A Nico le regalaron un teclado cuando tenía 7 años y ese fue el inicio de una curiosidad que quedó latente hasta algunos años después, cuando se dedicó a formarse musicalmente de modo autodidacta. A finales de su adolescencia desarrolló su primer proyecto cantautor, en formatos solista y banda, que le permitió dar cuerpo a sus ideas creativas.
Desde pequeño, en su casa, siempre estuvo presente la tecnología y la vanguardia en lo que a computadoras respecta. De alguna manera, lo que transformó el curso de su experimentación musical hasta el momento y sentó las bases de lo que hoy es, fue tomarse un tiempo de la guitarra y estudiar un software de producción musical que le había instalado un amigo hacía un año. La tecnología y la digitalización comenzaron a ser actores en su desarrollo como artista.
Al poco tiempo participó de un taller de producción musical con Pedro Canale de Chancha Vía Circuito. En esta etapa bisagra, Nicolás incorporó conocimientos y herramientas que fueron claves para darle forma a su nuevo proyecto musical desde el aspecto compositivo. Cabe destacar que esta etapa fue reveladora de grandes artistas que proyectaron la escena como Barrio Lindo, Barda, Kaleema y Dat Garcia, entre otros.
SidiRum
Trabajar con un software de producción le abrió un camino compositivo que transformó sus procesos creativos. SidiRum explora lo instrumental y universal desde la electrónica alternativa. Inicialmente, Nicolás, experimentó con ritmos provenientes del dub, hip hop y la música tropical. Influenciado por la cultura y la música folclórica e inspirado por ideas y sentimientos propios, le fue dando forma a su obra musical con la libertad que el arte le ofreció siempre: “como persona voy mutando y como artista también”.
Sus musas son también en gran medida aspectos visuales, retrotraerse a algún recuerdo particular o determinadas formas y colores funcionan como motor en la composición. El clima sonoro y sensorial que crea integra la electrónica y la orgánica con acordes y armonías del mundo, generados no sólo con sintetizadores sino también con instrumentos y sonidos reales.
Como dj y productor musical aborda con total libertad las etapas de producción y las presentaciones en vivo. Produce sin forzar los momentos de creatividad pero apuesta a la constancia como factor importante para la inspiración. En este momento, su actividad en estudio lo encuentra terminando su nuevo disco como SidiRum y produciendo un disco con Las Olas, proyecto musical que surgió en período de pandemia junto al músico y compositor Christian Silvosa. Se trata de “música de contemplación” que fusiona la sinfonía y la electrónica; con elementos ambientales de carácter introspectivo. La formación la componen los dos productores y músicos de cámara.
Como parte del circuito artístico, cuando la obra está terminada, deja de ser solo suya y pasa a ser del público que la interpreta. En cuanto a este proceso y siendo su trabajo más experimental que pragmático, su mayor aprendizaje es lo que le provoca a él como espacio de expresión. La confluencia entre su ser creativo experimental y el público se da fundamentalmente en los Dj Set, un lugar de preferencia. A diferencia del modo “live”, en este modo puede observar y leer los contextos al mismo tiempo que explotar su lado ecléctico. Tocar en vivo le significa un espacio de disfrute y responsabilidad porque “se puede generar algo nuevo, es un momento donde todos le están prestando atención a la música”.
SidiRum se transformó rápidamente en algo grande. La segunda vez que se presentó en público fue en Chile y la segunda vez que se presentó fuera del país fue en una gira que realizó por Europa a partir de una convocatoria que le hicieron de Londres.
La posibilidad de viajar fue, de hecho, un factor que lo motivó a dedicarse a la música de forma profesional y su obra está influenciada por experiencias que surgen en ese contexto. Además de conocer gente y ciudades, es posible observar y adentrarse en nuevos escenarios sociales, económicos y culturales que funcionan como disparadores. Luego de varias giras, pudo descubrir que las realidades son similares y la música le permite acercarse a distintos lugares y compartir su trabajo, sin barreras.
Como referente de la sonoridad de la electrónica “orgánica” argentina, SidiRum realizó presentaciones en vivo en varios países de Latinoamérica y Europa, formando parte de importantes festivales de la escena. En estos encuentros se da cita a productores de todo el mundo y funcionan como espacios para forjar lazos entre los distintos artistas del ambiente.
El pasado sábado SidiRum se presentó por segunda vez en Las Palapas, junto al músico y compositor Juan Hansen. En el particular escenario mendocino rodeado de montañas que ofrece el dique Potrerillos, realizó un dj set de cuatro horas, repasando todas sus etapas musicales, sobre una base downtempo y explorando sonidos y armonías de diferentes partes del mundo.
Para Nico Bruschi la democratización de posibilidades generada gracias a la digitalización fue la puerta que le permitió a su proyecto Sidirum alcanzar la magnitud que tiene. Si bien su pulsión artística a través de la música siempre estuvo presente, retomar el foco a partir de la nueva forma de experimentación que le ofreció la tecnología le permitió desarrollar una carrera sólida, libre y expansiva. Los universos sonoros en los que sumerge su obra son resultado de un trabajo artístico y personal dedicado a “lo mejor que puedo brindar: hacer música y compartirla”.
