La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a través de la Dirección General Impositiva (DGI), incautó 200 mil kilos de ajo colorado tratado, valuados en $ 30 millones, que se encontraban en una finca en Los Corralitos (Guaymallén). La mercadería carecía del Documento de Tránsito Sanitario Vegetal, que es necesario para su traslado.
Inspectores del organismo nacional realizaron un operativo de fiscalización en un predio de esta localidad mendocina para analizar la documentación que justifique la tenencia de la mercadería acopiada en depósitos. Allí, detectaron que el ajo almacenado no tenía los papeles respaldatorios. Debido a esas inconsistencias, se llevó a cabo la interdicción de las 200 toneladas de ajo.
El operativo contó con la colaboración de personal de la Policía Federal. Estos procedimientos forman parte de las tareas de fiscalización y control sobre grandes establecimientos agropecuarios e industriales que intervienen en la comercialización y el consumo de granos, para evitar maniobras fraudulentas que faciliten la evasión de las obligaciones fiscales y resten transparencia a las operaciones de comercialización.
De esta manera, AFIP focaliza sus esfuerzos en la desarticulación de potenciales maniobras de evasión fiscal, que puedan impactar negativamente en la recaudación impositiva y al mismo tiempo resulten en competencia desleal para los productores genuinos que cumplen con la normativa vigente.
Buscan parar el contrabando de ajo a Brasil
A fines de mayo, autoridades del Ministerio de Economía, ProMendoza y referentes de los productores ajeros se reunieron para analizar medidas que desalienten el contrabando de ajo a Brasil. Desde la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajo, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) propusieron avanzar con la implementación de un certificado fitosanitario de origen.
Fabián Fusari Duin, titular de Asocamen. planteó la necesidad de fortalecer los organismos de control para evitar cualquier tipo de competencia desleal en el sector ajero. Propuso avanzar en un certificado fitosanitario de origen, similar al que se designó para los cítricos y solicitó que se inspeccionen las cargas que salen de Mendoza.
El 80% del ajo mendocino se exporta a Brasil y es por ello que los productores esperan que se logre garantizar que se envía el mejor producto y a un precio que resulte rentable para todos los actores de la cadena del ajo. De acuerdo con la Asocamen, hoy el sector ajero de la provincia se enfrenta a dos situaciones que terminan por bajar los precios en el mercado brasilero: por un lado, empresas del exterior que encuentran mecanismos para generar negocios en territorio nacional que tienen como único objeto llevarse el dinero sin dejar rédito alguno para el país (empresas frías); y, por el otro, el contrabando de bolsas de ajo.
En cualquiera de los dos casos, el precio pagado al productor se ve afectado, porque se inunda el mercado con una producción que saltó costos -no abonó impuestos ni permisos de exportación- y, así, puede manejar valores más bajos.