Faltan pocas horas para el estreno de “Vikingos: Valhalla”, la esperada secuela de la serie “Vikingos” y que llegará a Netflix el próximo viernes, 25 de febrero. Ambas series históricas, creadas y encabezadas por Michael Hirst, están centradas en los comienzos de la Edad Media, más precisamente en la Época Vikinga -que se extendió desde el siglo VIII y hasta el siglo XI- y en la cultura, tradiciones, creencias y expediciones de estos pueblos caracterizados por su espíritu de expansión y de batalla, pero también por sus actividades agrícolas y comerciales.
La trama de “Vikingos: Valhalla” estará centrada en el siglo XI, 100 años después de los años de Ragnar Lothbrok y su legado (a través de sus hijos) y que fue lo que presentó “Vikingos”. Y aunque sus personajes principales serán algunos de los grandes personajes históricos más importantes de esa época (Leif Erikson, Freydis Eriksdotter y Harald Sigurdson, entre otros), los principales conflictos y cruces seguirán centrados en la presencia de los habitantes nórdicos en el reino de Inglaterra. De hecho, el fin de semana pasado Netflix presentó los primeros 5 minutos del capítulo 1 de “Vikingos: Valhalla” y el adelanto asoma como prometedor: está centrada en la violenta y brutal Masacre de San Bricio, una de las más importantes de la época, ejecutada por las tropas del rey Etelredo II (conocido como “El Indeciso”) y contra los habitantes del asentamiento vikingo de Danelaw, ubicado en tierras inglesas y en las cercanías de Londres.
Esta masacre, que podría llegar a considerarse como el primer antecedente firme del fin de la Época Vikinga, ocurrió realmente. Fue el 13 de noviembre de 1002 y, más allá de las escasas pruebas documentales sobre la matanza, en 2008 se encontraron más de 35 esqueletos de hombres de entre 16 y 25 años durante una excavación en el Saint John’s College de Oxford, Inglaterra.
Según detalla la arqueóloga Nadia Durrani en su artículo “Vikingos: La masacre de St. Brice en Inglaterra” -publicado en el blog FDRA-, los análisis químicos realizados en 2012 por investigadores de la Universidad de Oxford sugieren que los restos eran vikingos. “Las cicatrices más antiguas en los huesos proporcionan pruebas de que eran guerreros profesionales. Se cree que fueron apuñalados repetidamente y luego brutalmente asesinados. La carbonización de los huesos es consistente con los registros históricos de la quema de la iglesia”, destaca la autora.
La masacre de San Bricio, la primera gran matanza contra el pueblo vikingo
A finales del siglo VIII y luego de las primeras invasiones de los nórdicos a las islas sajonas y tierras normandas (actual Francia), muchas poblaciones se asentaron en tierras británicas. La mayoría de los vikingos que llegaron a Inglaterra provenían de Dinamarca, ya que los noruegos dirigieron sus expediciones hacia el norte y oeste, mientras que los suecos -en su mayoría- se dirigieron hacia el este (aunque esto no implica que no hayan existido migraciones múltiples).
Luego de estas misiones -que constaron principalmente de saqueos-, las tierras y los reinos del norte de Inglaterra cayeron y quedaron en manos vikingas. Los guerreros daneses que participaron recibieron parcelas de tierra como recompensa por el éxito y así comenzaron a asentarse los primeros colonos nórdicos en el extremo norte de las islas británicas con sus campos y producciones. Incluso, luego de diferentes batallas, en el año 878 se firmó un tratado formal que marcaba los límites entre las tierras controladas por los daneses (que recibió el nombre Danelaw) y el reino de Wessex, el símbolo de la resistencia anglosajona en medio del avance nórdico (se trataba de una tierra poderosa, rica y codiciada).
Durante poco más de un siglo la convivencia entre colonos nórdicos e ingleses de Wessex fue tensamiente armoniosa. Hasta que llegó el 13 de noviembre del año 1002. Ese día tuvo lugar la Masacre de San Bricio, ordenada por Etelredo II “El Indeciso” y que es la que marca el inicio de “Vikingos: Valhalla”. En estos primeros minutos de la serie de Netflix se observa como el rey inglés convoca a los líderes guerreros daneses a su corte en medio de las celebraciones. Los vikingos, sin sospechar nada extraño, asisten a la convocatoria. Y mientras están cara a cara con el rey y compartiendo el festín de San Bricio, los caballeros de Etelredo II los atacan y dan muerte de forma sorpresiva. En simultáneo, otras tropas de Wessex atacan Danelaw y dan muerte a todas las familias danesas del lugar.
Más allá de la poca documentación y registro histórico de esta masacre, el mencionado hallazgo arquelógico de los esqueletos en Oxford permite darle sustento histórico a la Matanza de San Bricio. En este ataque fueron asesinados, entre otros, Gunhilda Haraldsdatter (hermana de Svend I de Dinamarca), su marido Pallig Tókason y se cree que el ealdorman (funcionario real de alto mando) danés de Devonshire también fue una de las víctimas.
El origen de la masacre de San Bricio
Más allá de la tensa paz que parecía imperar entre los colonos nórdicos y los habitantes ingleses, Wessex siempre fue el ansiado botín al que aspiraban los invasores nórdicos. Desde 997 y hasta 1001, múltiples invasiones vikingas habían hecho tambalear y dejado devastado el reino de Inglaterra, más allá del acuerdo limítrofe entre Wessex y Danelaw del 878.
De acuerdo a los escasos registros históricos, en 1002 -y en medio de este clima- se le advirtió al rey Etelredo II “El Indeciso” que “le quitarían la vida sin piedad, y luego a todos sus consejeros; y poseerían su reino después”. Esto fue lo que motivó la planificación y concreción de la matanza del 13 de noviembre de ese año. Precisamente ese día se conmemoraba la celebración de San Bricio en honor a Bricio de Tours, obispo de Tours durante el siglo V. Por esto mismo la matanza ordenada por el rey inglés y que buscaba “limpiar” a todos los vikingos del territorio inglés recibió el nombre de Masacre de San Bricio.
Según reconstruyó el sitio Oxford Today (la revista oficial de la universidad de esa ciudad) en un artículo publicado en 2002, esta masacre fue justificada por Etelredo II “el Indeciso” en una Carta Real escrita en 1004 y donde explicaba la necesidad de reconstruir la iglesia de Saint Frideswide (conocida también como la catedral de Oxford).
“Porque está totalmente acordado que a todos los que habitan en este país se les hará saber que, puesto que yo envié un decreto con el consejo de mis principales hombres y magnates, en el que se establecía que todos los daneses que habían surgido en esta isla, brotando como cizaña entre el trigo, iban a ser destruidos por un exterminio más justo, y así este decreto debía ser puesto en vigor hasta la muerte, aquellos daneses que habitaban en la ciudad antes mencionada, esforzándose por escapar de la muerte, entraron en este santuario de Cristo, habiendo roto por la fuerza las puertas y los cerrojos, y resolvieron refugiarse y defenderse en él contra la gente de la ciudad y de los suburbios; pero cuando todos los perseguidores se esforzaron, obligados por la necesidad, a expulsarlos y no pudieron, prendieron fuego a los tablones y quemaron, según parece, esta iglesia con sus ornamentos y sus libros. Después, con la ayuda de Dios, fue renovada por mí”, escribió el rey.
El comienzo del fin de la Época Vikinga
Este adelanto de “Vikingos: Valhalla” no hace más que confirmar que el spin-off de “Vikingos” se ambientará en las principales batallas y en los años que comenzaron a marcar “el comienzo del fin” de la Época Vikinga. Tras más de 200 años ocupando territorios británicos, la Masacre de San Bricio terminaría por marcar el inicio del triunfo de los sajones por sobre los nórdicos.
De hecho, “Vikingos: Valhalla” incluirá también la épica batalla de Stamford Bridge, aquella en la que finalmente el dominio vikingo encontró su punto final. El gran protagonista nórdico de este momento fue Harald Sigurdson, uno de los vikingos más importantes de la antigua historia de los países nórdicos y a quien se lo ve en las primeras escenas de la serie de Netflix. Harald Hardrada -así se lo conoce históricamente y su nombre significa “gobernante duro” llegó a ser rey de Noruega y fue derrotado en la mencionada batalla de Stamford Bridge, el 25 de septiembre de 1066 y cuando intentaba -junto con su ejército- avanzar sobre territorio inglés.
Hardrada fue uno de los últimos “berserkers”, como se conocía a aquellos guerreros de gran tamaño que combatían en cuero, cubiertos por pieles de oso y en estado de trance. Viéndose superado en número por el ejército de las Islas Británicas, Harald mantuvo su resistencia firme en una batalla de la que, según se ha reconstruido, fue memorable.
Muchos historiadores, incluso, no terminan de comprender cómo Harald mantuvo tanto tiempo la resistencia en un enfrentamiento que, normalmente, se hubiera resuelto en cuestión de minutos dado que los nórdicos estaban en una marcada inferioridad de condiciones.