Las calles mendocinas, con sus personajes, sus colectivos, sus fondos de montaña, y muchas cosas más, forman parte de las canciones de Yokai Krew, un cuarteto de hip hop local que, casi un instante después de formarse, lanzó ya su primer disco: “Yokai Tapes Vol. 1”. Pueden escucharlo en plataformas digitales como Spotify o YouTube.
Así de prolífico, pero sobre todo así de natural y de instantáneo, es el rap mendocino. Una escena que no para de crecer. “Primero nos llamábamos Yokai solo”, nos dice Gerardo Montenegro, uno de los “maestros de ceremonia” del grupo, “pero después le pusimos Yokai Krew, una palabra que en inglés es con ‘c’ pero que nosotros usamos con ‘k’ por una cuestión de juego y que significa tripulación. En el modismo, se toma como ‘banda de amigos’ o ‘familia’, o una amistad muy cercana”.
Ellos confluyen, pero vienen desde diferentes lugares: Ayrton (quien es MC y también productor), Julian Carrizo (MC, ex Loco del Bosque), Julian Stocco (MC y Beatmaker) y Montenegro, quien también tiene un proyecto personal, Otro Gil de Barba.
La banda se juntó en noviembre, para hacer un tema para Halloween, convocados por Julián Carrizo. “Me presenta a Ayrton y a Julián Stocco, a quienes ya conocía vía WhatsApp”, dice. El primer experimento se llamó “Halloweed” y, ante todo, sirvió para mostrarles la buena química que generaban.
¿Cómo fluyó ese día la grabación? Tan bien que, entre beats y rimas, empezaron a sacar otro tema, que terminaron produciendo y, ya a la próxima juntada, eran una avalancha de creatividad y de “flow”, como dicen en el ambiente.
“Empezamos a juntarnos, el grupo se mantuvo, nos dimos cuenta que escuchamos música muy parecida. El álbum, de hecho, es un disco de hip hop en su máxima amplitud. En todo lo que expresa el hip hop, desde el rap duro, el 90 BPM, a ritmos más modernos como el trap o el drill, que casi no se hace en Argentina y es muy característico de Inglaterra y algunos lugares de Estados Unidos”, comenta Ger.
“Eran jornadas en las que nos sentábamos y capaz hacíamos dos o tres temas. Y cuando nos dimos cuenta que esto empezaba a fluir empezamos a pensarnos como una banda, como una idea en conjunto: Hagamos algo, dijimos, compartamos un viaje corto, sumamos gente a la tribu. Todo este círculo musical nos fue tentando a producir nuestro disco y sentir que estábamos haciendo un producto serio y con ganas de que salga a la luz”, explica.
Fue sentarse y pensar con disciplina profesional. Es decir: rever las letras, regrabar las canciones de la mejor manera, invertir tiempo del breve verano pandémico en dejar algo a la música local y, el 25 de marzo, dar a conocer “Yokai Tapes Vol. 1”. “Con la idea de que puede haber un volumen dos”, apunta sobre el material.
“Las letras vienen de varios lados: somos cuatro, cada uno con sus temas y sus preocupaciones y sus pasiones. Pero extrañamente hemos vivido cosas parecida los cuatro, y se puede ver eso bastante claro en las letras de las canciones del disco. Hay una gran parte al mantenerse fiel a lo que estamos creando”, agrega Julián Carrizo.
Pero es el nombre lo que marca el espíritu de la banda, y lo que quizás llame la atención de los foráneos del rap: “Los yokai vienen de la cultura japonesa”, explica Gerardo. “Uno de los chicos está muy en el tema y a nosotros también nos interesa mucho”, dice.
Entonces investigaron y vieron que ese folclore japonés es, en realidad, universal. ¿Qué los identifica, puntualmente? El honor, la integridad moral y la fidelidad a los valores propios. La idea de que ese es el único camino posible: el honor y la lealtad a lo que uno hace. Unos verdaderos samurais andinos.