Si es verdad aquello que escribía Campoamor, acerca de que "nada es verdad ni mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira", entonces las certezas de Félix Bunge (75) han de ser un brillante crisol.
No muchos lo saben, pero Bunge es mendocino y acaso el mayor referente del país en materia de vitralismo. Formado de manera autodidacta, este ingeniero agrónomo de profesión descubrió un día que su talento con los vidrios que hacía para su casa podían cambiarle la vida. Llevado por esa apuesta consiguió llevar su arte de los vidrios de colores a iglesias, salones, casas y paseos de todo el país.
Hoy será la oportunidad de ver una vez más el talento de Bunge que, dicho sea de paso, no es exclusivo: también se extiende a su esposa María Alejandrina (67) y a su hijo Agustín (39), todos embarcados en el mismo proyecto. Es que los Bunge han sido los encargados de reconstruir el gran vitral del Espacio Contemporáneo de Arte (ECA), que hoy reabre sus puertas tras el incendio que destruyó parte de su estructura y acabó con el 90% del vitral original.
"A los pocos días del incendio, la Secretaría de Cultura me convocó para elaborar un informe sobre los daños en los vitrales. Fotografié todo desde el piso, ya que los escombros no permitían hacer nada más, y ofrecí un informe acotado a eso. Pasó el tiempo y la empresa que ganó la licitación me llamó para encargarme el trabajo. Cuando pudimos tener los vitrales cerca descubrimos que el daño obligaba a hacerlos de nuevo, porque los vidrios estaban fisurados", explicó Félix desde Buenos Aires, donde tiene su taller.
La nueva situación llevó a Bunge a usar las fotos que tenía y otras de archivo, para dibujar, en una plantilla a escala, el diseño de los vitrales y hacerlos de nuevo.
La tarea, que incluyó un trabajo entre Mendoza (donde se elaboraron 130 paños de vidrio) y Buenos Aires (90 paños), lo ha dejado satisfecho: "Cualquiera puede comparar el vitral original con el reconstruido y verá que son iguales".
Bunge se dice afortunado por poder trabajar en algo que lo apasiona y que le permite, además, una conexión centenaria con el arte del pasado. "La técnica es la misma de hace cientos de años. Quizá pueden cambiar los esmaltes, pero el armar el plomo, el soldar con estaño, el enmasillar, todo se hace como en la Antigüedad", explicó.
Mientras aborda numerosos trabajos (ver aparte), Bunge se despide con un anhelo: "Me gustaría trabajar en el vitral del Pasaje San Martín. Hoy está en mal estado y lo peor que podemos hacer es dejar que se caiga".
Trabajos de renombre
Aunque Félix Bunge es el que inició la tarea del vitralismo en su familia, pronto se plegaron su esposa ("gran dibujante") María Alejandrina y su hijo Agustín. Félix ha liderado notables trabajos de vitralismo. Entre los más importantes están los vitrales de la Catedral de La Plata, de la iglesia San Martín de Tours (Buenos Aires), de la Iglesia Santa Felicitas (Barracas, Buenos Aires) y restauraciones en el teatro Colón. Hoy está trabajando en 4.000 vitrales del Congreso de la Nación.