A nivel productivo y comercial, la vitivinicultura de Mendoza ha logrado formar buenos vínculos con el sector chileno. Más allá de la competencia por mercados internacionales, algunos especialistas destacan la posibilidad de complementarse con varietales y hacer investigaciones en conjunto, además de la participación de capitales chilenos en bodegas locales.
Al momento de analizar ventajas de la relación comercial, se destaca la cercanía terrestre (con un bajo costo en fletes y reducción de tiempos), así como el arancel preferencial por ser un país asociado al Mercosur. Además, se suele reconocer que el país vecino tiene una macroeconomía más estable que la de Argentina.
El espumante argentino ha logrado una buena recepción en el mercado chileno, siendo uno de sus principales consumidores, y son varias las empresas que logran vender Malbec. Una de ellas es Las Perdices, bodega de capitales mendocinos que, además de venderles Malbec y espumantes, compran a sus socios chilenos vino Sauvignon Blanc, para poder darles la tipificación, corte y envasado en Mendoza.
“Somos una empresa local, radicada en Agrelo. Encontramos una oportunidad en el desarrollo del mercado chileno, ya sea de vinos envasados como de espumantes, que son muy bien recibidos”, explica Pablo Silvestre, director de Ventas Internacionales de Las Perdices.
“No le vamos a vender a Chile un Merlot o un Cabernet, porque tienen vinos muy buenos y exportan mucho más vino fraccionado que Argentina. Ellos son bastante patrióticos en términos de consumir su vino chileno, como nosotros con el vino argentino, pero nos fue bien vendiendo allá Malbec y trayendo acá su Sauvignon Blanc”, detalla Silvestre.
Si bien el tipo de cambio es un problema a la hora de generar vínculos comerciales, Silvestre remarcó que ésa es una dificultad común con todos los países, no sólo con Chile. Finalmente, el especialista de Las Perdices indicó que espera que la pandemia termine y las fronteras se reabran para poder avanzar en desarrollos en conjunto y tener más cercanía con los consumidores chilenos.
Capital e investigación
En los últimos años se ha dado un fuerte desarrollo entre Mendoza y Chile, incluyendo la llegada de capitales chilenos con Viña Concha y Toro (de las principales marcas a nivel mundial), Santa Rita y Bodega Renacer, que estudiaron el potencial del mercado argentino y plantearon desarrollos. Incluso, algunas de ellas ofrecen desde su estructura comercial en Chile un portafolio de vinos argentinos y chilenos.
En el caso de Bodega Trivento, perteneciente a Viña Concha y Toro, su gerente de Asuntos Corporativos, Mónica Caamaño, destacó el vínculo entre las empresas y, más allá de que exporten Malbec a Chile, mencionó como ejemplo la realización de investigaciones en conjunto.
“Para mí lo más interesante es la investigación y el desarrollo. Como industria vitivinícola tenemos que acercarnos en nuevos avances y maquinarias. En Argentina tenemos en el INTA gente muy especializada, y en Chile está el Centro de Investigación e Innovación de Concha y Toro, que trabaja con la Universidad de Talca”, detalló Caamaño.
Algunos acuerdos de experimentación incluyen temas como el agua, con una situación de sequía que preocupa a ambos lados de la cordillera. De esa forma, realizan ensayos con una misma cepa (como Cabernet Sauvignon) y condiciones similares en distintos suelos, de forma de validar manejos del recurso hídrico, por ejemplo.
En cuanto a las ventajas y desventajas de la vinculación, para Caamaño es clave poder trabajar a largo plazo con reglas bien establecidas: “Lo más importante es la estabilidad. Si uno se mueve con reglas claras, creo que uno puede avanzar y se va adaptando”.
Otro especialista que aportó su visión es Santiago Galli, gerente de Exportaciones de Bodega Norton, empresa que vende espumantes al vecino país y tiene contactos con bodegas chilenas con las que comparten importadores en el exterior. “A nivel WOFA (Wines of Argentina) se han compartido algunas iniciativas y buenas prácticas”, afirmó.
En referencia a las ventajas, Galli consideró que “hay muchas oportunidades” en cuanto a “intercambio de conocimiento, información y herramientas que potencien el desarrollo de los vinos del nuevo mundo”, tanto argentinos como chilenos.
Como oportunidades, el gerente de Exportaciones de Norton destacó la ubicación geográfica, la complementariedad de los varietales, el desarrollo conjunto del turismo enológico para atraer turistas de otras regiones del mundo y el desarrollo de proveedores de insumos claves para que tengan escala. “En cuanto a dificultades, existen diferencias en aranceles y acuerdos comerciales que dificultan el desarrollo conjunto”, analizó Galli.