¿Cómo podar frutales? Mientras la naturaleza duerme

El Ingeniero Agrónomo Javier Chaar, de la Agencia de Extensión Rural Guaymallén INTA, explica en qué consiste una adecuada práctica durante la temporada invernal, según diversos factores, como la edad de la planta y el sistema de conducción elegido.

¿Cómo podar frutales? Mientras la naturaleza duerme
Plantas de durazno en la zona de Agrelo de la finca AVA/ Sebastian observa el proceso de la planta para pronto empezar con la poda (Imagen de Archivo) Foto José Gutierrez / Los Andes

En los árboles frutales, la poda consiste en realizar cortes para modificar el crecimiento posterior, basándonos en distintos criterios, según el objetivo. La poda de los árboles frutales varía según la edad de las plantas, comenzando por la poda de plantación, luego la de formación, posteriormente la de fructificación y por último la de rejuvenecimiento. Sin embargo, los límites entre éstas no son abruptos, superponiéndose durante algunos años la formación de la estructura de la planta y la fructificación, como también la fructificación y el rejuvenecimiento.

Es importante, al realizar la práctica de poda, considerar por dónde ingresa la luz a las plantas, a partir del sistema de conducción elegido. En aquellas plantas conducidas en vaso, el ingreso de la luz es por el interior de la copa, siendo necesaria la poda de aquellas ramas vigorosas que sombrean el interior. Sin embargo, dada la elevada radiación solar durante el verano en nuestra región, es importante dejar material vegetal de poco vigor que sombree las ramas primarias, para evitar las quemaduras. En plantas conducidas en palmeta con hileras orientadas Norte-Sur, el ingreso de la luz es principalmente lateral, siendo importante la iluminación durante las mañanas y las tardes. La adecuada distribución de luz dentro de la copa de los árboles frutales permite que tengan niveles altos de fotosíntesis en la planta entera, lo cual es favorable para obtener niveles altos de producción. Además, la inducción floral (evento que determina el destino de yemas como florales) ocurre al superar cierto umbral de luz, distinto en cada especie frutal.

En algunas especies como el duraznero, mediante la poda y posteriormente el raleo de frutos, buscamos lograr un equilibrio entre la producción de hojas y de frutos, favoreciendo el tamaño final de los mismos y evitando la rotura de ramas por exceso de peso. En especies frutales propensas al añerismo (baja producción frutal luego de un año de alta producción), también repercute en la estabilización de los rendimientos frutales en el tiempo.

En plantas adultas, para elegir qué material podar es necesario conocer los principales elementos de fructificación de cada especie y cultivar, como brindillas (duraznero), ramilletes (ciruelo, cerezo, damasco, almendro), dardos y brindillas coronadas (manzano y peral).

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