Corre el año 2014 y Siria continúa en una guerra sangrienta. Álvaro Sánchez, fotógrafo argentino residente en Barcelona, decide viajar para cubrir la contienda. Así inicia Viviana Rivero, la escritora y autora de “Una luz fuerte y brillante” una historia de amor que resultaría imposible en realidad, en la que Salma, una chica árabe que Álvaro conoce en medio de la guerra, hará que esté dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para estar con ella.
Viviana Rivero, nació en Córdoba, donde reside junto a su familia. Estudió abogacía y llegó a tener su propio estudio antes de dedicarse a pleno a la literatura. Fue litigante, asesora legal de empresas, fundadora y entrenadora de grupos de autoliderazgo para crecimiento y desarrollo de la mujer; fue productora y conductora de programas televisivos. Pero lleva las letras en la sangre: su padre, Pedro Adrián Rivero fue un escritor reconocido en los movimientos intelectuales de los años ’70. Por eso, ella comenzó como columnista de numerosos medios como revista Rumbos, revista Vanidades, y revista Para ti.
Pero como cuenta en una charla con Los Andes, dejó la abogacía por la literatura: “el primer libro lo escribí siendo abogada”. Se trata de “Secreto bien guardado”, fue bestseller a poco meses de editado y posteriormente llevado a la tv en formato de miniserie, con la actuación de Oriana Sabatini y Victrorio D’Alessandro.
Consultada en cuanto a si estaba en sus planes ser escritora, contó que “ya cuando estaba estudiando me di cuenta de que iba a ser una abogada extraña porque me gustaba filosofía, historia, sociología, que en general no son las preferidas de los que estudian Derecho”. Pero además, el hecho de ser hija de un escritor marcó su destino: “Mi papá era un buen escritor pero él no podía vivir de la literatura, porque no tenía una gran editorial que lo hiciera vender a pesar de haber ganado premios”. De este modo, ella se crió en una casa en donde el padre debió dejar la vocación un poco relegada. “Él escribía de noche, los fines de semana. Por eso mi mamá nos decía a los tres hijos que nadie iba a estudiar una carrera que tuviera que ver con la literatura”, cuenta.
Rivero es también autora del prestigioso libro “10 Lugares Mágicos”, realizado en coautoría con la historiadora Lucia Gálvez, que es usado en colegios e instituciones.
En el año 2018 se lanzó a una experiencia inédita: escribir una nouvelle que acompañara a ese libro en vivo y directo. El proyecto “Libro vivo”, planeado por Google con la colaboración de Planeta, se concretó a fines de septiembre.
La revista Gente la convocó para su ya clásica tapa de la escritora entre “las figuras de 2018”. Sus libros son editados en Argentina, México, Colombia, Chile, Uruguay, España, Italia y otros países.
Su novela “Mujer y maestra” fue ganadora del primer premio de novela histórica en el certamen organizado por el Gobierno de San Luis. En el año 2011 fue premiada por la Legislatura de Córdoba como la artista destacada del año. En el mismo año estuvo nominada al premio Cordobés del Año del diario La Voz del Interior por su actividad literaria, obteniendo el reconocimiento como Cordobesa destacada del año 2011. En el año 2016, fue ganadora del Premio del Lector por “Los colores de la felicidad’' en el marco de la 43° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
“Casi siempre mis libros nacen porque algo interior o exterior me pasa”, empieza relatando Rivero. “Conocí una pareja de jóvenes profesionales sirios que venían huyendo hacia Argentina”, relata, contando lo que fue el disparador que la llevaría a escribir “Una luz fuerte y brillante”. Para una mujer occidental, algunas costumbres de aquel lugar del mundo pueden ser bastante sorprendentes, tal como lo describe la escritora: “Me llamaba la atención cómo era la guerra, cómo habían huido, porque cuando uno escucha o ve todo ese desastre en fotos, uno piensa ‘¿Cómo pueden vivir así tantos años?’ pero en realidad hay ciudades que tienen guerra y otras no, como Damasco”, explica.
Parte del trabajo para armar la historia de los personajes del libro -Álvaro y Salma- consistió en una larga investigación que Rivero llevó a cabo mediante entrevistas a la pareja de sirios refugiados en Argentina, como así también relatos históricos para comprender el contexto de esa guerra y un viaje a la ciudad que describe en la novela. “Grababa lo que ellos me decían, después desgrababa, viajé a donde ellos vivían y luego empecé la investigación histórica, porque ellos tenían una sola versión y yo necesitaba ver todas las versiones, entenderlas. Y después contar lo que había leído”, relata.
Entre los personajes de la novela, hay dos historias que se desarrollan: una es el romance entre el fotógrafo argentino y la chica árabe y la otra, la de una mujer que nos ayuda a comprender mejor su cultura. “Con esta mujer cuento un poco la Siria de esplendor, cómo era en los años ’60, cuando era un país muy rico, qué tiene la bendición y la maldición de tener petróleo y por eso lo quieren todas las potencias. Así que quería contar la historia de Lulú y de la estirpe de las mujeres que de generación en generación se pasan casi en secreto una pequeñísima cuota de Rebeldía, porque no pueden salir a la calle a manifestarse con pancartas”, explica y agrega: “es una mujer árabe que ha sido muy sometida toda su vida a todo y con grandes padecimientos. Ya siendo una mujer mayor llega a tener una posición de poder por esas cosas de la vida y habrá que ver si se va a animar a ayudar a las otras mujeres o ha quedado teñida del sistema qué trata de esta manera las mujeres”.
En cuanto a las diferencias encontradas en su investigación en relación a ambas culturas, Rivero detalla que “hay muchas cosas que son diferentes, como los sobrenombres que no pueden usarse. Yo quería utilizar uno para mi personaje durante todo el libro y que el lector lo descubriera al final, pero era imposible porque allá a nadie se le ocurriría ponerle un sobrenombre a una persona excepto para menospreciarlo”.
El tema del machismo también está muy presente en la obra de Rivero, teniendo en cuenta que en el mundo árabe los hombres tienen preponderancia en todo sentido. “Los árabes pueden casarse con muchas mujeres, no importa su religión. Pero las mujeres sólo se pueden casar con un hombre y tiene que ser musulmán así que a partir de esto quise contar cómo se sentían las mujeres al respecto. Necesitaba pensar como una mujer y qué siente cuando su esposo le dice que va a tomar a otra como esposa. Fue una gran investigación”, aclara. “Afortunadamente cuando terminé el libro se lo di a una gente de Siria y ellos me dijeron ‘has captado a la perfección lo que sentimos las mujeres allá’. Creo que el lector va a poder disfrutar de conocer lo que es la cultura porque así como lo cuento es como ellos lo viven a esto y a todas las otras cosas”, subrayó.