A tan sólo 48 horas de haber ampliado su declaración como arrepentido en el marco de la causa de los cuadernos de la corrupción, el ex funcionario kirchnerista Juan Manuel Campillo consiguió que el juez federal Claudio Bonadio avale su excarcelación bajo caución juratoria.
El ex ministro de Hacienda durante la gobernación de Néstor Kirchner en Santa Cruz se presentó el miércoles pasado en los Tribunales de Comodoro Py para aportar nuevos datos. Y según dejaron trascender desde la dependencia judicial, se trató de información de relevancia.
Distinta fue la suerte del ex secretario de la ex presidenta Cristina Fernández, Isidro Bounine, otro de los imputados en la causa, porque el magistrado rechazó su pedido para recuperar la libertad.
Campillo y Bounine están acusados de haber participado de las maniobras de lavado de dinero que se le atribuyen al fallecido ex secretario presidencial, Daniel Muñoz, y a su entorno; quienes habrían sacado del país unos 70 millones de dólares.
La Justicia trata de determinar ahora si ese dinero se destinó a la compra de al menos 16 propiedades en Miami y Nueva York.
Al respecto, Campillo fue señalado en la causa por la también arrepentida y excarcelada Elizabeth Ortiz Municoy, vinculada a la venta de inmuebles en los Estados Unidos del fallecido secretario privado del ex presidente Néstor Kirchner.
En su declaración como arrepentido, Campillo sostuvo que él fue llamado a opinar sobre los manejos del dinero de Muñoz y que quien lo convocó fue Isidro Bounine, quien fuera secretario privado de la ex presidenta hasta 2011.
Bounine se encuentra detenido desde mediados de enero y al ser indagado por Bonadío negó haber participado de las maniobras de lavado de dinero.
En la investigación figura que Muñoz era quien transportaba los bolsos con las supuestas coimas a las que hizo referencia Centeno en sus escritos. El ex chofer de Baratta es otro de los arrepentidos en la causa.
Puntualmente, Centeno documentó en sus anotaciones que Muñoz transportaba bolsos con dinero al edificio de Juncal y Uruguay, donde suele alojarse la senadora y ex presidenta Cristina Fernández cuando está en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los investigadores sospechan que Muñoz lavó además unos 70 millones de dólares a través de la compra de propiedades en Estados Unidos mediante testaferros, entre los que se encuentra su viuda Carolina Pochetti, última arrepentida del caso.
