe). Y fui con mucha curiosidad, y cuando me planteo la obra y el mensaje me gusto por ese lado. Y también me sentía capacitado para el papel que él pretendía de mí dentro de la obra. Porque me gusta hacer cosas, pero tampoco soy inconsciente. Me han llamado un montón de veces para el “Bailando”, pero no me creo ni con la capacidad de aprender a bailar, por eso no acepté. Son terrenos que no quiero explorar y no tiene nada que ver con el programa ni mucho menos.
Y en esta oportunidad me cerró la propuesta, y en escena son 18 drag-queens y yo. Entonces aprendes de todo, de las historias de ellos y sobre todo es un cambio para gente de mi generación que creció en otra sociedad. Es tener la sensibilidad de vivirlo y abrir la cabeza y seguir aprendiendo.
-¿Cómo te has sentido en el escenario?
-Me sentí muy bien, obviamente la primera función tuve el miedo escénico de la primera vez. Con un síntoma que no había experimentado, pero después me quedé tranquilo porque era normal. Tuve la sensación media hora antes de la función de olvidarme la letra, que no me acordaba nada del guión. Pero cada vez que pasan las funciones me siento más seguro, vas encontrando momentos, lo disfrutas de otra manera. Y el desafío está con el público, porque en el teatro el equipo rival es el público. Y el desafío es lograr el aplauso de ellos. Y cuando la gente termina aplaudiendo es como el 1 a 0 a favor. Aparte lo que sucede es que todas las funciones son diferentes, porque el público es diferente y es linda esa incertidumbre.
-Sin pensarlo demostras tu versatilidad.
-Sí, es un poco la manera de seguir buscando cosas, mantenerse motivado, con la cabeza abierta y vivir por sobre todo. Yo creo que el ser humano cuando tiene proyectos y motivación, la situación emocional es mucho mejor. El mirar para adelante te permite no amargarte por otras cosas.
-Y entre ese Goyco todo terreno disfrutas del abuelazgo.
-Mi nieto me mata. Tiene 2 años y está en una edad maravillosa, y todo lo que te cuentan se queda chico. Porque es tan personal lo que uno siente con un nieto, es maravilloso.
-¿Sentís que tenés un muy buen presente?
-Sí, y sobre todo trabajar en este contexto. Yo no dejé de trabajar ni un día a lo largo de la pandemia. Porque más allá de que trabajamos para tener un salario, eso te ayuda a paliar toda esta crisis emocional que no provocó esta situación. Porque a veces no pasa por una necesidad económica, esta trompada emocional en la sociedad es muy fuerte. Y primero si te perjudica en la salud, el trabajo, todo es insalvable y no lo vas a solucionar solo en lo emocional. Yo me siento bendecido, pero estar parado con trabajo y con expectativa, te da una herramienta para preocuparme por lo justo y necesario de todo lo que vivimos.
-¿Pensaste volver al fútbol?
-No, nunca. Yo me retiré y empecé a trabajar en los medios. Y tampoco lo busqué, ni siquiera me involucré para trabajar con ex compañeros. Hoy estoy más para hacer prensa o relaciones públicas de un club que involucrarme en lo deportivo. Nunca tuve esa inquietud y ser entrenador nunca me gustó. Soy un apasionado de jugar al fútbol, y como tenía claro que no quería estar involucrado en el fútbol de esa manera, me ayudó a decidir el camino.
-Esta debut teatral ¿es el comienzo de Goyco actor?
No me lo puse a pensar. No sé si seguiré en el teatro, esto llegó ahora y decidí hacerlo. Quizá es mi primera y única experiencia, no lo sé. Pero no estoy escarbando para ver si luego se da otra cosa. No estoy enfocado solo en eso.