Hay quienes piensan que la psicología y la sexología combinadas son dinamita. Pero, con la ayuda e intervención de ambas disciplinas, se logra romper con estructuras y patrones socialmente impuestos. Por lo tanto, informarnos es parte del proceso de terminar con los miedos.
Mi nombre es Maximina de Rosas, licenciada en psicología especializada en sexología (Mat: 4650) y hoy les traigo un poco de mi experiencia para que se animen ¡y dejen de tener miedo!
¿Qué es la psicología?
La palabra psicología proviene del griego psiqué (= alma) + logía (= el estudio de) es decir el estudio del alma. Una definición que me gusta utilizar es la que conceptualiza a la psicología como “la ciencia que estudia la mente y la conducta de los sujetos. También, la capacidad para conocer el carácter de las personas y comprender las causas de su comportamiento”.
¿Qué es la sexología?
La sexología es la ciencia que estudia la sexualidad del ser humano, el comportamiento sexual y sus diferentes manifestaciones desde el punto de vista psicológico y fisiológico. Esta disciplina nos permite “comprender las necesidades de cada persona, con el fin de velar por su salud sexual a través de detectar pensamientos, emociones y conductas disfuncionales y proponer vías de solución”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la sexualidad en 2006 de la siguiente manera: “La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual”.
Además, en este concepto agrega que “se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.
¿Qué significa ir a terapia?
El rol del psicólogo/a dentro del consultorio, es hacer de espejo de el/la paciente ¿Qué quiere decir esto? Hacer terapia no se limita ni se identifica con la acción de contarle nuestras cosas a otra persona; sino que la terapia es un espacio para escucharse a sí mismo. Es ahí donde generamos una escucha diferente.
Por múltiples y variados motivos las personas tienen miedo y dudan en hacer consultas con profesionales ¿Qué va a pensar?, ¿qué van a decir?, ¿de qué voy a hablar?, ¿cuántos detalles de mi problema tendré que dar? Éstas son algunas de las dudas que aquejan a las personas al momento de pensar en hacer terapia.
En primer lugar, hay que dejar en claro que siempre se debe hablar desde la singularidad y subjetividad, no hay que generalizar, ya que existen diversas causas y por supuesto, somos todos/as diferentes y no nos pasa o sentimos lo mismo.
El consultorio de terapia en sexología
El consultorio de terapia en sexología es un mundo único y muy variado. Para mencionar, algunas de las consultas más frecuentes en el consultorio son:
- Matrimonio sin sexo
- Cómo juega el deseo en la pareja
- Sexo machista
- Cómo conectar sexualmente con la pareja
- Disfunciones (orgasmos, vaginismo, disfunción eréctil, eyaculación precoz, etc.)
- ¿Quién soy?
- Hablar de sexo con la pareja
- Sexo durante el embarazo
Explicar y hablar de cada uno de estos motivos de consulta sería muy extenso y en otra oportunidad trabajaremos y les daremos la oportunidad de ser anfitrionas, una por una, a estas temáticas, para que sea más enriquecedor.
Pero podemos empezar por nombrar algunos de los posibles causantes de éstas: ansiedad, estrés, cansancio, frustraciones, prohibiciones, autoestima baja, mandatos o traumas pasados que no fueron sanados.
Como mencionamos anteriormente, es de suma importancia trabajar de manera subjetiva con cada paciente. Se estarán preguntando, ¿por qué hacemos estás referencias? Porque acá es donde aparece el detrás de escena, es decir, la relación entre la psicología y la sexología. Por un lado, una es la ciencia que estudia la mente y la conducta y la otra es la ciencia que estudia concretamente la conducta sexual. Ambas coinciden en el rastreo de aquellos aspectos que interfieren en la funcionalidad del sujeto.
Dejando atrás los miedos
A pesar de que estemos en siglo XXI, temas como el sexo, la sexualidad y educación sexual, siguen siendo juzgados y son tabú. El miedo y el desconocimiento afectan nuestro comportamiento sexual, limitándose y favoreciendo la aparición de disfunciones como las nombradas. Es preciso reconocer a la sexualidad como un elemento básico de lo que abarca la definición de bienestar y salud emocional.
Los conflictos sexuales no resueltos provocan malestar e incomodidad y pueden desencadenar en un problema con nuestras relaciones y afectar distintos ámbitos de la vida. Por este motivo, ante su aparición, es imprescindible consultar a un o una profesional.
Quedan invitados a animarse a hablar, a preguntar-se, escuchar-se, a reencontrar-se, conocer-se, a no tener miedo, a romper los mitos, a que cada vez existan menos tabúes y prejuicios y que puedan experimentar todo lo que conlleva tener amor propio.