Se acerca el cambio de temporada y, con ella, una nueva etapa para la piel del rostro. Además de ser mucho más sensible que la piel del resto del cuerpo, la dermis de la cara es nuestra carta de presentación al mundo y, por eso, es importante mantenerla saludable.
Y una piel que está sana, hidratada y protegida contra los daños del sol y la polución, se refleja en un rostro terso, iluminado y fresco. Por eso, en esta nota te dejamos algunos trucos infalibles para lograr que tu piel se luzca por si sola.
El mundo del skincare puede ser bastante lujoso en algunos casos, y cómodo para el bolsillo en otros. Sin embargo, los consejos que te dejamos hoy van más allá del dinero porque implican una incorporación de nuevos hábitos a tu vida cotidiana.
Con elementos muy simples y que seguro ya tenés en tu casa, vas a conseguir que tu piel brille y se vea súper sana todos los días.
1. Tomar agua
Aunque no lo parezca, la piel se hidrata tanto de adentro para fuera como viceversa. Tomar de 2 a 3 litros de agua diarios es crucial para tener una piel elástica no solo del rostro, sino también de todo el cuerpo.
Si no sabes como medir la cantidad de agua por jornada, te recomendamos utilizar una botella reutilizable y llevarla con vos a todos lados. Dependiendo de qué tamaño sea la botella, vas a saber cuánto bebés por día.
2. Limpieza mañana y noche
Lavarse el rostro con un jabón específico para la piel de la cara hará que tus poros descansen y evites la oleosidad y la aparición de granitos. Hacelo una vez a la mañana y otra a la noche y, si estás maquillada, te recomendamos hacer una doble limpieza ya sea una con agua micelar y otra con el gel de limpieza, o bien, dos veces con este último.
3. Hidratar la piel con crema
Luego de la limpieza, es crucial que humectes tu piel con una crema, emulsión o gel hidratante para la cara que te ayude a recuperar el brillo y la luminosidad del rostro. Procurá cubrir todas las zonas y hacerlo con movimientos suaves y en círculos.
4. Usar protector solar
Esto es clave para proteger la piel de los rayos UVA y UVB y prevenir las arrugas y líneas de expresión. Tiene que ser un protector solar no comedogéneo; es decir, que sea apto para el rostro y es crucial aplicarlo todos los días luego de la limpieza de la mañana incluso si el día está nublado.
5. Conocer tu tipo de piel
Ya sea grasa, seca o mixta, conocer tu tipo de piel es lo más importante de todo porque así, podrás elegir correctamente los productos que se le adecúan. Existen muchos métodos para saber qué tipo de piel sos, pero siempre es recomendable consultar con un dermatólogo.