“Creemos que el Estado no está en condiciones, en este contexto complejo por la pandemia, de llevar adelante un proceso productivo ni de saneamiento”, sostiene el mendocino Carlos Iannizzotto en una entrevista. El titular de Coninagro y director del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, hacía referencia a la intervención de la empresa Vicentin. Un tema sensible que afecta al funcionamiento natural del ecosistema agroindustrial. Mientras que la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), la principal acreedora comercial de la firma santafesina –por 90 millones de dólares-, espera asociarse con el grupo Vicentin para seguir operando; Iannizzotto -consultado por Los Andes- explicó cuál podría ser el futuro de la empresa y sus consecuencias. “Nuestra propuesta es que la empresa siga produciendo en un marco muy competitivo porque es algo que el país necesita y el sistema cooperativo tiene mucho que aportar. Es una oportunidad para desconcentrar y que lo haga la justicia llamando a las empresas que tienen capacidad de gestión e ideas, como pueden ser ACA o AFA, entre otras cooperativas que son acreedoras de Vicentin”, destacó el dirigente mendocino.
-¿Qué perfil puede tener Vicentin?
-Es una compañía que representa menos del 7% del mercado y no fija precios, no es una empresa estratégica, tiene denuncias penales y la justicia tiene que intervenir. Pero si tiene gran importancia para el campo desde el punto de vista del empleo, en forma urgente hay que ver como puede que seguir trabajando y dando empleo. Para mí el esquema de Vicentin puede ser muy similar al de Fecovita con Giol, donde ciertos sectores los licitas entre las empresas que están en funcionamiento para que sigan en producción. Perfectamente puede armar un esquema, similar al que se dio con el vino para que las empresas puedan accionar en ese marco.
-¿Y el futuro?
-El futuro de la empresa lo tiene que determinar la justicia pero la opinión de Coninagro es la desconcentración, porque es una oportunidad –sobre todo- para la zona de Reconquista de ampliar la participación de las pymes que tienen mucha capacidad.
-¿La pandemia cómo influirá en el ecosistema productivo-exportador?
-Juega un rol clave porque está vinculado al trabajo y al alimento. Por eso le pedimos al gobierno una política al respecto, no resoluciones del central en forma aislada o decretos; hace falta una política integral que apueste por el crecimiento de la producción y el empleo, y que sea compatible con el plan sanitario. Coninagro piensa que tiene que haber un acuerdo para la inversión productiva, tenemos que salir a invertir y alentar sobre todo a quien en el mercado interno genera trabajo.
La producción de alimentos jugará un rol clave tras la pandemia. ¿Cómo serán los rindes estimados del campo?
-Los rindes vienen muy bien. Estuvimos con el presidente de Banco Central, nos comprendió y comenzó a modificar la circular que impedía poder acceder al dólar oficial para la compra de fertilizantes y herbicidas. Hay que premiar al que invierte y el campo, en eso, está primero. Estamos podando las viñas, si bien ha mejorado el consumo los precios de la uva no. El agro humildemente ha seguido aportando valor, pero faltan políticas fiscales y financieras a favor del sector primario.
-Por último, en el tema Coviar. ¿El reclamo de las bodegas por el porcentaje de aporte para sostener el plan vitivinícola pone en peligro la participación privada en la institución?
-Nosotros siempre hemos propiciado el diálogo para consensuar las grandes políticas. El porcentaje de aumento es un tema interno, el estado provincial tiene que jugar un rol fundamental para lograr el consenso y que entre todas las partes decidan –ya que son los actores los que tiene que pagar- y se pongan de acuerdo. En mi opinión es fundamental que el Estado intervenga, que no se desentienda de la situación, para buscar los acuerdos necesarios para definir los aportes porque la Coviar tiene que seguir desarrollando el plan estratégico.