Fin de semana en San Luis

Varios destinos puntanos que se pueden visitar en poco tiempo. Datos y precios.

Fin de semana en San Luis

Hace mucho frío. La previa del invierno en la provincia vecina se hace sentir en la piel, y también en la vista. Es que las bajas temperaturas no morigeran lo lindo de esos paisajes puntanos que invitan a la contemplación. La época no ha logrado apagar los verdes, que van muy bien con los amarillos y ocres que hacen su aparición. Las serranías, enmarcadas por cortaderas de río de grandes dimensiones, lucen bellísimas aunque los vidrios se empañen.

A esto hay que sumarle todas las ventajas que la temporada baja trae consigo. Como las opciones dos por uno en alojamientos y la posibilidad de sentir que los entornos están allí -casi en exclusiva para nosotros- por la poca concurrencia. Así, cualquiera de las villas turísticas de San Luis puede ser una buena alternativa para aprovechar algún fin de semana de junio.

Estilo relajado

Sólo tres horas de viaje desde Mendoza para ya acceder a los sitios turísticos destacados. Una parada en el primer informador que se encuentre, por ejemplo a la entrada de El Trapiche, para elegir el destino - o el primero de ellos, ya que como hay una gran diversidad a pocos km de distancia- el tiempo rinde y se pueden conocer varios en apenas dos o tres días.

Las réplicas del Cabildo de Buenos Aires, de la Casa de Tucumán y el Parque Astronómico son atractivos ideales para visitar en familia en la ciudad de La Punta. Los niños se entretienen y aprenden.

En una senda sinuosa, que se abre paso entre puentes, vados y río, van a apareciendo El Trapiche, La Florida, Riocito, Pampa del Tamboreo, Paso del Rey,  Balde de la Isla, Río Grande y Siete Cajones, entre otros. 

Por allí, la onda es distendida y similar a la que se vive en nuestras villas cordilleranas, sólo que éstas son serranas. Los visitantes se hospedan en cabañas, hacen asados, toman mates y planean volver en verano para aprovechar el río en profundidad. Por la noche, todos adentro, el frío aprieta. En la zona hay proveedurías y almacenes para conseguir lo necesario.

Es preciso comprar leña suficiente para calefaccionarse y templar el espíritu. Y esperar a la nueva mañana para seguir disfrutando de este oasis que como aseguran los lugareños es de "paz y sosiego porque al cansancio de lo lleva el río y a las penas se las lleva el viento".

Frente a las aguas

Potrero de los Funes, uno de los clásicos puntanos, también puede tenerse en cuenta para una escapada en los meses de frío. Es cierto que las aguas del dique sólo tienen una faz contemplativa, pero no por eso menos atractiva.

El hotel cuatro estrellas que se ubica frente al lago, es una buena alternativa para olvidarse de todo durante un par de días. Muchos servicios y un entorno elegante, se aprovechan con promociones especiales para la temporada baja.  Entre ellas, si se contratan 3 noches seguidas, la cuarta es de regalo, o 2 noches de alojamiento (desayuno bufet) en habitación doble Standard, más sesión de Spa a $ 4.300. El restaurante está abierto al público y una comida para 2, con vino y postre ronda los $ 700.

Por supuesto que en la villa, de ambiente relajado, hay diversas ofertas de alojamiento, desde cabañas hasta hoteles con precios más accesibles.

Por allí las horas pasan tranquilas, con paseos por el centro comercial, pausas en el bar de mates, o comprando artesanías locales. La premisa es el relax y se cumple a rajatablas.

Ideal para los peques

La ciudad de la Punta, es uno de esos sitios que despiertan la curiosidad y todo aquel que pasa por San Luis tiene ganas de conocer. Acaso lo que atrae sea que es el primer centro urbano creado en el país en este siglo.

In situ hay algunos atractivos para toda la familia y que les gustan mucho a los pequeños. Así la parada en el Parque Astronómico de La Punta es muy recomendable. Los expertos dan una charla en una sala especialmente acondicionada para simular el cielo. A oscuras, la invitación es a mirar hacia arriba.

En un techo abovedado sólo se percibe un punto de luz. "¿Qué es?", pregunta el científico. El sol, responden los niños. Y de esta manera comienza la explicación que no sólo resulta interesante para los chicos. Los adultos por igual, se asombran con el relato que da cuenta de que el astro rey es una estrella mediana, de las muchas que hay en el sistema solar. Las hay grandes y súper grandes.

Por lo tanto, para el universo es sumamente común, mientras que para nosotros es fundamental. Se estima que en 5 mil millones de años el sol va a dejar de existir, comenta el científico antes de mostrar el cielo de una noche en San Luis. Llega el momento entonces, de reconocer las constelaciones y de aprender que se sólo son producto de la imaginación.

Es que hace miles de años, nuestros antepasados, no tenían muchas opciones de entretenimiento durante las noches y miraban el cielo.

Así las encontraron  y varían de cultura en cultura. Por ejemplo los chinos formaban, imaginariamente y uniendo estrellas, dragones; los griegos dioses y por estas latitudes cabritos o gallinas. La Astronomía, por su parte, reconoce 88 constelaciones, que de repente se aprecian en ese cielo de ilusión: el barco, el can mayor y el can menor, las zodiacales, entre ellas… cada una con su historia, "que deben averiguar ustedes", dice el científico.

Luego y tras haber explicado las características de luna y los meteoros, llegan los planetas del sistema solar representados a escala y todas las preguntas de los curiosos niños. Al salir, encandila la luz del día, y la invitación es a conocer el Solar de las miradas, en la parte exterior del planetario.

En el predio se disponen piezas artísticas que remedan instrumentos creados para la observación de cielo que precedieron a los telescopios. Entrada gratuita.

Muy cerca de allí está la réplica del cabildo. La recorrida por el interior deja ver varias esculturas de tamaño natural que recuerdan a los personajes coloniales, como las mazamorreras o los vendedores de escobas o el lechero con su carro tirado por bueyes.  En otra de las salas se recrea la firma del acta del 25 de mayo de 1810, con los personajes históricos. En el piso superior hay una muestra de láminas de la revista Anteojito sobre San Martín y vitrinas que preservan objetos antiguos como guascas, ollas de hierro fundido, chifles y estribos. Entrada $ 30.

"Plato del día: locro con pastelitos", anuncia un cartel del bar contiguo y son varios los que sienten tentados a probar.

El paseo se completa caminando algunos metros hasta la reproducción de la Casa de Tucumán. En el trayecto hay hitos con las postas desde Buenos Aires hasta el jardín de la república, para figurar lo que debe haber costado llegar hasta ese punto, a caballo, hace 201 años. Entrada $ 20.

Resumidos

Detenido en el tiempo. Rumbo al norte y tras haber pasado el Valle de Pancanta y el mirador Inti Huiasi - que merece la pena la parada-, aparece La Carolina, cual óleo viejo. El pueblito que tuvo un origen minero, tiene pocas calles empedradas. La vuelta urbana toma unos minutos y deja ver las casas que tienen la apariencia de los tiempos fundacionales. Lo mismo que la pequeña iglesia, en la se celebran misas sólo una vez al mes. Realmente es muy pintoresco.

Hotel temático. Para fin de año está prevista la inauguración de un hotel temático -NH La recova- justo en frente de la réplica del cabildo. Su fachada es simula la recova que estaba frente al cabildo en lo que hoy es la Plaza de Mayo.

Los precios. Alojamiento en Potrero de los Funes $ 1.400 la doble. Desayuno completo $ 130; pizza con cerveza $ 250; milanesas con puré $ 120.

El camino de las pulperías. Es otro de los atractivos de la zona cercana al Trapiche. Está señalizado y se pueden visitar varios bares tradicionales. 

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