Adaptarse a las tendencias para mantener el consumo del vino

La caída del poder adquisitivo y el aumento de precios obligan a tomar nuevos caminos para mantener un buen nivel de ventas dentro de Argentina.

Adaptarse a las tendencias para mantener el consumo del vino
La caída del poder adquisitivo y el aumento de precios obligan a tomar nuevos caminos para mantener un buen nivel de ventas dentro de Argentina.

Con una caída en el consumo interno, fueron analizadas las tendencias a seguir para no quedarse fuera del mercado. La relación calidad-precio, las ofertas de gamas altas y la sustentabilidad, son algunos de esos caminos. Desde el Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), su director, Daniel Rada, destacó la consolidación de la botella de 1,25 litro, un envase que viene ganando espacio en los últimos cuatro años y que hoy representa alrededor de un 20% del mercado interno. Si bien continúan otras tendencias, como la venta online y el envase de lata, todavía no tienen un peso relevante. “En 2020 creció el vino en el canal oftrade, la venta tradicional en almacenes e hipermercados y la botella cerrada. Eso compensó las pérdidas de venta de botellas abiertas, en lugares gastronómicos como hoteles y restaurantes”, detalló. En lo referido a 2021, Rada señaló que “los precios del vino en góndola vienen subiendo mucho y eso repercute en el volumen de venta”. Se mantiene la primacía de venta de los tintos (malbec, cabernet y syrah) y hay “un mínimo repunte o sostenimiento de la damajuana”, que venía cayendo sistemáticamente. El director del OVA aclaró que no cuentan con datos específicos de consumo de otras bebidas (especialmente sobre el open bottle, que es el consumo en bares y restaurantes), pero estima que se consumen alrededor de 2.000 millones de litros al año de cerveza contra 900 millones de litros de vino.

Para Guillermo Oliveto, presidente de Consultora W, es importante enmarcar el consumo en el contexto de una caída nacional del 10% en el PBI de 2020, con una baja del poder adquisitivo como consecuencia de la pandemia y la cuarentena. “El consumo de alimentos y bebidas cayó 7% en el primer semestre de 2021 comparado con 2020”, señaló el especialista en consumo y sociedad.

Oliveto señaló que, con una inflación interanual de casi 50% y problemas de desempleo, el “índice de confianza del consumidor (la propensión o ganas de gastar) está en 35 puntos, por el piso histórico”, similar a 2001. “En 2020 al vino le fue bien porque el 80% de las ocasiones de consumo se vinculan con el hogar. La gente estuvo en casa y tomó más vino”, indicó. El presidente de Consultora W estima que este año habrá una recuperación del PBI del 6% y que eso motivará el consumo. De todos modos, el cuadro general es de una sociedad austera, con pérdida de poder adquisitivo y alta incertidumbre.

Las adaptaciones de bodegas

Varias empresas analizan los cambios. Juan Ángel Rodríguez, gerente general de Fecovita, considera: “En el segmento de tetra brik, vinos de mesa y precio medio, vemos que el consumidor prefiere, por poder adquisitivo, seguir comprando primeras marcas, como TORO, porque hemos logrado minimizar la diferencia de precio con las segundas marcas”.

Para el gerente de Fecovita hay una alta distorsión de precios: “Optimizamos los costos indirectos de nuestros productos y, junto a los supermercados, mayoristas y nuestros distribuidores, estamos trabajando en conjunto para dar precios de referencia y cuidar el bolsillo de nuestros consumidores”. En vinos de alta gama, Fecovita encara una comunicación segmentada ofreciendo un abanico de productos para cada consumidor. Además, quieren posicionar espumantes y vinos dulces naturales en momentos de consumo más distendidos, con nuevos envases y porciones individuales. Por su parte, Andrés Povedano, brand manager de Trivento, sostuvo que en la pandemia creció el consumo de bebidas alcohólicas a nivel mundial y, en particular en Argentina, de vinos finos: “El consumidor argentino redescubrió el vino como un acompañante ideal en sus casas, donde la cocina fue un gran aliado del vino durante esta etapa”. El gerente de marca de Trivento remarcó que el vino, a diferencia de otras bebidas, tiene una oferta muy amplia de variedades, estilos y lugares de origen que invita a explorar nuevas propuestas.

“Tuvimos una grata experiencia con el lanzamiento de Trivento Reserve White Malbec en plena pandemia, un vino blanco elaborado a partir de uvas Malbec premium que despertó el interés de muchos”, apunta Povedano. Sus líneas de alta gama tuvieron muy buen desempeño en 2020 y creen que 2021 puede ser un año similar en estos segmentos.

Otro caso es el de Grupo Avinea, que trabaja bajo las marcas Argento, Otronia, Cruz de Piedra, Pacheco Pereda y Cuesta del Madero. Horacio Ferrari, gerente de marketing, explica: “Estamos continuamente atentos a nuevas tendencias y lo que está sucediendo a nuestro alrededor dentro del universo de las bebidas alcohólicas”.

Siguiendo una tendencia hacia “lo saludable” que tomó mayor fuerza durante la pandemia, en el Grupo Avinea continúan con la generación de vinos orgánicos y veganos (tienen 355 hectáreas certificadas como orgánicas) y cuentan con certificaciones internacionales de sustentabilidad y comercio justo.

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