El santafesino Federico Grabich ganó la medalla de bronce en los 100 metros libres del Mundial de Natación que se disputa en Kazán, Rusia, y se convirtió en el primer argentino en lograr un podio en un Mundial de pileta larga.
“Es una locura para la Argentina una cosa así. Ya lo era estar en una final pero bueno, no me quería quedar con eso tampoco. Hoy salí por todos los medios. Imagino que mañana voy a estar en la tapa de los diarios”, expresó Grabich.
Con un tiempo de 48 s. 12/100, el santafesino de 25 años llegó tercero detrás del chino Ning Zetao, quien ganó con 47 s. 84/100 y se transformó en el primer asiático campeón mundial en esta prueba, y del australiano Cameron McEvoy (47 s. 95/100), que ocupó la segunda posición.
Grabich, ganador de la medalla de oro en los 100 libres y la plata en los 200 libres en los Juegos Panamericanos de Toronto, había hecho el tercer mejor tiempo en las semifinales de Kazán (48 s. 13/100) y en la final quedó a una centésima de su propio récord nacional.
El nadador santafesino hizo historia, ya que nunca un argentino había llegado a una final masculina de pileta larga de 50 metros. Sí lo logró la cordobesa Georgina Bardach, medalla de bronce olímpica en Atenas 2004, mientras que el cordobés José Meolans lo hizo en Mundiales de pileta corta (25 metros): oro en los 50 metros libre en Moscú 2002, plata en 50 libre en Hong Kong 1999; 100 libre en Moscú 2002, y bronce en 100 libre en Shanghai 2006.
“Ojalá que con esto llegue una buena camada y que yo no sea el único que logre esto en un Mundial. Me encantaría que otros lo pudieran conseguir”, sostuvo el nadador nacido en Casilda.
“Me estoy sintiendo bárbaro y he podido nadar en un buen nivel tres veces los 100 libre. Sólo hace 15 días que bajé de 49 segundos y nadé dos veces en 48,10. Eso me da mucha confianza para este año”, aseguró Grabich.
Además, batió el martes en Kazán el récord argentino de los 200 metros libres con un registro de 1m. 47s. 43/100, lo que le sirvió además para superar su propia marca por 19 centésimas y quedar undécimo en la prueba entre ochenta competidores.
Grabich, entrenado por Mónica Gherardi, competirá mañana en las eliminatorias de los 50 metros espalda, su última prueba en Kazán. En el Mundial de Barcelona 2013, el décimo lugar en los 50 espalda fue la mejor performance del santafesino. Grabich sueña con una final en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, aunque sabe que no será fácil.
"El objetivo ahora es bajar a los 47 segundos para los Juegos", remarcó el nadador sobre los 100 libre, aunque aclaró que seguramente los Olímpicos serán distintos con la presencia, entre otros, del australiano James Magnussen, ausente en Kazán por lesión.
Un fenómeno que no frena
Detrás del atleta que se metió en la élite de la natación hay una filosofía de vida que lo hizo perdurar en el deporte porque para competir en el más alto nivel se necesita algo más que talento y disciplina para entrenarse: mentalidad fuerte. Grabich no es ningún zonzo. Sabe que la natación no es un divertimento cualquiera.
"La natación es un deporte rutinario, aburrido. Yo me entreno en Casilda en una pileta con 34 grados, que es un sauna, y 25 metros. A muchos les cuesta superar esa etapa entrenándose y termina dejando. Tenés que ser fuerte para seguir y yo lo soy", dijo después de haber ganado el oro en la misma competencia y la plata en los 200 metros libres en los Juegos Panamericanos de Toronto, hace poco más de 20 días.
Grabich consiguió en Canadá un resultado histórico, igualando la medalla que se había adjudicado José Meolans en Santo Domingo 2003. Lo hizo bajando primero los 48 s 60 en la eliminatoria y luego, en la final, se impuso con un registro de 48 s 26, con 31 centésimas de ventaja sobre el segundo. Esta vez, en Rusia batió esa marca y se clasificó entre los mejores con 48 s 20 en semis y 48 s 12 en la final, a nada de su récord.
Para llegar a este gran momento, Grabich, ese nadador de 193 centímetros y 92 kilos, las pasó todas. No le fue bien en Londres 2012 pero no bajó los brazos. Se desquitó un año después bajando el récord argentino en 50 metros y siguió creciendo.
El entrenador australiano Bill Sweetenham, gurú de la natación, lo ayudó a ajustar algunos detalles y le dio la confianza para llegar a donde está. “Me cuesta en las salidas y en las llegadas. No es que me quiera agrandar, pero en el nado vengo registrando mejores tiempos que Phelps, un groso de todos los tiempos”, había dicho.
En el Mundial, Phelps no está pero sus rivales ya comenzaron a conocerlo. Ayer por primera vez hubo un argentino en una final de 100 metros en el Mundial de pileta de 50 metros. Fede está preparado para hacer historia.
Estados Unidos al frente del medallero
Estados Unidos se situó al frente del medallero por primera vez en los cinco días de competición al alcanzar las 11 preseas, 5 de ellas de oro, gracias a su estrella, Katie Ledecky, que lideró al equipo de relevos de 4x200, que logró el oro. Además el veterano Ryan Lochte, cinco veces campeón olímpico, se proclamó campeón en 200 metros estilos por cuarta vez consecutiva.
Brasil, por su parte, completó una gran jornada y sumó dos nuevas platas, que se añaden a la que logró Nicholas Santos en 50 metros mariposa el lunes.
Thiago Pereira secundó a Lochte (1 m 55.81) en el podio de los 200 metros estilos, al finalizar con un tiempo de 1 m 56.65. El bronce fue para el chino Wang Shun (1 m 56.81).
“Podio en 200 metros estilos. ¡Medalla de plata para nosotros! Gracias por el apoyo, son demasiado”, escribió en su cuenta de Twitter Pereira, de 29 años, plata en 400 metros en Londres 2012.