Los estilos de moda, que antaño (prepandemia) se presentaban cada vez con mayor lujo y ostentación, han hecho un vuelco significativo. En parte por el confinamiento y en gran medida por la conciencia ecologista y sustentable de las nuevas generaciones que miran hacia los años ’70 y ’80 con la añoranza de lo “hecho en casa”, cada vez son más las firmas internacionales que ponen sobre las pasarelas atuendos que parecen sacados del arcón de los recuerdos, revalorizando técnicas que habían caído en desuso por la industrialización de la indumentaria.
Así, el crochet pasó a ser protagonista en la tendencia 2021, tanto para los del hemisferio Sur, que comenzamos a atravesar el invierno, como para aquellos que están iniciando la temporada cálida del año. Tal y como apunta el portal de búsquedas Lyst, el interés en las prendas que parecen rescatadas del armario de nuestras abuelas está en auge. En concreto, las piezas de crochet han experimentado un incremento del 45%.
Rafia, yute, hilo o lana, todas están siendo una tendencia muy fuerte en tejidos y bordados, no solo en prendas de vestir, sino también joyas y accesorios. Gracias a este auge, numerosos amantes de la moda se han animado a rescatar las agujas de tejer, tal y como hacían nuestras madres y abuelas, creando piezas únicas, rescatando el valor de lo artesanal y optando así por reducir la huella de carbono o la contaminación.
En Mendoza no son pocas las tejedoras que se han abierto camino a punta de dos agujas y crochet, sin embargo nunca antes habían visto tan favorecido el negocio como en los últimos tiempos.
“Quizás tiene que ver con que hay muchas marcas reconocidas que están incorporando cosas tejidas al crochet”, explica Carla Arce, de Truma Tejidos. Sin embargo no todo da lo mismo, es decir, depende mucho del gusto y de lo que se quiera lograr. ”El tejido puede ser a dos agujas, crochet, telar, el que hace tejidos elige una técnica de acuerdo a lo que se quiere lograr”. En su caso, lleva 19 años realizando prendas, algunas de las cuales se hacen a pedido y otras por catálogo.
Esta artesanía también ha sido una máxima sobre las pasarelas, donde se ha dejado ver tal y como proponen Valentino o Gabriela Hearst, en sus enteritos (monos), aunque kimonos, chaquetas, tops y shorts también han estado más que presentes.
La fiebre por el crochet, el ganchillo y el punto comenzó a tomar fuerza en redes en 2020, cuando el cantante Harry Styles apareció con un cárdigan hecho a mano de JW Anderson que revolucionó las redes. Poco tiempo después, el diseñador quiso compartir la guía para que todos aquellos que quisieran pudieran hacer la prenda en sus casas. Con ello, Anderson quiso promover la idea de la artesanía y la elaboración durante un período en el que todos estaban atrapados en casa sin nada que hacer.
Lejos de las pasarelas internacionales, muchas mujeres se animaron a hacer de este hobbie una fuente de ingresos. “El crochet este año lo incorporo en ponchos y chales pero siempre tratando de buscarle una vuelta al punto”, dice Carla Arce y agrega “aunque también se está usando mucho el tejido en yute para decoración”.
Tal es el caso de Cinthia Grosso, de Amapola Crochet, quien luego de dejar su trabajo en un grupo empresario y por problemas de salud en su familia, comenzó a tejer para descargar los nervios. “Empecé tejiendo alfombras, canastitos y cosas de decoración. Después me animé a los accesorios como chales y ponchos, pero para usarlos yo, no para vender”, aclara. Con el tiempo descubrió un mundo que le permite interactuar con personas de todo el mundo “Hay mucha gente que te enseña a tejer, vender y existe la colaboración. Así he conocido gente de India, Arabia Saudita, Brasil”.
Es que, más allá del tejido crochet y la moda, hay una fuerte tendencia a revalorizar el tiempo. En este sentido, todo aquellos que lleva tiempo/esfuerzo humano, tiene un valor agregado. El movimiento DIY (Do It Yourself - Hazlo Tú Mismo) que surgió durante el confinamiento se mantuvo y, de hecho, recientemente se volvía más fuerte de nuevo en redes gracias a Ella Emhoff, hija de Kamala Harris. La joven acostumbra a apostar en Instagram por numerosas prendas y accesorios de crochet especialmente de la firma Memorial Day.
“Está re de moda, sobre todo el handmade, hacer las cosas con tus propias manos y dársela a alguien, que se considera con un valor agregado muy grande, porque al hacerlo con tus manos le transferis amor, empeño y ganas. Es un vínculo que se arma a través del tejido y es una experiencia única” sintetiza Cinthia.
El cuello bobo
Uno de los estilos más utilizados en Europa durante la temporada otoño invierno (nuestra primavera verano) fue el cuello bobo, y según las grandes marcas, lo seguirá siendo.
Firmas como Chanel, Gucci, Ganni y Miu Miu volvieron a subir los cuellos románticos a la pasarela otoño/invierno 2020-21 añadiendo si cabe, aún más dramatismo: texturas rizadas que evocan las históricas lechuguillas del renacimiento español, volantes, puntillas y detalles de encaje que acaparan toda la atención en los vestidos, blusas, camisas y chaquetas de la temporada.
Sin embargo, muchas aún no se animaron a incorporarlo porque no se ve en las calles. Pero como la moda comienza en las pasarelas y se ve a través de instagram, muchas influencers ya hicieron lo suyo mostrando prendas con grandes cuellos redondos con voladitos.
Desde las camisitas de cuello redondo pequeño para el trabajo en la oficina hasta los suéters con cuellos agregados, es una tendencia fuerte que deberíamos tener en cuenta para usar antes de que llegue el verano: una blusa de corte romántico y cuello maxi, acabado en pico y ribeteado en volantes, grandes cuellos en forma de baberos, aún más anchos y con más riqueza de detalles de encaje, puntillas y lazos, bordados y troquelados.
De hecho, muchas de las modelos más famosas han vuelto a escoger este delicado elemento como parte para completar look de pulóveres, maxi cárdigans y chalecos de punto, así como vaqueros largos, y vestidos de piel, con cortes más otoñales y apropiados para un ambiente más fresco.
De un lado, la elegancia y el estilo inherentes al uso de una blusa romántica, del otro, la excentricidad o ñoñería que muchas puedan ver en esta última vuelta de tuerca. En cualquier caso, lo que no se puede obviar es ese halo especial que confiere a todos y cada uno de los looks que podemos montarnos esta próxima temporada.