Con alrededor de 2.806 hectáreas de almendras, Mendoza es la principal provincia argentina en producción de este fruto seco, con una alta demanda en el país. Sin embargo, desde el sector local afirman que la cosecha de este año (de enero a fines de marzo) fue menor al promedio, mientras que todavía se importa para abastecer al mercado interno.
“A nivel general la cosecha de almendras fue menor, hubo variedades que tuvieron muy mal cuaje, tuvieron mucho corrimiento por pocas horas de frío y por Zonda en floración, la cuestión es que el fruto abortó”, comentó Ramiro Martins, parte de una familia productora que en sus cultivos tiene en torno a 50 ha de almendros.
Puntualmente, Martins señaló que las variedades extra tardías españolas, como Marinada y Penta, tuvieron un muy mal cuaje. Vale aclarar que el mercado tiende a aplicar variedades españolas autopolinizantes, como también Felicia y Guara. “Años para atrás la Marinada había andado muy bien, este es el primer año que tuvo un corrimiento con mermas muy importantes”, señaló el productor.
A diferencia de otros cultivos como la vitivinicultura o el durazno para industria, no existe un análisis oficial para comparar los volúmenes y así ver la merma concreta entre una temporada y la otra. Manuel Viera, coordinador de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza (AFSM) explicó: “El cultivo de almendra es un cultivo formal, lo que no tenemos es un monitoreo por parte del gobierno como en otros cultivos. Estamos trabajando en eso con IDR (Instituto de Desarrollo Rural), pero sabemos que se cosechó menos que el año pasado”.
Viera coincidió con Martins en que se dieron muchas mermas en zonas cálidas, en variedades que venían con buena productividad como Marinada, “por viento Zonda y aparentemente por calores excesivos invernales y/o estivales”. Aún así, destacó una leve mejora en las zonas de heladas frecuentes (como Valle de Uco y San Rafael), ya que el invierno fue benigno y “no hubo prácticamente necesidad de lucha activa”.
Temperaturas y producción de almendras
Los problemas de viento Zonda y los cambios en la temperatura han sido un dolor de cabeza para distintos cultivos. Belén Bobadilla, presidenta de AFSM, señaló que “para las almendras no fue la excepción” y mencionó que en el mes de septiembre se observaron algunos problemas de cuaje, sobre todo en algunas variedades que hasta el momento venían con buenas cosechas, como es el caso de Marinada.
“La problemática se generalizó entre los productores y socios, y produjo una merma en las cosechas, teniendo menos impacto sobre variedades como Guara”, apuntó Bobadilla. En aquella oportunidad desde AFSM se acordó una capacitación con especialistas del INTA, y se concluyó que el aumento de las temperaturas podría estar afectando al cultivo del almendro, con un verano con picos extremos de aumentos de temperatura.
La presidente de la entidad productiva señaló que se debe investigar para poder evaluar el efecto de las altas temperaturas y, en otro orden de temas, señaló los bajos precios pagados a productores de almendras. “Sus valores han sido de menor expectativas para los productores, esto alentado por mayor probabilidades a importar almendras para abastecer el mercado interno”, señaló Bobadilla.
Por su parte, Franco Fausti, uno de los socios de la empresa Difrusec, dedicada al procesamiento y comercialización de frutos secos, destacó que hay muchos pequeños y medianos productores que han empezado a cosechar almendra estos últimos años. Se trata de “fincas nuevas que están entrando en producción” y eso genera “una mayor desconcentración de la fruta en el mercado interno”.
De todos modos, desde hace tiempo Argentina importa almendras, y Fausti asegura que todavía la producción local no alcanza para abastecer al mercado interno. “Seguimos necesitando importarla, principalmente desde Chile, Estados Unidos y, en menor medida, desde Australia. Creo que todavía hay muchos desafíos, sobre todo en la etapa productiva del almendro”, señaló el socio de Difrusec.
Mejoras en almendros y competitividad
Aún con las dificultades, varios productores aún consultan por almendros. Según analizan desde AFSM, las estadísticas del negocio son promisorias, aunque es importante estudiar bien qué zonas serían las más apropiadas (es un cultivo de clima mediterráneo) y evaluar distintas tecnologías de producción.
“En España a raíz de las experiencias y evolución de la olivicultura, existe una tendencia a aplicar sistemas intensivos para el cultivo del almendro que permitiría la mecanización de podas y cosecha. Esto se acompaña de un paquete tecnológico de sustentabilidad mediante aplicaciones de productos más amigables con el ambiente, como lecitina, extractos de ortigas y bacteria para almendros en setos”, contó Bobadilla.
La presidenta de AFSM considera que “es a lo que tenemos que estar atentos para poder realmente aumentar la producción en Argentina, no es un cultivo fácil, pero si tuviéramos la oportunidad de iniciar este camino sin dudas sería un antes y después”.
No es un camino sencillo y se necesita una genética específica en portainjertos reductores del crecimiento y variedades específicas que hasta ahora funciona en España. Hay ensayos en Chile con variedades Avijor o Lauranne, Marinada y Soleta, algunas de las cuales no están en Argentina.
Por su parte, el productor Ramiro Martins señaló que la expectativa es de crecimiento “porque hay una demanda constante por parte de los clientes”, aunque comparado con el pistacho o la nuez, al almendro se lo ve “un poquito más golpeado”.
Una variedad muy apreciada era la Non Pareil, conocida como la de cáscara blanda norteamericana, pero con las catas y otras aves se pierde mucha cosecha. “Lo nuevo que se planta son variedades españolas de cáscara dura, por más que este sea un año difícil con mucho aumento de costos eléctricos y en jornales, con pocos kilos y con el precio algo quedado por la amenaza constante de la almendra importada”, señaló el productor.
Para Martins, la principal amenaza es la apertura de importaciones, que disminuye el valor local: “Estamos vendiendo a un precio menor que hace cinco meses atrás, previo a la devaluación grande de cuando asumió (el presidente) Javier Milei el 10 de diciembre”.
El productor señaló que insumos como pesticidas o nitrógeno cuestan la mitad en Chile, por lo que, en comparación, resulta caro producir en Argentina. “Además, no llegamos a obtener los rendimientos que obtiene California (Estados Unidos). Ellos suelen cosechar 3.500 o 4.000 kilos por hectárea y a nosotros nos cuesta pasar los 1.000 kilos”, detalló Martins.